Narra María.
Ví a Ana como salía de la cocina y Louis me miró sonriente. Algo estaba tramando.
No.—Le susurré a Louis.
Él me mandó a callar y volvió a mirar a Harry.
¿Como te lo has pasado?—Preguntó Louis a Harry y todos comenzamos a reír.
Harry se puso serio y miro a Louis.
Bien.—Contesto Harry.
¡¿Solo bien?! Ha tenido que ser increíble por los gritos de ayer.—Dijo Zayn riendose.
Harry cerraba sus ojos y negaba con la cabeza.
Niall se va a enfadar mucho cuando sepa todo esto.—Explayó Harry con la cabeza agachada.
No, Niall no se tiene porque enfadar, ellos no estan juntos, ella no es su chica.—Le dije a Harry.
Pero me siento culpable.—Confesó con tristeza.
¡¿Culpable?!—Gritó Louis. ¿Culpable de echar un polvo?—Le preguntó.
De haber traicionado a un hermano, no sé.—Dijo Harry.
No has traicionado a nadie Harry. Duchate y vistete.—Le dije.
Él suspiró y subió por las escaleras.
Louis ya estaba vestido y olía genial.
Solo faltaba Ana, Harry y Niall.
Esperamos a que Harry y Ana bajaran en el sofá.
Yo estaba con mi cabeza apoyada en el hombro de Louis y el me estaba haciendo caricias en mi muslo izquierdo. De repente subió su mano hasta mi barriga y sigió subiendo. Yo estaba curiosa a donde quería llegar.
De repente, tenía su mano izquierda en mi pecho.
¿Que haces?—Le pregunté mirandolo. Sabía lo que estaba haciendo pero quería que el me lo dijera.
Se me fue la mano.—Dijo sonriente.
Yo comencé a reír. Y le besé tiernamente.
Llamaron a la puerta y fui a abrir.
Niall se paró en frente de mí y me sonrió sin ganas.
Hola, pasa. —Dije cortante.
Él entró con sus manos en los bolsillos y camino hacía el sofá.
Bajad ya.—Grité.
A los 5 segundos Ana y Harry estaban bajando las escaleras hablando animadamente.
Ana iba increíble y Harry también.
Ana iva agarrada a la mano de Harry para que no se cayese de los tacones.
Ana estaba muy feliz pero levantó su cabeza y se encontró con los ojos de Niall.
Narra Ana.
Niall estaba parado delante de mí y Harry que vió la situación se soltó de mi mano, pero fui suficientemente rápida y agarré de nuevo su mano y la apreté.
¿Nos vamos?—Pregunté sonriente.
Todos asintieron y Harry y yo nos desplazamos los primeros hacía la puerta.
Louis llamó a Paul y nos recogió en una limusina negra.
Yo me senté en medio de Harry y de María.
