Yo confieso - Gay

Tercer asesinato.

Jamás imaginé estar contando la historia de mi vida, y menos desde una cárcel por cometer cosas tan simples.
Hoy tan sólo mi único pasatiempo es escribir esto, pero eso que me encantó, y aún lo es, fue asesinar a esos desgraciados.

A mi tercer asesinato sería algo más diferente, y así lo había pensado desde el anterior, ¿si trato de enamorarlos y luego los hago sufrir?. Que sientan eso que siento yo en mi corazón, un dolor que hasta hoy no cesa, un estúpido dolor, que todo el mundo lo conoce como felicidad, yo lo conozco como el más grande dolor, el amor.

Y así iba a ser. Cuando estuve de regreso en mi casa, me dispuse a hacer mi rutina de ejercicios, tenía que mantener mi figura y luego a relajarme sólo un día para después disponerme a ver quien sería mi nueva víctima.
Nuevamente investigué pero está vez no sería en Internet, está vez busqué de los contactos que había tenido al hacerme esposo de mi amado.
Busqué en mi celular y di con alguien muy particular, con Luis Black, él había sido uno de los invitados en la última gira nacional que tuve con mi Will.
Él desde un principio intentó coquetear conmigo, pero me parecía repugnante porque él sabía que mi amor eterno sería para Will. Así que me dispuse a llamarlo, cuando contestó, habló de una manera muy alegre -¿Alberth? ¡Que gusto!- no me quedó más que fingir -Hola, si también es un gusto!. ¿Fijo sabes lo del divorcio entre Will y yo?- a lo que él me dijo -si, que lástima.- de una manera muy cortante, a lo que yo le dije -bueno, es que te quería preguntar si quieres salir conmigo a cenar? Bueno es que me gustaría conocerte más y platicar, porque aquel día si me llamaste mucho la atención- pude oír un suspiro de alegría y me dijo -¡ claro!, estaría genial!- yo por mi parte no podía darme el lujo de que lo diera a conocer, así que le dije -bueno pero que esto quede como un buen secreto entre vos y yo? Nadie pero nadie debe saberlo, vengo saliendo de un matrimonio pero ya mi cama está muy fría, no lo crees? Necesito a alguien que le devuelva ese calor y esa pasión- dije esto último de manera sensual y en un pequeño susurro, pude notar como se removía al otro lado del teléfono diciéndome -bueno yo tal vez pueda ayudarte a recobrar ese calor- a lo que yo le dije un "ujum" muy sensual, antes de decirle el lugar donde vernos y la hora nos despedimos y cortamos. Sería en este fin de semana, me quedaban 2 dias.

En ese tiempo, analicé las cosas de las farmacias y todo se encontraba en orden, fui a ver los caballos y el lago con los peces y todo estaba muy bien.
Pasados los 2 días, yo iría a recogerlo en su mansión, con un auto alquilado a nombre de mi antiguo nombre "Brandon", por si intentaban investigar el asesinato no darían conmigo.

Cuando ya estábamos en la mesa de aquel fino lugar, estuvimos hablando, cuando terminamos nos quedamos un rato en el auto, para irnos acercando y unir nuestros labios, era unos besos que sabían mal, sin sabor, nunca se compararían con los de mi Will.
Luego fuimos al mejor hotel de la ciudad y ahí tuvimos una noche desenfrenada de puro sexo, pero como era de esperarlo, era simple sexo, con Will era amor, hacíamos el amor cada vez que estábamos juntos, apasionado, sensual, dedicado, mientras que con cualquier otro era el sexo simple por satisfacer mis necesidades.

