Capitulo 1.
Me levanté a las 6 de la mañana y estaban todas dormidas.
Teniamos el vuelo a las 8 de la mañana dirección Londres, bajé las escaleras y les preparé el desayuno a mis amigas.
Las fuí despertando una a una. Elisa se me negaba y se abrazó a la almohada. Le grite que había una cucaracha en la sábana y se despertó de repente.
La guié hasta la cocina,porque estaba media dormida todavía. Las otras chicas estaban haciendo la cama y esas cosas.
Todas nos duchamos a tiempo y ya eran las 7.
TIAS,QUE NOS VAMOS A LONDRES.-Dijo Alejandra.
Ya,haber si conocemos a algún buenorro de allí,que por ahí hay muchos.-Dijo Rocío divertida.
Nuestras madres nos llevarían al aropuerto,para despedirse.
Os voy a echar mucho de menos.-Dijo María llorandole a sus padres y hermanos.
Os extrañare mucho,os quiero.-Dijo Rocío y abrazo a sus padres.
Mamá,que nos vamos pa Londres.¿Te acuerdas de todo el coñazo que te dimos de pequeñas? Pues ahora ya nos vamos,por fin.-Le dijo Alejandra a su madre.
Todas sonreimos.
Despues de la despedida,nos metimos en el avión. 3 horas de vuelo quedaban.
Narra Rocío.
Todas estaban media dormidas en el avión y yo estaba jugando a un juego de mi móvil.
Estaba muy cansada. No podía creer que estubiese viajando hacía Londres. Dios.
Era todo muy bonito para ser verdad,estaba viajando hacía Londres con mis mejores amigas. Esto es increíble. Mientras estube pensando y reflexionando me quede dormida.
Narra María.
Hize el intento de dormirme 3 veces y no pude. Obté por quedarme despierta escuchando música en mi iPod.
Miré a mis amigas y estaban todas dormidas menos Patri. La miré fijamente y pudé ver que en sus mejillas recorrian las lagrimas,me acerque haber que le pasaba.
¿Que te pasa cariño? ¿Porque lloras?-Dije preocupada.
Ya no siento lo mismo por Alberto.-Dijo ella secandose las lagrimas.
Ay,no te preocupes,seguro que encuentras a alguien en Londres cariño.-Le dije con tono compresiva.
Si..bueno.-Dijo ella y me dedicó una hermosa sonrisa.
Después de eso me sente y me dormí.
*En el avión*
Señores y señoras,ponerse los cinturones estamos aterrizando en Londres.
Al cabo de unos minutos la azafata nos comentó que ya podiamos bajar.
Cuando bajabamos las escaleras se podía sentir el frío de Londres. Era extraño.
Alejandra y yo nada más que tocamos un pie en Londres empezamos a besarlo y las demás hicieron lo mismo.
Alejandra me abrazo,y yo le correspondí su abrazo que duró un par de minutos. Ojalá pudiera estar aquí Mariangeles,pensé.
Del aereopuerto hasta el hotel estubimos gritando cosas sin sentido y tonterías propias de Alejandra y yo.