Narra Ana.
Entre a casa con María y Alejandra mirandome.
Mire abajo y suspiré.
Hola chicas.—Dijo Niall rompiendo el silencio.
Hola Niall.—Dijeron al unísono mis amigas.
Bueno, ¿y como va todo?—Dijo María y la miré extrañada porque no sabía a lo que se referia.
Al segundo me di cuenta a lo que se referia.
Hmm, bien, estamos intentandolo otra vez.—Dije mirando a Niall.
Si, eso.—Dijo Niall confundido.
Me gusta que esteis bien.—Dijo Alejandra.
Niall rió y yo me sonrojé un poco.
Bueno, Niall acompañame arriba, que tengo que bajar la maleta y cojer un par de cosas.—Le dije al ojiazul que tenía a mi lado.
El asintió y subimos la escalera.
Entré a mi cuarto con Niall a mis espaldas y me dirijí a la maleta negra que estaba encima de la cama.
¿No estas nerviosa?—Me preguntó Niall sonriente.
Pues claro que lo estoy, estoy emocionada, feliz y con muchas ganas de que visites mi país.—Le respondí mientras movia la ropa de la maleta.
Adoro España, adoro su comida, adoro su cultura, su acento y adoro a una de sus chicas.—Dijo enumerando con sus dedos.
Yo sonreí al escuchar la última frase y mi diosa interior estaba saltando.
Me había olvidado de lo mono que eres.—Espeté.
El bajo su cabeza, riendose. Oh, tenía sus mofletes de un color rosa precioso. Ahora mismo quería comerle la cara.
Me dispuse a bajar la maleta de la cama, pero Niall me la arrebato de las manos.
Subí la cabeza y le dediqué una pequeña sonrisa.
Bajamos hasta el piso de abajo y ya las chicas estaban con sus maletas preparadas para salir.
Voy a casa a recojer mi maleta y demás. Luego te veo.—Interrumpió dandome un pequeño beso en mis labios.— Hasta luego chicas.—Dijo Niall.
Cuando salió por la puerta yo me mordí el labio y me giré a mi derecha para ver a mis amigas riendose.
Solté una pequeña risita.—¿Qué?—Pregunté con una risa.
Estas enamorada como una niña de 15 años, Ana.—Dijo Ale riendose.
Espero que él también lo este...—Dije con voz baja.
Por supuesto que lo esta.—Dijo María.
Un error lo tiene cualquiera Ana, el te quiere y no te va a hacer más daño. Creéme.—Respondió María.
Yo suspiré y llamaron a la puerta.
Fui a abrir y me encontré con Niall, Zayn, Louis, Harry, Liam, Cara y Demi sonriendo.
No pude evitar gritar.
Zayn, Louis y Niall cojieron nuestras maletas y nos dirijimos hacía la furgoneta negra que estaba estacionada en mi calle.
En un cerrar y abrir de ojos ya estabamos montados en el avión.
Niall se sentó a mi lado y me ofreció un sorvo de zumo de naranja cual yo acepte felizmente.
¿Sabes? No me puedo creer, que vaya de vuelta a mi país ya, tan feliz, con una pandilla tan guay como la que tengo ¡y con novio!—Le dije a Niall.
Niall me levantó una ceja.
¿Que pasa?—Pregunté.
¿Nunca has tenido novio?—Me preguntó Niall.
A ver, si he tenido, de pequeña con 12 ó 13 años, tuve unos cuantos, pero no paso nada. No era de las típicas chicas que tuvieran novio cada mes. Con 15 años, cuando mis amigas y yo veiamos a un chico guapo, se nos caia la baba y deciamos cosas ordinarias sobre él o sobre que le hariamos. Pero no me consideraba una chica popular entre los chicos, es eso.—Expliqué.
¿Pero no eres virgen verdad?—Me preguntó Niall e hizo que escupiera un poco de zumo.
¿A que viene eso?—Lo miré sorprendida.
No sé, solo preguntaba. Pero si no quieres responder, no respondas.—Dijo Niall comprensivo.
No, esta bien. No soy virgen. —Respondí.
¿Tu lo eres?—Pregunté con mi voz temblorosa.
No, no lo soy.—Susurró.
No sé porque pero me sentía aliviada al saber eso.
¿Con quien perdiste la virginidad?—Pregunto Niall.
Este tema no me incómodaba, pero era raro hablar con tu novio de esto.
Pues, no me acuerdo de su nombre, creo que se llamaba James. Era un chico que vino a pasar las vacaciones en mi ciudad y se mudó cerca de mi casa y fuimos mejores amigos, hasta que fuimos novios y bueno, sucedió. —Le respondí.
Niall asintió.
¿Y tú?—Le pregunté curiosa.
Con una chica, que se llamaba Candice.—Sonrió.
Le hice una mueca y miré por la ventana del avión.
Estaba sudando, tenía mis manos calientes y sudorosas y tenía mucha calor.
Voy al baño.—Dije. Niall asintió y me diriji hacía el baño.
Me miré en el espejo y tenía los mofletes rojos.
Me eche agua fría en mi cara y me lavé las manos.
Miré mi reflejo y me peñizque mi moflete derecho y sonreí.
Me quité la chaqueta y deje al descubierto un top corto blanco con flores.
Así esta mejor.—Me dije. Y salí del baño dirijiendome otra vez a mi asiento.
Cuando me senté me dí cuenta que Niall estaba dormido con una mano apoyada a su posamanos.
Su mano libre estaba encima de su pierna derecha y la atrapé.
Cuando posé mi mano con la suya, él la atrapó rápidamente y una sensación se paseo por todo mi cuerpo. Se sentía bien.
Podía ver a Niall dormir toda la vida, podía escuchar el sonido de su corazón, o su dulce respiración por el resto de mis días.
Apoyé mi cabeza en su hombro derecho y lo abrazé fuertemente pegandolo a mi con mi mano derecha.
Su olor era tan profundo pero a la vez tan dulce que te dejaba con ganas de más.
Sin saberlo me quede dormida pensando en lo bonito que es Niall.