Capítulo 2

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Al salir de casa y emprender mi viaje sin rumbo, me siento en una banca ubicada en una plaza cerca de mi hogar, y entonces se me ocurre la idea de escribirle a mi amiga Sofía para preguntarle si está libre así podemos pasar el rato juntas. Al guardar el celular en el bolsillo delantero de mi pantalón en espera de su respuesta, miro hacía el cielo perfectamente despejado, corre una brisa que ventila el alma y la mente, y que también se complementa con las ramas de los árboles, con el verde del césped, meciéndolos en una armoniosa danza. Amo la naturaleza, me hace sentir una paz inmensa.

Sacándome de mi trance, el teléfono móvil vibra sin parar junto a mi muslo.

- ¡Hola amiga! ¿Recibiste mi mensaje?

- Pues claro chica, ¿por qué piensas que llamo? ¡Claro que estoy libre! ¿Qué planes tienes para hoy?

- Pues pensaba en ir al bulevar a disfrutar del sol, ¿qué opinas?

- ¡Opino que me apunto! Nos vemos allí en una hora.

Afirmo que estaré en la hora acordada, y le corto. Mientras voy en el transporte público, me quedo pensando en el momento que vi a Evan esta mañana. Es tan difícil vivir en la realidad cuando lo único que quieres es sentir en carne viva todas tus fantasías. Me gusta vivir en la manera que lo hago, creo que tengo todo lo que necesito, excepto algo, excepto alguien... él. Tomo mi teléfono y entro a Twitter. Al revisar su perfil, veo que no ha publicado nada en más de un mes. No hay caso con este hombre, si no fuera por las fans que a veces se cruzan con él y se toman fotos, o porque es un actor y tiene que aparecer en eventos públicos, no sabríamos ni si sigue respirando. Es raro, ¿se puede extrañar alguien con el cual no has interactuado nunca? Porque me pasa todo el tiempo. Y es más raro aún que cada vez que cuelga un post, se me dispara el corazón, me emociono. Suena tonto, lo sé, pero son sentimientos, y los sentimientos no se controlan, ellos nos controlan a nosotros, al menos la mayoría de las veces. Me salgo de Twitter y voy a Instagram. Me dirijo a la bandeja de entrada, le he estado mandando mensajes durante semanas. Otra cosa para agregar a la lista de "tonterías", pero no pierdo nada con escribirle, no espero que me responda o que los vea, sé que eso no sucederá. Lo único que quiero es que si en algún momento de la vida, por alguna casualidad del universo, él llega a ver esos mensajes, sepa que pienso en él, que del otro lado del continente tiene una fan que se preocupa por su bienestar, alguien que lo admira por quien es, alguien que sin importar qué, siempre va a estar al otro lado de la pantalla queriendo saber de él; si está comiendo bien, si duerme bien, si se abriga cuando hace frío, si es feliz.

Llego a mi destino, y en la parada del autobús que queda en frente del bulevar, está Sofía esperándome con sus entusiastas ojos miel. Su piel tiene un bronceado perfecto debido a que su piel es normal y se quema con los rayos UV, no como la mía. Lleva puesto unas leggins negras y una camisa color salmón, entallada. Su cabello dorado va a juego perfectamente con el sol, y lo lleva despeinado, cayendo hasta la cintura. Nos abrazamos con fuerza, y nos vamos caminando hacía algún lugar en el que haya un asiento para así poder charlar tranquilamente. Mientras nos ponemos al día, Sofía no deja de mirar a cada chico atractivo que pasa.

- Oye Juli, mira eso, ¡es demasiado lindo! Por favor, míralo, no te pierdas de ese deleite. - Me dice mientras un chico moreno y musculoso pasa andando en skate por nuestro lado.

- Ay ya Sofi, a ti todos te parecen lindos. No todo en la vida son chicos, ¿sabes? Mejor centrémonos en el mar, el agua, las olas, ¡mira qué bonito está!

- Jajaja me haces reír Juli. Tú dices eso porque estás ciega debido a ese amor platónico tuyo. Acepto que está bien bueno, pero ya deja de vivir de sueños y disfruta lo que la vida te da, como ese papasote rubio que acabó de pasar, por ejemplo. - Suelta mi amiga mientras tuerce la cabeza como el exorcista para apreciar el trasero del muchacho que va caminando cuesta abajo.

Pongo los ojos en blanco y disfruto del sonido del mar, con una gran sonrisa sin despegar mis labios. Al cabo de unas horas, creo que es tiempo de volver a mi casa, así que me despido de Sofía y me voy.

En el trayecto, vuelvo a mirar el perfil de Evan en instagram, y le envío un nuevo mensaje pregúntandole cómo se encuentra, si sus cosas están en orden, y diciéndole que no puedo esperar a verlo en la nueva temporada. Al llegar a mi hogar, mamá y papá están comiendo pizza. Muerta de hambre, y emocionada porque la pizza es mi comida favorita, ataco arrasando con una gran porción. Y luego de comerme todo, saludo a mis padres.

- Claro, la comida antes que tus padres, ¿no? - Me regaña mi mamá.

- Lo siento mami, es que estaba muy hambrienta, y pues, no es mi culpa que compren mi comida favorita justo ahora. Lo hicieron a propósito porque sabían que llegaría tarde, ¿no? Pues les falló el plan. - Les digo en broma.

- ¿Cómo puedes pensar eso de tus padres Julieta? Nunca haríamos algo así. - Me guiña el ojo mi padre.

Me rio y me dirijo al baño para tomar una ducha liberadora. Mientras me baño, reproduzco en YouTube "Come As You Are" de Nirvana, pero en este caso, pongo el cover que Evan hizo para un capítulo de su serie. Lo cual fue una bendición por cierto. Así que a medida que el agua cae sobre mi piel, hago un dueto musical con Evan acompañándolo con pasos de baile cautelosos para no resbalar.

Llegó la hora de dormir, y doy vueltas en la cama. Cada vez que cierro los ojos, mi cerebro no para de pensar en millones de cosas banales, parece como si se controlara solo y lo hiciera para perjudicarme. Pero eso no es lo peor, sino que mi mente tiene la costumbre de hacer que imagine cosas muy feas antes de dormir, como que fantasmas están parados observándome o algo así, y eso sólo por decir algo. Entonces, me digo a mi misma "piensa en algo bonito, piensa en algo bonito", y los ojos cafés de Evan vienen a mí como una salvación, su tierna e indescriptible sonrisa me ayuda a respirar de nuevo, y mientras me imagino la vida perfecta en sus brazos, me duermo. Así, mis pensamientos finales de cada día son que, literalmente sin Evan no podría dormir, ni soñar. Y que incluso sin saberlo, él es quien me protege.

Maktub: Estaba escrito - Fanfiction de Evan PetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora