Capitulo 2 - Reencuentro

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Dos días después de aquel incidente, Haley no había vuelto a casa lo que Adam lo tenía realmente decaído y preocupado.

Mientras tanto Faye y Lewis debían cuidar a Madisson . La bruja que tenía la cura y que a la vez era hermana del fallecido Ryan.

La mayoría de vampiros habían tomado la noticia de la cura como una amenaza que los brujos usarían contra ellos. Pero la intención de Madisson no era esa, era todo lo contrario.

Poder darles una oportunidad de elegir cuál debería ser su modo de vida. Pero los vampiros no lo veían de esa manera.

Lewis intentaba comunicarse con Adam para decirle que lo necesitaban para ayudarlos a cuidar a la bruja, pero era algo obvio que Adam se negaría ya que el tenia su propia rubia que cuidar.

Por su seguridad Madisson no salía de su casa y se la pasaba encerrada, Lewis y Faye vigilaban la casa por fuera para que nadie entrase. Cada vez esta labor era más difícil ya que más y más vampiros corrían la voz de la existencia de la cura.

—No entiendo porque deben estar afuera —pronuncio Madisson recargada en el marco de la puerta.

Faye inmediatamente la hizo entrar.

—Eres una estúpida, recuerda que no debes salir de aquí a menos que quieras morir

—No me pueden tener encerrada como un animal aquí— rápidamente subió a su habitación molesta.

Lewis al oír la discusión entro a la casa.

— ¿Qué paso? — Frunció el ceño mientras miraba a la pelirroja

— Pasa que necesitamos a Adam, no podemos seguir haciendo esto solos o terminare arrancándole la cabeza a esa niña —salió de la casa dando un portazo.

Desde la muerte de Chuck, Faye había cambiado totalmente ya no era dulce, tierna o tímida.

Aunque Lewis no podía decir nada ya que no quería incomodarla el muy en el fondo sabía que Faye estaba destruida en el fondo, su alma se encontraba en cenizas y no había manera de que volviera ya que su alma tenia conexión con la vida de Chuck.

Faye salió a caminar, estaba cansada de oír las quejas de Madisson que no era nada considerada con ella.

Se podría decir que ambas se llevaban mal y tenían una antipatía mutua.

Las gotas de lluvia comenzaron a caer sobre su rostro empapándolo, lo cual no le importaba ya que necesitaba aquellas gotas de lluvia para poder purificarse de todo el odio y la ira que sentía.

Mientras caminaba un joven de cabello castaño la observaba desde el otro lado de la calle, sus ojos estaban posados en la pelirroja que no lo había notado así que siguió caminando hasta llegar a una cafetería.

Se sentó en una mesa y miro por la ventana la lluvia mojar a toda la ciudad, su mente estaba demasiado distraída que no noto que había sido seguida hasta la cafetería y que ahora esta muchacho estaba en la cafetería con ella.

— ¿Puedo sentarme? — interrogo el castaño mirando a Faye que lo miro algo sorprendida.

— S... si claro — dijo mirándolo confundida.

El joven enseguida tomo asiento al frente de Faye para poder observarla mejor.

— Mi nombre es Stephen, un gusto — extendió su mano.

— Mi nombre es Faye — estrecho su mano — lo mismo digo.

Stephen sintió una conexión con Faye, algo que lo llenaba completamente pero a la vez todo lo bueno que tenia aquella sensación venia acompañada con culpa.

— ¿y qué haces sola por aquí? — Suelta su mano — Es peligroso

Faye rio levemente — se cuidarme sola — miro hacia la ventana— de hecho ya debo irme.

Stephen sabía que no debía dejarla ir con vida. Pero el no podría hacerle daño, sus ojos le transmitían ternura.

Esa especie de batalla interna con lo que debía hacer o lo que quería hacer había tardado más de lo debido y Faye ya había salido de la cafetería.

Inmediatamente Stephen se levanto para seguirla. Pero ella ya no estaba ni siquiera cerca de la cafetería.

Alguien tomo del cuello a Stephen y lo llevo hacia un callejón

— ¿Por qué no la mataste? — apretó su agarre.

— Disculpa... por favor, dame tiempo — dijo Stephen con dificultad.

El hombre lo dejo caer al suelo, lanzándole una mirada de desprecio.

—Recuerda que si no me eres útil morirás — dicho esto despareció del lugar.

Faye llego a la casa de Madisson donde Lewis la esperaba.

— ¿Dónde estabas? — la miro molesto

—Salí a caminar, me harta tener que cuidar a esa mocosa malcriada.

— Bueno linda, ponte de mejor humor, te tengo una sorpresa — Lewis miro hacia la puerta.

Adam apareció con los brazos abiertos mirándolos sonriendo a sus amigos. Faye no dudo ni un segundo en ir a abrazarlo.

Zr

DEVOTAMENTE   ENAMORADO DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora