Narra Ana.
Mi despertador empezó a sonar e hice el intentó de levantarme pero las piernas y el brazo de Harry me impedian hacerlo.
Hostias.—Susurré.
Se me vinieron todas las imágenes de Harry y yo en la cama.
Harry, por favor, me aplastas. Despierta.—Grité al rizado que tenía alrededor de mi cuerpo.
No quiero.—Susurró con su voz rasposa y me agarró con sus brazos por mi cintura.
Me deshice de él salvajemente y me levanté de mi cama.
Él se me quedo mirando fijamente con su risa tonta.
¿Qué?—Grité con desesperación.
Llevas mis bóxers puestos.—Sonrió y se quitó su flequillo de su cara.
Miré hacía abajo y efectivamente tenía puesto los bóxers de Harry.
Él empezó a subir y a bajar sus cejas rápidamente y yo desaparecí de la habitación con un 'ogh'.
Bajé las escaleras con los bóxers de Harry y una camiseta roja de tirantas.
Buenos días.—Dije mientras entraba en la cocina.
Buenos días Ana. ¿Como has dormido?—Preguntó María con una sonrisa esplendida.
Venga ya. ¿Crees que Ana ha dormido?—Preguntó Louis incrédulo mirando hacía María y todos comenzaron a reír.
Sentí que todo el calor estaba concentrado en mis mejillas.
Cogí mi bol y vertí leche y cereales.
Me senté en la encimera donde estaba María.
Pudé ver a Harry bajar con otros bóxers y me ahogué.
Buenos días.—Dijo Harry sonriente apareciendo por la cocina.
Buenas.—Dijo Zayn riendose.
La cocina estaba en silencio salvo por mi cuchara rebañando por los cereales.
Harry notó el motivo del silencio y se mordió su labio riendose.
Deposité mi bol en el fregadero y me bajé de la encimera.
Ana, cuando termine el desfile, que será sobre las 3, vente para aca, que hacemos las maletas.—Explayó María.
¿Hacer las maletas?—Dije. ¿Para que?— Terminé.
Nos vamos a España, los chicos tienen el tour allí y hemos decidido irnos y aprovechar para ver a nuestra familia.—Argumentó mi amiga María.
Esta bien.—Susurré y me dí cuenta que tenía a Harry pegado a mi espalda.
Me tensé un poco y miré al suelo.
Me voy a duchar.—Susurré casi para mi misma con la voz temblorosa y caminé hacía mi habitación.
Decidí ponerme un vestido blanco y mis tacones negros que tanto amaba.
Me dí una ducha rápida y entré en mi cuarto para vestirme.
Me vestí lo más deprisa posible y no sabía el porque. Estaba muy nerviosa.