Así estuvimos casi una semana y media, nadie sabía nada de lo nuestro, yo cada vez lo trataba con más cariño para enamorarlo de mi y luego asesinarlo.
El día del asesinato fuimos al bosque, una vez ahí, yo continuaba con el auto alquilado para evitar marcas de las llantas del mío, extendimos una colcha en el suelo, y él se sentó, yo le dije que iría por algunas cosas en el auto, esas cosas eran mis guantes aunque él no lo supiera.
Luego tomé una rama gruesa que encontré, lentamente me acerqué por atrás, dándole un golpe con la rama por la cabeza, cayendo inconciente.
Eso me dio tiempo de amarrarlo de cabeza a un árbol, también amarrando sus manos y con su boca tapada, cuando despertó me vio con la misma mirada de los dos anteriores, aterrorizado y confuzo.
Inicié hablando por que sabía que haría la misma pregunta, así que le dije -sé que me vas a preguntar por qué estoy haciendo esto, y la respuesta es fácil, me voy a vengar de cada famoso, por eso estás ahí, solo matando uno por uno volverá mi Will, mi amado Will- dije esto mientras caminaba de un lado a otro, cuando recordé cual sería mi marca a partir de ahora, eso será por lo que me reconocerán, me acerqué a él y tomé su mano izquierda cortando el dedo anular, maldito dedo, en ese dedo alguna vez llevó el anillo mi preciado amor, ese dedo es el peor de todos. Cuando corté el dedo, vi como lloraba, como se retorcía del dolor, por lo que empecé con mi tortura, tomé la misma rama de antes y le pegué con toda mi fuerza por su mandíbula, partiendola al instante, cada vez lloraba más y podía ver como le empezaba a salir la sangre por la nariz debido a la cinta en su boca.
Luego me dirigí a su oreja, ahí tomé tres o cuatro ramas pequeñas y las metí en su oreja, llegando hasta el fondo, podía ver la gran cantidad de sangre que brotaba de su oreja, después de haber esperado unos dos minutos, viendo como salía sangre de varios lados, me coloqué frente a su pecho, y ahí le metí el cuchillo entre el pecho y luego lo desplace un poco, fue un poco superficial pero cuando ya no habían costillas lo metí hasta adentro, esto me confortaba tanto, era, y es, lo que más me gusta hacer, siento como si fuera mi mayor felicidad, pero a la vez siento todo mi odio odioy desprecio hacia ese maldito ser llamado Andy, así que cuando llegué a su ombligo me tuve que alejar por que en ese momento todos sus órganos salieron por la gravedad.
Como era de esperarlo, en ese momento murió, ya no tenía sentido seguir con mi tortura, así que corté la cuerda y lo arrastré hasta el lago donde lo tiré.
Ahí mismo lavé mi cuchillo y los guantes, luego me monté en el auto y me fui.

Estaba seguro que nunca pensarían que pude ser yo el causante de, hasta ahora, tres geniales asesinatos, tal vez si lo hagan pero eso será hasta que llegue a matar a todos.

Luego de dejar el auto en la agencia, tomé el mío y de camino a casa puse mi música preferida, que esto era genial, hacer dos cosas que te gustan en un mismo día, matar y escuchar la música preferida, esto me liberaba de tan amargura que tenía en mi corazón, ese corazón que terminó como cáscaras de huevo pisadas unas cien veces en aquel día que recuerdo como si estuviera pasando en este momento, al recordar eso empecé a llorar más que la última vez, no podía creer de donde salían tantas lágrimas, pero no lloraba sólo de dolor, sino también de odio, del más inmenso odio, ese maldito de Andy, un ser que me repugna el hecho que respire, él debía de pagar por robarme a mi Will.

Llegué a mi casa, me duché me coloqué una pijama y me dispuse a comer algo y ver una película.
Como extraño mi casa, mi pijama, mi televisor, estando aquí es cuando de verdad sea mucho o poco lo que tienes, es el momento en el que te hace falta, lo único que no comprendo es por que estoy aquí en esta cárcel, si yo estaba haciendo justicia, ellos debían morir, pero eso es algo que la sociedad no me comprende.

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Pido disculpas por faltas ortográficas que pudieran haber.