No puedo vivir sin ti (TMFA #2)

Capítulo 11.

POV Austin.

En cuanto sus labios suaves y delicados rozaron con los míos, hubo un carnaval de sensaciones dentro de mi. Hannah Cutter, me había callado con un beso y eso, me hace sentir como si una montaña rusa de emociones ahora mismo estuviera recorriendo cada centímetro de mi cuerpo.

Hace unos minutos, había pensado que Hannah estaba muerta por culpa de Charlie, hace tan solo unos minutos, había pensado que mi hijo y su madre habían muerto por causa de ese monstro y que yo no había hecho nada para evitarlo y protegerlos. Si alguien me hubiera dicho en ese momento, que Hannah ahora estaría entre mis brazos y besándome, me habría reído en su cara.

El tacto cálido y suave de sus manos contra la piel de mi cuello, hizo que todo mi cuerpo se erizara y reaccionara a su toque. Apreté mi agarre en su cintura y la apreté mas contra mi, intentando saborear mejor sus labios. Sabia que, en este momento, Hannah era el fruto prohibido. Que Maya era lo correcto y Hannah lo incorrecto. Que ahora toda la historia esta al revés y, aunque se sienta mal, esa fue la historia que yo cree. Se que voy a tener que detener esto antes de darle ilusiones y antes de ilusionarme a mi mismo, pero, la cosa es que no puedo.

Se que debo hacerlo, se que debo dejar de tocar su cuerpo pequeño pero sensual y dejar de saborear sus labios rosados con sabor a frambuesa y a menta. Se que debo dejar de oler su increíble olor a turquesas. Se que debo dejar de besarla. Pero no puedo y no quiero. Me aterra la idea de que, si la suelto y me aparte, se aleje para siempre. Me aterra la idea de que ahora ya no puedo pedirle que se quede, por que otra ya a exigido ese privilegio para ella. Hace 4 años, le dije a Hannah que un hombre podía tener las chicas que quisiera, pero, es muy diferente cuando se trata de una relación entre Alfas o futuros Alfas. Soy de Maya y Maya es mía.

Hannah dejo de pertenecerme en el momento en que me vendieron a su familia como un regalo bonito con un lazo gigante y rojo. Hannah dejo de pertenecerme cuando me entere que iban a comprometerme con otra chica. Hannah dejo de pertenecerme desde que hice un pacto con mi destino y el de ella, señalandolos como ambas familias quisieron desde un principio.

Me aparte al instante de Hannah. No podía hacerle esto. No podía ilusionarnos de esa manera por que solo saldríamos lastimados los dos. Ella por creer que podíamos volver a ser felices, y yo por creer exactamente lo mismo.

—L-Lo siento —Murmuro Hannah, quitando sus manos de mi cuello y poniéndolas en mi pecho. Su mirada estaba baja y sus mejillas estaban sonrojadas, mientras que sus labios estaban rojos e hinchados y solo me moría de ganas por volver a besarla. Pero me contuve.

—Esto fue un error —Murmure, como si estuviera convenciéndome a mi mismo de que lo era. Quite las manos de su cintura en el instante en que ella alzo la mirada y sus ojos se encontraron con los míos. Un brillo dolido apareció en su mirada y eso hizo que las ganas de gritar de frustración y de dolor fueran demasiado intensas.

—Si, fue un error, s- —Su voz sonó seca y temblorosa y eso hizo que mi corazón diera un vuelco furioso. Hizo silencio unos instantes, antes de proseguir—, será mejor que te vayas.

—Si... —Murmure, observándole por unos pequeños momentos, antes de encaminarme hacia la puerta.

Puse mi mano en la perilla y justo cuando iba a abrir la puerta, el timbre sonó, alertando que alguien quería entrar a la casa. Me gire para mirar a Hannah, quien frunció el ceño confundida, y, con un poco de cuidado de no tocarme, abrió la puerta un poco para ver de quien se trataba.

—¿L-Louis?