Olor a lila.

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Narrador: Demond.

Amaneció, maldito sol era tan iluminador para mis ojos, aún así era mejor que dormir en esa cueva, como sea, me levanté y lo primero que hice fue ir a verla, entré silenciosamente por su puerta, lucia tan tranquila durmiendo que sin darme cuenta me acerqué junto a ella, su rostro estaba pálido, su cabello era tan fino y de un color un poco atezado y brillante, me quedé observándola unos minutos, hasta que despertó, le sorprendió verme ahí, me dijo que bajáramos a desayunar.

Decidí esperarla en la mesa mientras se aseaba, me puse a mirar alrededor de su cocina, era muy amplia, además de higiénica y llena de cosas de humanos, artefactos extraños que yo no conocía.
Finalmente llegó, se disculpó por la tardanza, me ofreció cosas como té, leche, huevos, algo de color amarillo sobre un pequeño pote con forma de rectángulo, me parece que se llama manteca o mantequilla,  también algo que parecía carne rosada pero dentro de una bolsa pequeña, me dió al final lo que  suelen llamar café y un par de masas cuadradas de color blanco, con unos bordes alrededor, dijo que sacará lo que quisiera, comió a toda prisa, dijo que tenía que ir a la universidad y se fue a alistar con un bolso. Terminó por preguntarme si la esperaría o si me iría, no le respondí nada hasta que se fue con cara de que iba muy tarde.

Era ya una hora desde que se había ido, me fui a duchar, ya que los humanos suelen hacerlo seguido, luego tome otra ropa de su padre que estaba guardada dentro de un gran estante o mueble, me la puse y decidí mirar en su cuarto, ella había ordenado todo el desorden que tenía hace un rato, note que le gustaban mucho los animales de peluche, habían varios.

Baje al primer piso a esperar nuevamente en el sillón, mientras tanto prendí una pequeña caja negra y cuadrada que transmite muchas imágenes, sin ella el lugar era muy silencioso. Se me ocurrió la idea de ir a verla aunque no tenía alguna idea de dónde exactamente estaría pero sería fácil encontrarla ya que solo tendría que rastrearla por su olor, el cual era como el de las flores de color lila.

Demonio y humanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora