Capítulo 67: Dime que sí.

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Nos dio el atardecer y las demostraciones terminaron, es jueves y mañana viernes lo tenemos libre, así que Anna y Mike se irán a casa de él entonces nos invitaron.

Mike: ¿Entonces si nos acompañan hermano? -pregunto de nuevo.

Drake: No sé, ¿tú qué dices (tn)? -me preguntó.

Tú: Suena tentadora la propuesta -dije solo para hacerlos sufrir.

Anna: Anda (tn), vamos -insistió.

Tú: Está bien, solo quería hacerlos sufrir -confesé riendo.

Comenzamos a reír los cuatro. Esta vez no había necesidad de pedir permisos, ya que las salidas eran otorgadas solo por ese día. Anna y yo fuimos a nuestras respectivas habitaciones para tomar algunas cosas que nos hicieran falta. Salimos del colegio Mike ya esperaba a Anna en su auto y Drake a mí también en el suyo.

Llegamos a casa de Mike en menos de media hora, Drake estaciono el auto y bajamos para entrar a la casa donde estuvimos un buen rato con ellos.

* * *

Drake: Bueno chicos, gracias por invitarnos pero tenemos que irnos -anunció.

Mike: Al contrario, gracias a ustedes por venir.

Comenzamos a despedirnos, salimos de casa de Mike y subimos al auto de Drake.

Tú: ¿Y a dónde piensas llevarme?

Drake: A cenar, ¿te parece? -preguntó dentro del auto.

Tú: ¿Cómo sabes que tengo hambre?

Drake: Logré escuchar como rugía tu estomago, hasta acá.

Tú: ¿En serio? -pregunté apenada, él solo se burlo.

Drake: No, era broma, pero yo sí muero de hambre.

Tú: Pues ya somos dos.

Drake: Bien. Después te llevo a casa de tu mamá, si quieres.

Tú: Sí, muchas gracias.

Drake condujo como media hora más, hará que llegamos a un restaurante no tan lujoso donde no se necesitaba reservación. Nos asignaron una mesa y nos fuimos a sentar, el mesero nos dejo la carta y se marchó, pero nosotros ya sabíamos que era lo que íbamos a ordenar.

Drake: ¿Ya sabes que vas a ordenar?

Tú: Sí, ¿tú?

¡Macarrones con queso! -dijimos al unísono, comenzamos a reír.

Drake llamó al mesero y ordenó dos platos de marrones y dos vasos de jugo de naranja. Quince minutos después llegó el mesero con nuestras órdenes y nos dispusimos a comer.

Toda la cena nos la pasamos hablando y riendo, algunas personas de ahí nos miraban raro, pero era inevitable dejar de reír con Drake a un lado. Terminamos de comer y él pidió la cuenta, yo quería ayudarle a pagar de verdad, pero Drake no me dejo e incluso me regaño.

Drake: Jamás te dejaré pagar, (tn). Así que no vuelvas a intentarlo -reprimió ya en el auto.

Tú: ¿Qué tiene de malo? A mí no me pesa.

Del Odio al Amor. | Drake Bell [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora