Karlie preparó un pastel para la cita con su vecina, usualmente no era linda en ese sentido, algo le decía que después de aquella noche ya nada sería como antes, entonces ¿Por qué rayos estaba estaba nerviosa y preocupada?, en esos momentos no se entendía y apostaba que si le contaba a alguien, esa persona menos le entendería. Miró la hora en el reloj de la cocina y se dio cuenta de que faltaba poco para las ocho, se quitó el delantal y prendió el aire acondicionado para que el pastel no se derritiera, subió a su habitación y abrió el armario sacando distintas prendas de ropa. Se miró al espejo y frunció el ceño, ¿Qué podía ponerse?, se sentó en la cama y bufó, ¿Por qué se preocupaba tanto? Sí solo era una simple cena, o bueno eso es lo que quería creer.
Salió del baño y se puso lo que había escogido, unos simples vaqueros y una blusa blanca en cuello v que le pareció cómoda, se puso unas sandalias, se peinó y uso un poco de máscara para pestañas y rubor. Se miró por última vez al espejo y sonrió, se veía bien, agarró un bolso en el que metió su celular, llaves, dinero, labial y un pequeño perfume. Bajó las escaleras, apagó el aire acondicionado y agarró el pastel que estaba en la mesa de la cocina, se dirigió hacía la puerta y salió para luego cerrarla con llave, miró a su derecha exactamente la casa de su vecina y suspiró, lo que tanto había querido al fin había llegado, volvió a guardar las llaves en su bolso y comenzó a caminar a la casa de al lado.
Unos cuantos golpes se escucharon dentro, Taylor se quitó el delantal y miró la hora, ocho en punto, que puntual pensó, se miró al espejo y arregló un poco su cabello, suspiró y caminó hasta la puerta, la abrió y sonrió. Karlie se veía hermosa.
—Hola, traje un pastel, espero que no te moleste—dijo Karlie
—Para nada, pasa, estas en tu casa—se hizo a un lado dejando pasar a la chica, cerró la puerta y se acercó a ella—¿Me permites el pastel?, lo llevaré a la cocina
—Claro—Karlie se lo entregó y Taylor le guiñó el ojo.
—Se ve delicioso, ¿Tú lo hiciste?
—Sí, digamos que la cocina es lo mío en especial la parte de hornear galletas o pasteles—le sonrió
—Una chica que sabe de repostería, me gusta—se dio la vuelta y Karlie tomó asiento en uno de los muebles
Se fijó en como era su casa, era igual a la de ella pero la decoración muy distinta, las cortinas eran amarillas, el color de las paredes blancas, los muebles beige, tenía plantas de todo tipo, le pareció bastante luminoso y vivo. Taylor regresó con dos copas y una botella de vino.
—¿Bebes?—preguntó y Karlie asintió, ella abrió la botella y sirvió un poco en cada copa, le ofreció una la rubia y se sentó frente a ella.
—La decoración de tu casa es linda, tus plantas son hermosas—bebió un poco del vino y sonrió—Es delicioso
Taylor se mordió el labio.
—Gracias, desgraciadamente mi jardín no es tan grande como el tuyo y no tengo idea de porque—miró la botella y luego a Karlie—Te mentiría al decir que sé de ella, pero no, mi papá me lo regaló hace unos meses y me pareció perfecta para esta ocasión
—Perfecta...—sonrió y se puso de pie dejando la copa en la mesa de centro, se acercó hasta la botella de vino y se sentó al lado de Taylor—Yo también mentiría al decir que sé de vinos, pero ¿Sabes que si sé?
Dejó la botella en el piso y se acercó más a Taylor.
—¿Qué?—susurró Taylor
—Que te ves bien con este vestido, no te había dicho pero estás realmente hermosa—agarró la mano que tenía la copa, se la quitó y la dejó en la mesa de centro—Me pregunto, ¿Cómo te verías sin él?
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Piropos ➳ Kaylor
FanfictionDonde Karlie le envía piropos a Taylor, su vecina. »Prohibida la copia o adaptación de esta historia. Sí quieres adaptarla o traducirla debes preguntar primero. Gracias.