Luego de lo que me pareció un lapso infinito, escucho a Alice llamarme unas diez veces seguidas, la miro y ella al ver que apenas obtiene una respuesta de mi parte, me pregunta si me encuentro bien. La observo y la escucho, pero en realidad no entiendo ni una palabra de lo que me está diciendo, mi cuerpo está parado a su lado, pero mi alma y mi mente cruzaron la acera hace un par de minutos atrás. Vuelvo a divisar a Evan, y me pongo en modo alerta cuando noto que va a cruzar la calle, pero lo que me preocupa no es que se acerque a mí, sino que está tan distraído hablando por su celular, que no se da cuenta que el semáforo está en la señal de "no cruzar" para los peatones, y un Mercedes Benz gris viene a toda marcha en su dirección. Muerta de miedo, horrorizada, a punto de estallar de la preocupación, le grito "¡¡CUIDADO!!", y antes de siquiera notarlo, mis piernas empiezan a correr a una velocidad que ni yo sabía que podían. Así que a esto es lo que le llaman instinto. Es irónico porque en todo el corto pero interminable tiempo que he estado mirando a Evan desde el otro extremo no he sido capaz de articular una palabra o siquiera de respirar, pero en el momento que él está en peligro, galopo como un guepardo capaz de enfrentarme a cualquier amenaza con tal de proteger a una de las personas más apreciadas de mi existencia. Lo empujo con todas mis fuerzas, y el Mercedes me atropella a mí en su lugar. El golpe fue fuerte, siento un dolor inexplicable en cada parte de mi cuerpo, pero el hombre que quiero está a salvo, eso es todo lo que me importa ahora. Todo se está tornando turbio, siento perfectamente el sonido de mi respiración, lo único que puedo apenas visualizar es la silueta de un rostro con el pelo despeinado, me está mirando, creo que me está hablando, pero no puedo comprender nada de lo que está mencionando. De repente todo se vuelve negro, y pierdo el conocimiento.
Abro los ojos poco a poco, estoy acostada en una cama blanca e increíblemente cómoda, aunque eso no hace que cese el dolor, Dios, ahora entiendo cuando dicen que les duele tanto el cuerpo que parece que les haya pasado un auto por encima. Al lado izquierdo de la litera, hay una ventana por la cual entran hermosos rayos de sol, y a mi derecha está... Evan. Me mira y sonríe, ¿por qué hace eso? ¿no se da cuenta que sólo con su sonrisa puede provocar que vuelva a perder el conocimiento? Simplemente con el hecho de que esté a mi lado hace que esté a punto de sufrir un paro cardíaco. Se acerca a mí, y me habla.
- Hey, ¿cómo te encuentras? ¿te duele algo? ¿necesitas que te traiga alguna cosa? - Evan Peters me está hablando, está a mi lado, me pregunta cómo estoy, se preocupa por mí. Diosito, si esto es un sueño, por favor no quiero despertar nunca.
- Un auto con más de 500 caballos de fuerza embistió contra mí, obvio que no me duele nada, estoy perfectamente. ¿Quieres que te baile la macarena? Mira, lo hago. - Ya no sé ni qué estoy diciendo, qué vergüenza, las palabras solo fluyen de mi boca sin poderlas detener, creo que el impacto ocasionó más daños psicológicos que físicos.
Intento pararme pero hago una mueca de dolor, y entonces Evan me detiene.
- Oye, tranquila, no te muevas. Tienes dos costillas fracturadas y ematomas internos por todo el cuerpo, así que vas a tener que descansar. Pero admiro tu valentía, y tu sentido del humor a pesar de estar algo moribunda. - Bromea, y yo no puedo dejar de mirarlo.
Es tan hipnotizante, es aún más perfecto en persona, su particular lunar en la nariz, la manera en que baja la vista cada vez que sonríe, sus rizos despeinados, sólo quiero acariciarlo y sentir que es real, comprobar que algo así de espectacular está pasando en verdad. Cuando por fin termino de asimilar que él no es una alucinación de mi mente, creo que ya soy capaz de entablar una conversación coherente y le digo:
- ¿Por qué estás aquí?
- Es broma, ¿verdad? Saltaste en frente de un auto por mí. Lo menos que puedo hacer es asegurarme que estás bien. Por cierto, muchas gracias... Nunca voy a olvidar lo que acabas de hacer por mí.
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Maktub: Estaba escrito - Fanfiction de Evan Peters
Fanfiction¿Qué pasa cuando todo lo que siempre creíste imposible se vuelve real? El destino le mostrará a Julieta, una chica latina de 22 años, soñadora y con fe en la vida, que todo lo que siempre ha querido se puede convertir en su realidad cuando viaja al...