No lo podía creer.

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Ahora que termino de escribir el cuarto asesinato, escucho como todos los seguros de mi celda se empiezan a quitar poco a poco, logro observar la puerta enorme abrirse y veo que entran cinco oficiales y uno me dice -venimos por usted, sus abogados han hecho una objeción ante el hecho de su muerte, hay un nuevo juicio- solamente me dijeron eso y pude ver como los policías que estaban en las cuatro esquinas de mi celda me apuntaron con el arma, tres de los que venían llegando se colocaron tras de mi apuntandome también, y el oficial que me dijo lo anterior se quedó, junto con los otros dos, frente a mi, y así fue una cadena, dos oficiales de las esquinas de hicieron frente a mi y los otros atrás, cuando salimos dos oficiales se hicieron a la derecha mía y otros dos a las izquierda.
La verdad era que quería creer que a quien resguardaban era al presidente, pero no lo podía creer de esa manera, resguardaban al peor asesino serial de la historia, al hombre que un día envenenaron su alma con uno de los venenos más fuertes, el amor, el hombre que mataba por amor, un amor tan puro que obsesionaba.

Cuando pasé por aquellos horribles pasillos, llegué a la sala donde sería mi juicio nuevamente, cuando entré ya estaban los testigos e involucrados con expresiones de terror y dolor que estaban en las bancas tras de mi, que no se sentaban de la cuarta banca hacia adelante dispuestos a salir corriendo en cualquier momento, el jurado a mi derecha, una gran cantidad de televisoras y periódicos también se encontraban para llevar hasta el más mínimo detalle de mi nuevo juicio, oficiales en todos los costados listos para dispararme, y solo faltaba el juez, hasta que dijeron -de pie para recibir al juez- en ese momento ingresó, dando inicio al nuevo juicio.

Fueron horas de declaraciones y objeciones, los medios no paraban de grabar ni tomar fotografías, al menos creo que tengo eso que he deseado, la fama, quizá ahora si volvería Will a mi lado, pero no es así, debe de tenerme miedo, al igual que todos.

Mis abogados daban buenos puntos para evitar mi pena de muerte, pero no creo librarme de esos diez asesinatos que cometí.
Cuando habían terminado el juez dio un receso, inspeccioné la sala, están todos los familiares de las víctimas, hasta los de Sonia, todos lloraban y me veían con odio, en mi mente sólo pasaba el hecho de que ni todos ellos juntos alcanzan mi dolor.

Como era de esperarlo, no me dejaría en esa sala, así que me llevaron a una celda que se encontraba cerca, no fue mucho el tiempo ahí, el juez no tardó mucho tiempo dando su último veredicto. Cuando el juez regresó a dar la sentencia final, me regresaron al mismo lugar de antes.
-según las nuevas declaraciones y objeciones, he concluido negar la petición del acusado, según lo expone el artículo cuarenta y ... - en ese momento fue como si me desconectara del mundo y una fuerza mayor hizo que volviera a ver hacia los testigos, en la última banca y entre tanta gente mi mirada se dirigió a un punto fijo, por primera vez después de meses de no verlo, ahí estaba él, Will, mi amado Will, no lo podía creer, mi corazón nunca había bombeado tanta sangre después de aquel día en nuestra boda, él me estaba mirando, tenía muchas lágrimas en sus ojos, podía ver sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar, generandome un gran dolor, verlo así por mi culpa, me destrozaba lo poco que me quedaba de corazón.
andaba un abrigo negro, camisa negra y jeans muy oscuros.
Él si oía mi sentencia y más lloraba, cuando pude ver que cerró sus ojos y tapó su boca, a la vez que se ponía de pie rápidamente saliendo corriendo de la sala, por inercia me puse de pie e intenté seguirle, no di más de un paso cuando todos los testigos se pusieron de pie y salieron corriendo también, dando gritos de terror, al juez lo protegían tres oficiales y todos los policías que estaban en la sala me apuntaron al instante, todos me gritaban -¡no de un paso más o le disparo!- al escuchar eso reaccioné y caí de nuevo a la realidad, yo era el simple y peor asesino serial y nadie se me acercaría, ni mis padres, al día de hoy no había recibido un sólo visitante a mi celda aparte de los oficiales cuando me daban la comida o alguna noticia.

Todo se convirtió en un desastre y de un sólo tirón me hicieron caminar directo a mi celda.
Todos pensarían que como quiero que me viciten, siendo lo que soy, pero así es, tengo sentimientos, todos estos asesinatos ocurrieron por un gran sentimiento.

Y de nuevo aqui, en mi celda, solo con los mismos cuatro oficiales en cada esquina, con una pequeña luz, escribiendo esto, la verdad era la última forma que imaginaba de terminar mis días.

Al final no oí si me quitarían días de vida, o que harían conmigo, pero eso es lo que menos me importa, lo que ocupa mi mente es el hecho de verlo, deseaba poder abrazarlo, besarlo como nuestra primera vez frente a quel hermoso paisaje, pero estaba llorando, llorando por mi, será que aún me ama? Yo lo amo con toda mi alma, no me importaría vivir aquí mis últimos cinco minutos de vida pero que sean junto a él.

Todo esto sucedió esta mañana, y lo cuento ahora para nunca dejarlo pasar, y si leen mis escritos, quiero que sepas Will Scott te amo sobre todas las cosas, aún así después de mi muerte te llevaré en mi corazón, eres mi vida, mi patito, cómo siempre te decía de cariño y te hacía sonrojar, eres la persona más hermosa que conozco.

Así que aquí dentro no hay mucho que hacer, nada más continuar con mis escrituras, y así será, quiero que sepan que todo lo que hice es por mi gran amor, Will Scott y nunca me cansaré de decirlo, gritarlo, susurrarlo, el día que me estén colocando la soga, voy a gritarlo con todas mis fuerzas, para que seas mi último recuerdo de está vida.

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Otro capítulo más espero les guste! Gracias por leer!
Pido disculpas por las faltas ortográficas que puedan haber.

Yo confieso - GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora