Capítulo 14

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Miro mi cuaderno y lo cierto es que me cuesta concentrarme. Mi profesor de inglés lleva hablando ya 20 minutos, mientras nos explica algunos verbos, pero mi cabeza a lo único que puede darle asilo es a los ojos oscuros de Evan, y en esos besos que vuelan mi mente.

- Señorita Portezilva, ¿tiene alguna duda? - Se dirige hacía mí el profesor al ver mi expresión ida.

- No... No tengo ninguna. - Respondo algo exaltada y esperando que no se haya dado cuenta que no he estado prestando atención.

- Perfecto, entonces continuemos.-
Suspiro aliviada, y cinco minutos después suena el timbre indicando el fin de la jornada.
Tomo mis cosas, y salgo de la clase. Son las 12:30 de la tarde, y no he comido nada desde hace un buen rato ya.
Cuando salgo del instituto, miro hacia el hermoso cielo que el día ha brindado hoy. Amo el buen clima, pero también la lluvia, y desde que llegué aquí, eso no ha sucedido. Ojalá pase pronto, así siento ese delicioso aroma a tierra mojada. Ya llegando al portón, visualizo a nada más y nada menos que... a Evan. Está ahí apoyado sobre su auto, con las manos en los bolsillos de sus shorts negros, con una camisa blanca holgada, lentes de sol, zapatillas deportivas negras y sus particulares medias azules y rojas con dibujos infantiles que me hacen largar una pequeña carcajada. Su cabello despeinado, y su actitud relajada lo hacen ver tan sexy, Dios. Se saca los lentes, y viene en mi dirección.

- Buenas tardes, señorita, mi nombre es Evan Peters. Sabe, usualmente no hago esto, pero al verla ha llamado mi atención tremendamente, y me dije a mi mismo que no podía dejar pasar la oportunidad de conocerla. ¿Aceptaría ir a tomar una de taza de té con este humilde hombre? - Hace que me ría.

- ¿Una taza de té? No, no. Prefiero algo más contundente, como una hamburguesa. Con papas. Y aros de cebolla. Y gaseosa.

Se acerca hacía mí, y pega su cuerpo al mío, posando sus manos en mi rostro.

- Siempre me han gustado las mujeres con buen apetito. - Me da un suave beso para así al fin saludarme.

Al terminar el beso, y yo seguir con los ojos cerrados, trato de volver a respirar, y articulo palabra.

- Entonces... ¿vamos a comer esa hamburguesa? - Él se ríe con sus ojos achinados, y toma mis libros y mi bolso, para que yo no cargue con ellos.

- Claro que si, ¿quieres ir a algún lado en particular? - Nos dirigimos al auto.

- Pues... si, mi casa. Podríamos almorzar con Alice y Marissa, ¿qué te parece?

- Me parece una genial idea. - Abre la puerta, y me hace un ademán con la mano para que entre. 

Me siento, y él abre la puerta del asiento trasero para dejar mis cosas ahí. Sube, y nos abrochamos los cinturones. 

Una vez ya en viaje, Evan aparca el auto en un estacionamiento de una gran Tienda de comestibles y demás. 

- Pensaba que ya podríamos llevar las cosas para cocinarlas, sino me sentiría un abusador. - Ríe por lo bajo. 

- ¿Abusar? Pero yo te estoy invitando, en serio no hay problema, Evan. - Le digo tratando de convencerlo.

- Insisto. Además, ¿no crees que sería divertido hacer las compras juntos? - Sonríe al imaginarse la idea. - ¡Vamos! - Y se baja del auto, para a continuación, correr a abrirme la puerta.

No sé si reír o derretirme de amor al verlo correr, porque es gracioso, pero más tierno imposible. Y ya saben lo que pasa cuando combinamos la risa con el amor... Alice dice que Evan cayó en mis redes, pero para mí es todo lo contrario. ¿Cómo alguien se puede resistir a él? No creo que haya UNA persona que no lo quiera o aprecie.

Maktub: Estaba escrito - Fanfiction de Evan PetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora