Noche Diferente

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Después de la muerte de mi padre, las cosas se había vuelto cada vez mas trágicas, había regresado a la escuela después de casi cuatro días, los profesores me abrazaron y me dieron su apoyo, no sabia si era por ser un alumno un poco destacable o porque mi padre daba dinero a la escuela, pero eso no me importaba.
El último día de clases había llegado y con ello una noticia mala para todos, habían encontrado al director muerto en su escritorio, ese día hubo mucho movimiento, hubo demasiadas teorías, muchos decían que se había suicidando y otros que fue un accidente, yo solo sabía la respuesta correcta y esa era: Logan.
Desde aquel día no lo había vuelto a ver, no lo podía negar lo extrañaba, me sentía solo sin él, pero tenia que disimilar como cada día de mi vida.
Ese día antes de irnos a nuestras casas, se le hizo un pequeño homenaje a nuestro director, su esposa, la tal Clarisa lloraba, yo sabia que ella pedía su muerte a gritos.
La economía de mi familia había bajado el treinta por ciento, nos habíamos enterado que mi padre debía demasiado dinero, había estafado a varios inversionistas y tenia hijos regados por todos lados. Mi madre cayó en depresión, mis tíos tomaron la responsabilidad y están llevando cada caso.
La policía había comenzado a investigar la muerte de mi padre, y gracias a eso, se enteraron de la existencia de Logan, lo habían captado en el vídeo del hotel donde encontraron a mi padre muerto, en esos días me entrevistaron para saber si había visto a ese sujeto, yo negué todo, absolutamente todo. Pero lo que no me esperaba era que me dijeran que Logan era uno de los asesinos mas buscados, no sabia porque, pero me alegraba que nunca hubieran dado con él antes, y esperaba que nunca lo encontraran, yo sabia que el no mataba por gusto, a él lo obligaban.
Llegó la navidad, la navidad mas triste en mi familia, mi madre no paraba de llorar, mis tíos la criticaban, y yo, yo solo me dedique a observar a cada uno.

Cada noche era un sufrimiento eterno, ya no bastaba con cortarme, ya no bastaba con escribir, ya nada bastaba, es un dolor que jamas había sentido, siempre me dormía llorando, con la esperanza de que Logan entrara por la ventana, pero eso se había hecho imposible, ya que mi madre había contratado guardaespaldas.
Cada noche tenia ese sueño, ese sueño donde veo a un hombre llamándome, una voz conocida, pero ¿de quien?
Cada día miraba mi libreta, estaba lista, lista para ser leída, pero esa persona especial no llegaba, esa persona la cual nunca iba a volver.

Hoy es treinta y uno de diciembre, estoy en mi cama, con la libreta en mis manos, leyendo una y otra vez la misma hoja.
Por primera vez, y sin razón alguna me sentí feliz. Tenia ganas de llorar pero ahora de felicidad, el silencio de mi habitación me calmaba.
Mi madre había salido a un festival, dejándome solo en una fecha importante, pero que importaba, me levante, me acerque al espejo y me mire, mi cuerpo estaba diferente o al menos así lo veía, ¿que estaba pasando me?
-Por extraña razón, me siento diferente, el dolor y sufrimiento desvanecen poco a poco, te extraño no lo puedo negar, sigo sufriendo eso no lo puedo ocultar, pero hoy es un día diferente. La noche me dice que volverás y le creó, la luna me dice que ya no llorare mas, entiendo, las estrellas me susurran haz les caso, lo haré. Me veo y en mis ojos aparece un brillo, los cerrare, mi cara quiere reír, no lo haré, mi voz tiene ganas de salir, no la dejare, mis brazos te quieren sentir, no se los permitiré, pero aun así, hoy es diferente, hoy pienso mas en ti, pero también hoy veré por mi.
Cerré mis ojos, las lágrimas salían poco a poco, exactamente hoy es un día especial.
-Hermosas palabras.
Una voz demasiado conocida sonó, por el espejo mire de quien se trataba, ¡Logan!
Sentía las enormes ganas de correr abrazarlo pero tenia que controlarme, el hombre me había hecho sufrir y no podía simplemente ir y perdonarlo de la nada.
-¡¿Que haces aquí?!- trate de sonar lo mas serio que puede.
-Alberto tengo que hablar contigo, pero antes ¿por que hay tantos hombres afuera?
Una sonrisa sarcástica salio de mi, que pregunta tan mas idiota.
-Creo que es obvio, después del asesinato de mi padre, mi madre puso seguridad.
Logan me miro sorprendido, le había contestado de una manera horrible, pero se lo tenia merecido.
-Alberto necesito que me perdones- su voz sonó arrepentida y triste pero no volvería a caer en sus redes.
-¡Vete Logan! ¡vete!
-¡No me voy a ir hasta que me escuches!
-¡No te voy a escuchar!
Sentí nuevamente las lágrimas, me dolía verlo, ver al hombre que me había ilusionado, me dolía demasiado.
-¡Desde el principio sabias a lo que venia!
-¡Si! ¡Yo lo sabia! Pero... pero creí que no lo harías.
El silencio nos invadió de inmediato, seque las lágrimas que bajaban por mis mejillas, necesitaba acabar con esto de una vez por todas.
-Logan- me miro de inmediato -recuerdas tu promesa.
-¿Que promesa?
-La que si te pedía que mataras a alguien lo harías.
-Claro que la recuerdo, fue la noche en la que tu y yo...
-¡Si eso!- no quería que me lo recordaran -necesito que mates a alguien.
-Por dios Alberto, pensé que lo decías por broma.
-Si lo dije de broma o no, tu lo prometiste.
-Claro que no lo hice.
-Lo hiciste o no, necesito que mates a una persona que odio, es una persona despreciables, no tiene futuro, no sirve para nada, ese sujeto nunca debió de haber nacido.
-Tranquiliza te Alberto, ¿quien es esa persona?
-Yo.

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