Demonio y humana

Segundo Encuentro.

Narrador: Humana.
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Ya eran las 7:28 AM.

Maldición ya es tarde.

Salí corriendo a tomar el bus para ir a la universidad, era increíble que me hubiera atrasado tanto y lo mejor era que tenía clases con el profesor Erick el más exigente de todos con el horario.

El autobús se demoró más de lo que esperaba, tardo 40 minutos en llegar.
Corrí apenas me baje y rápidamente me dirijí hacia el salón cuando el profesor Erick me atrapó entrando sigilosamente.

Estudiantes ya saben que opino al respecto de la puntualidad, TÚ.-dijo señalandomé.-te quedas afuera hasta que terminé de dar mi clase.

Mierda.

Me fui a comprar un café en lo que terminaba la clase, la fila era más o menos larga, me quedé mirando al vacío por unos instantes y se vino a mi mente el encuentro que tuve esa vez con ese joven extraño.

—Oye ¿Estás bien? Es una lástima que el profesor no te dejará entrar por tercera vez— dijo una Lía tocando mi hombro por detrás.

—Ah, ya lo sé, sigo pensando en que me dejara entrar cuando no lo hace—exclamé.

—Ven sentemonos un rato— dijo buscando un lugar.

—Oye ¿terminaste los ejercicios que dejaron en química?

Ay no.

Con todo lo que había tenido pendiente en casa y las otras tareas no había tenido tiempo de checar si nos dejaron tarea.

No, lo olvide por completo.

—Que mal dije en voz alta.

—Ay amiga, cada vez vas más en decadencia con tu orden— dijo masajeando mi cabeza como consuelo.

—Escucha ¿Qué tal si vamos a pedírsela a un amigo mío? estoy segura que nos ayudará— dijo sonriente.

—Está bien, supongo que tú ¿No la hiciste?— pregunté.

—Jajaja que dices, sabes que ayer estuve en una fiesta, no tuve tiempo— respondío en lo que nos paramos y fuimos al siguiente salón.

—Hey Thomas, ¿Crees que podrías ayudarnos con la tarea pendiente que dejaron de química? Te recompensaré bien— dijo Lía acercándosé a la mesa de Thomas, por alguna razón eso sonaba a más que simple favor.

—Mmm... No lo sé ¿Qué me darás a cambio?— preguntó Thomas intrigado.

—Lo que tu quieras está bien, en tanto no te propases— respondío Lía.

—Bien, solo por esta vez, ya lo cobraré luego Lía— dijo Thomas pasando su cuaderno.

—Gracias querido— dijo Lía tomando el cuaderno y lanzandole un beso a Thomas, no quería saber hacía dónde iría eso pero en fin no era de mi incumbencia.

—Ten, aprovecha de copiar, queda poco para que llegue el profesor Grey.

Sin más preámbulo empecé a copiar como si mi vida dependiera de ello, no podía tener más faltas con mis deberes.

Cuando termine al fin, apareció el maestro y junto a el un estudiante, no sabía quién era no alcanzaba a ver su rostro.

Lía y yo tomamos asiento en la esquina superior derecha, Lía se sento detrás mío en lo que el profesor presenta al chico.

—Bien jóvenes, el es un nuevo estudiante de la carrera de Ing. Comercial. Al parecer estudio en otra universidad pero se cambió por razones personales. Preséntate por favor.

—Hola a todos, soy Dyaln Harding. Tengo 24 años— dijo el chico.

—Bien traten de ayudarlo para que se ponga al día, toma asiento en la fila derecha— dijo el profesor Grey señalando el puesto vacío que está a mi lado.

—No sé porque pero se me hacía conocida su cara a medida que caminaba hacia mi, en cuanto el chico se disponía a tomar asiento grite.

—¡Ah! ¡Eres tú! Oh ¿Dije eso en voz alta?— todos se rieron a carcajadas.

—Señorita Carter no grite, guardé silencio y presté atención a la clase.

—Si, disculpe profesor.-dije tímidamente.

Cuando finalmente el chico tomo asiento junto a mi, me quedé por un instante embobada mirándolo. Es decir, ¿Qué hacía aquí? Y tan repentinamente.

—O-oye tu eres aquel chico de esa vez, ¿Cierto?.-le pregunté.

Me miró por unos segundos y asintió.

Estaba realmente impactada es decir, tuvo un gran cambio a como era antes.
Tenía el cabello largo y con aspecto de vagabundo pero ahora con cabello corto, jeans y chaqueta de cuero, todo parecía ropa de marca. ¿Cómo paso de ser un chico de la calle a rico en poco tiempo?

—Am... no sé si me recuerdas bien, soy a la que un día quisieron...

—Si, se quién eres.-dijo interrumpiendomé y mirando fijo a mis ojos.

—Am... M-me llamo Nalia, Nalia Carter.-le dije.