"Me voy".

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Narrador: Humana.
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La primera vez que lo vi pensaba que era un vago o psicópata, pero luego de conocerlo pensaba que no sería tan malo.

Ya estaban por terminar las clases, quería ir a comprar alimentos para hacer la cena, no sabría si el seguiría ahí.

Sonó la campana, me despedí de mis compañeras de la universidad y baje hacia la entrada y note que ahí estaba el esperándome, al verlo tan tranquilamente me preguntaba que era lo que pensaba, no tenía ni idea de quién era o que es lo que hacía antes de ayudarme, solo me parecía un extraño aunque me di cuenta de que era una buena persona, es decir, me ayudó de esos delicuentes, no cualquiera haría eso arriesgando así su vida, eso me bastaba para llevarlo a casa.

Le sonreí, le di las gracias por haberme esperado, después le dije que pasaría por la tienda a comprar víveres el solo me siguió hasta llegar.

Su manera de caminar era tan cuidadosa y calmada, era como si su presencia fuera una pluma flotando, es decir, ni siquiera hacia ruido, parecía tener cuidado de algo, como si algo le preocupará.

Compré una gran cantidad de ingredientes y me dio gusto que el de regreso se ofreciera a cargar las bolsas, pensaba preparar un estofado, aunque en ese momento me puse algo intranquila, iba a hacer la comida como de costumbre pero esta vez quería que supiera mejor de lo que sabe, no sabía por que me importaba tanto pero aun así me puse a cocinar.

Coloqué la mesa y lo llamé aunque no estaba muy lejos, me estaba esperando sentado en el sillón.

Lo primero que hice fue colocar los cubiertos, luego la comida, después me senté y le presté atención a su cara, dijo que estaba delicioso, en ese momento me sentí mejor, pero no sabía por qué, es decir, había cocinado para mis padres muchas veces, y hoy me sentí muy ansiosa, ¿extraño, no? Es decir aunque era inusual era agradable tener a alguien más además de mis padres cerca.

Terminamos de cenar, me levanté muy satisfecha, retiré todo y empecé a lavar los trates, le dije que esperará que unos minutos, le iba a decir que fuéramos a dar un paseo, quería conocerlo y platicar con el.

Note que el solo miraba la mesa todo el tiempo, por alguna razón no subía la mirada. Le pregunté si le pasaba algo, estaba muy callado. A lo que respondió "me voy".

Ahí fue cuando me inquieté, le pregunté por qué se iba, me dijo que no era normal que se quedará a vivir en un casa ajena, que era solo por ayer.

En cierta parte tenía razón, era extraño hacer esto con alguien que apenas acabas de conocer, pero aun así no quería que se fuera.

Mmm.. supongo que tienes razón.—le contesté.

Aunque de verdad quería decir, "quédate otra vez, sería bueno platicar"

Me acobarde y lo que salió por mi boca fue "bueno esperó te vaya bien y gracias nuevamente por ayudarme, eres bienvenido aquí si gustas" El sonrío levemente y se marchó así sin más.

La verdad sentí que cometí un error al dejarlo ir, ya que no quería que se fuese pero no había forma de retenerlo, además éramos unos desconocidos y ni siquiera logré obtener su nombre.

Que tonta, pensé.

Demonio y humanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora