Capitulo 4 - ¿Puedes oirme gritar?

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<<El amor y odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro>>

POV;

Haley tenía el mismo pensamiento rondando por su cabeza y era Adam, su nombre había pasado por su mente por los últimos días y lo cierto era que aquella parte que quedaba de humanidad en ella lo extrañaba y añoraba su regreso más que nada en este mundo.

—Esta muy pensativa hoy— pronuncio Wiliam.

Wiliam tenía el cabello negro y ojos oscuros, no era muy alto pero eso no significaba que no era atractivo.

Haley lo había conocido hace unos días atrás en uno de los días que pasaba bebiendo de personas, William al igual que ella era vampiro.

A diferencia de Adam, William tenía muy en claro que ser vampiro era algo que había que disfrutarlo.

—Solamente es algo pasajero— suspiro Haley mientras pasaba una mano por su rostro algo frustrada.

—No te creo—dijo bebiendo de la muñeca de la humana que estaba ya moribunda a su lado.

Ella opto por el silencio ya que realmente era Adam quien ocupaba sus pensamientos y se odiaba por eso, deseaba ser como William quien no hablaba de su paso y tampoco lo recordaba ya que no le interesaba.

Según el pocas cosas en esta vida eran de su interés.

— ¿Saldremos esta noche? —musito la joven para cambiar de tema.

—Salimos anoche, amor lo que menos debemos hacer es llamar la atención.

El tenia un buen punto si los asesinatos seguían pronto los descubrirían y ella seria localizada por Adam algo que no quería.

Madison se había despertado por el olor a beacon y huevos que enamanaba de la cocina, se puso una bata encima de su ropa de dormir y bajo las escaleras.

—Buenos días— dijo Adam desde la cocina.

En la pequeña sala Lewis y Faye miraban la televisión mientras bebían cerveza ligera.

Madison no los saludo ya que ellos apenas notaron su presencia o tal vez lo hicieron pero seguían molestos con ella. Así que se encamino hacia la cocina y se encontró a Adam vistiendo unos vaqueros oscuros y una camisa blanca que se encontraba remangada.

—Ten— dejo el plato en la pequeña mesa— lo prepare para ti.

Madison se sentó en las sillas y acerco el plato a ella.

— ¿los vampiros cocinan?

—No soy como todos— rio leve y se sentó frente a ella— anda pruébalo

Madison pincho con el tenedor el beicon y se lo llevo a la boca y sonrío al notar que tenia buen sabor.

—Está muy rico —sonrío y siguió comiendo.

Adam se sentía cómodo con Madison, ella le recordaba lo frágil que eran algunos seres sobrenaturales.

Y sin querer le recordaba a Haley asi que estar cerca de ella le resulto reconfortante.

— ¿Quieres ir al cine?

Madison se quedo viéndolo tras esa propuesta ya que Faye y Lewis habían sido tajantes con la idea de que no debía moverse de la cabaña.

—Me encantaría, pero no sé si deba.

—Descuida ellos no lo sabrán— susurro sonriendo mientras le guiño un ojo.

Madison se sonrojo de inmediato aunque no quería que se notara que sentía algo por Adam cada vez se volvía mas difícil seguir guardando las apariencias.

William había salido a caminar por la ciudad mientras fumaba un cigarrillo cuando alzo la vista y distinguió a Stephen.

— ¿Qué diablos haces aquí? , deberías estar buscando a Madison.

Stephen rodo los ojos al oír la voz de William aunque tuvo que ser sin que este lo notara.

—No he podido localizar a la bruja

—Creí que habías seguido a Faye

Stephen no pudo pensar en hacerle daño a Faye.

—No la pude ubicar—dijo en tono seco pero se arrepintió al instante

William lo miraba frio y amenazante. El era de ese tipo de personas que podía hacerte flaquear con solo mirarte y no era para menos su pasado no era ningún pasado hermoso.

Madison se la había pasado en su habitación todo el día leyendo y dibujando ya que era lo único que podía hacer de divertido en la casa.

Después de unas horas termino aburriéndose y empezó a caminar por la habitación hasta llegar a un cuadro que su padre había pintado cuando era niña, al tocar el lienzo tuvo un flashback.

Su papa tenía unos hermosos ojos azules un cabello rizado y castaño además de un elegante traje de mezclilla que siempre llevaba.

El día que pinto ese cuadro lo recordaba muy bien, pero en ese momento era como si ella se hubiera transportado y estuviera viendo esa escena.

— ¡Papi! —chillo Madison desde la cocina al ver que sus manos estaban ensangrentadas.

Su padre al llegar a la cocina vio a su esposa envuelta en sangre retorciéndose en el suelo mientras decía incoherencias.

— ¡Madison ve a tu cuarto! —grito su padre mientras trataba de parar la sangre.

La niña se levanto el vestido y corrió hacia su habitación pero un hombre se atravesó en su camino.

Antes que gritara el pelinegro hizo una seña de silencio y sonrío.

—Mi nombre es Chuck—extendió su mano y noto el puñal ensangrentado que había usado para matar a su madre.

Madison soltó un grito ahogado y salió de el recuerdo.

Adam subió las escaleras rápidamente y vio a Madison tirada en el suelo gritando y pataleando.

—Madie, despierta— dijo Adam pasando una mano por su rostro.

Ella abrió los ojos rápidamente y lo vio con la respiración agitada.

—El... el mato a mi madre— sollozo y lo abrazo— fue Chuck

Adam acaricio su cabello y beso su frente tratando de calmarla.

G}G.

DEVOTAMENTE   ENAMORADO DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora