Capítulo 15

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El juicio dio comienzo.

—Desearía entregar los resultados de la evaluación psiquiátrica del acusado, Wu Yi Fan, al juez —dijo Lan, el fiscal, y le entregó el documento a un miembro del personal del juzgado—. Su estado mental es estable, puede firmar para hacerse responsable de su testimonio. —Lan entregó otro documento.

—Tanto la evaluación psiquiátrica como su testimonio son válidos –dijo el juez un poco después.

—De acuerdo con las pruebas que la policía ha presentado, el acusado no sólo se ha callado una parte de la verdad, sino que ha alterado la verdad sin autorización. —Hizo un gesto hacia la presentación que había en la pantalla antes de continuar—. En primer lugar, la casa no estaba tan aislada y sellada como él ha testificado —en la pantalla había una foto de la casa, y Lan señaló la pequeña ventana del techo de la cocina—. Según la 7ª línea de la sección 3, el acusado declaró que uno de los fallecidos, Park Chanyeol, intentó una vez romper la ventana utilizando una sartén, pero que el acusado lo detuvo antes de que pudiera hacerlo por miedo a que sufriera algún tipo de castigo tras romperla. Sin embargo, después de eso, alguien rompió esta ventana.

Me quedé sin palabras al ver la ventana en la foto, rota.

—Esto hace que el resto de la declaración sea ilógica e inválida, porque si hubieran roto la ventana en ese momento —Lan se dio la vuelta para mirar al jurado—, se habrían dado cuenta de que todas las ventanas de la cocina eran de cristal normal y corriente, y también de que la supervivencia de todos ellos era plausible.

—En segundo lugar, según la línea 12 de la sección 7 de la declaración, el acusado señaló que la puerta del sótano estaba cerrada a cal y canto, impidiendo que pudieran salir. Sin embargo, lo cierto es que la cerradura de la puerta estaba abierta, simplemente estaba pasado el pestillo.

—¿Había huellas dactilares o algún rastro de los implicados en la puerta? —preguntó el juez.

—No —Lan se dio la vuelta para mirar al juez—, tanto el pomo como la puerta en sí estaban limpísimos.

—Por supuesto, el punto más importante sería… —continuó Lan, dirigiéndose al jurado—. Como todos sabemos, aunque el acusado fue el único superviviente que la policía encontró, averiguamos que no había 11 fallecidos, de hecho, sólo había 9.

Recordé la pregunta que Kris me había hecho. ¿Están todos muertos?...

—De acuerdo con la línea 2, sección 7 de la declaración, el acusado declaró que los miembros Kim Jongdae y Kim Minseok murieron poco después de entrar a la casa porque rompieron la ventana y excedieron los errores del código de la puerta, a causa de un corte en la garganta. Pero la verdad es… —miró a Kris—, que no pudimos encontrar los cadáveres de ninguno de los dos en ninguna parte de la casa, y tampoco encontramos restos de sangre. Ambos se encuentran desaparecidos.

Se empezaron a oír pequeñas discusiones en la sala. El juez golpeó la mesa con su martillo y dijo:

—¡Silencio!

Los pensamientos que se arremolinaban en mi cabeza empezaron a aclararse, pero aún había muchos obstáculos que no lograba superar. Miré hacia Kris, pero sólo podía ver su silueta. No sabía cómo se las iba a apañar para explicar esto.

—Quiero volver a ese último punto que el fiscal ha mencionado. —Viendo como Lan volvía a su asiento, Konrad se puso en pie, sonriendo ligeramente mientras avanzaba hacia el jurado.

—9 jóvenes muertos, 1 afortunado pero mentalmente traumatizado líder y dos miembros inexplicablemente desaparecidos —se dio la vuelta para mirar al público—. ¿Quién parece más sospechoso de todos? Sin tener en cuenta la explicación sobre las muertes de Kim Jongdae y Kim Minseok que mi cliente ha dado, quisiera darles un poco de información sobre la casa—. Mientras hablaba, sacó un fajo de documentos y se los dio al juez y al jurado.

48 Horas (EXO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora