Malditos fantasmas.

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Narrador: Demond.
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Al estar descansando tranquilamente, vinieron a mi esos repentinos recuerdos que me desagradan, recordé ese frío intenso, aquel vacío, esa oscuridad profunda, el silencio que parecía eterno, el largo aburrimiento de cada día.

Fue entonces cuando cerré los ojos.

Cuando miraba alrededor en ese momento todo era tan solitario, llenó de suciedad, telarañas, tan helado que sentía como si me quemará por dentro.

En aquel instante lo único que hacía era odiar a los humanos, los despreciaba, pensaba que eran demasiado repugnantes para que siguieran vivos.

Traición, desesperación, rencor, enojó, tristeza, soledad, venganza, dolor, eran las emociones que más portaban los humanos, algo que no toleraba, no hacían más que lastimarse unos a otros, si uno estaba bien otro lo contaminaba y terminaba por expandirse como una plaga, hasta crear un nido llenó de maldad.

Jamás pensé en ese tiempo en subir a conocerlos en persona, me repugnaba el solo hecho de imaginar estar cerca de uno, no sabría cómo reaccionaría, o que haría, no quería saber nada de ellos, pensaba que si ellos están tan contaminados y sucios, ¿por qué tendría que mezclarme con algo que me ensuciara aún más?

Decidí apartarme del portal en ese momento y no volverlos a ver.
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( 1 año después )
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No tenía nada que hacer en esa fría y obscura cueva, era tanto el vacío que de repente sentí algo de curiosidad por ver como estaban las cosas arriba, así que solo por esa vez iba a observar nuevamente y fue entonces cuando la vi, luciendo tan libremente, tan reluciente.
No pude de evitar las ansias de querer matarla por hacerme desearla tan intensamente, solo pensaba en romperle cada hueso lenta y dolorosamente, además de beber hasta su última gota de sangre, se me estremecía todo el cuerpo al no poder hacerlo, porque no quería, ya que si lo hacía seria debido a una ridícula ansia, era una sensación de no poder sacarse un cuchillo de la garganta.

Dejé de verla para lograr calmarme, fue desde ese instante que comencé a espiarla y a conocer un poco más sobre el mundo humano, día tras día la observaba unos momentos, pero aún así esa ansia de querer matarla seguía ahí, hasta cuando me decidí a salir por el portal, tendría que atravesar un oscuro infinito y desagradable si quería subir hasta donde ella. No aguante más las ansias y salte dentro de el, entonces empezaron atormentarme los seres del limbo.

Sentí como las agonías y llantos de todos los espectros querían dentrar en mi cuerpo para corromperme, quería gritar desde lo más profundo de mi y despedazar como si no hubiera un mañana, era tanta la desesperación que sentía que perdería la cordura hasta ser consumido por los espíritus, cuando finalmente note que ya estaba arriba, a pesar de que fue rápido se sintió como si hubiera durado años, estaba tan agitado y con la respiración cortada que termine por colapsar un momento en el piso.

Malditos fantasmas, pensé.

Cuando logré respirar bien me calme y comencé a buscarla hasta que la vi.

Demonio y humanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora