Disclaimer: Los personajes de Supernatural no me pertenecen sino a Eric Kripke.
._._._._.
Capítulo 1
Dean estaba recostado en la cama haciendo zapping. El aburrimiento trepaba por su espalda y se acumulaba a un lado de su reciente enfadado, misma emoción que trató de mantener oculta trató de su hermano menor. No es como si Sam fuese el culpable de dicha situación, bueno, culpable a medias y en ese momento para Dean eso era más que suficiente para amamantar su enojo.
John se había marchado hace unas cinco horas a cazar lo que parecía ser un hombre lobo en Minnesota y los había dejado en esa cutre habitación de motel sin rastro de una fecha fija de cuándo volvería.
El recuerdo de estarle rogando a su padre para que le llevase consigo en esa cacería afloró su malestar ante el rotundo no que había recibido. Una vez que el gran John Winchester pronunciaba una negativa era imposible que cambiase de opinión, pero eso no había frenado a Dean para que se diera por vencido.
—Pero, papá ¿por qué no puedo ir contigo? —soltó Dean con fastidio ante prohibición de cazar su primer hombre lobo.
—Dean, por quinta vez te lo repito esta cacería es muy peligrosa. Además, me encontraré con Bobby y Caleb y te necesito aquí para que cuides de tu hermano —habló algo exasperado, sintiendo como la paciencia se le empezaba a acabar.
Para John era una incógnita el cómo no se había vuelto loco a estas alturas de su vida de padre.
—Entonces tengo que quedarme de niñera de la princesa Samantha. Genial, eso apesta. Soy un buen cazador y termino siendo delegado a niñera —decir que Dean estaba indignado era poco.
No es que el no quisiera a su hermano menor, al contrario adoraba a ese enano, era su vida y razón de existir, pero con un demonio que se estaba perdiendo la cacería de un maldito hombre lobo.
John Winchester nunca fue conocido por su gran calma y Dean le estaba llevando al límite.
—Escucha, Dean. Si yo te digo que saltes tu preguntas a qué altura, y ya he dicho que te quedas aquí y punto. Además, todo un cazador experimentado como tú dices y no puedes hacerte cargo de un niño. Vaya, eso sí que apesta.
—Yo no soy un niño —replicó Sam desde el raído sofá de la sala donde se encontraba acostado, leyendo su nueva adquisición El Hobbit—. Además, puedo cuidarme por mi mismo.
—Claro, chico maravilla. Si según tu eres tan bueno estando por tu cuenta, ¿cómo explicas lo que pasó la última vez? —inquirió Dean enarcando una ceja a modo de interrogación.
—Fue un accidente —contestó airadamente—. Y a cualquiera le pudo haber pasado —lo cual era totalmente cierto.
—Noticia de último minuto, Sammy, a mí no me pasaría semejante accidente. Mira que prenderle fuego a la habitación va mucho más allá de algo típico y casual del día a día.
Dean sabía que en cierto punto estaba siendo un completo idiota. El asunto con el fuego no había sido culpa de Sam, aquel motel era una pocilga total que se mantenía en pie de seguramente por las constantes oraciones del dueño. El cableado era tan viejo como su primer papel tapiz y cuando el Winchester más joven encendió el televisor este hizo corto, sacando un chispero el cual provocó que las cortinas agarraran fuego.
Por dicha para Dean esa tarde no tenía mucho trabajo en el taller así que había optado por salir dos horas antes del trabajo y así poder evitar que el fuego llegará a más. En resumen su hermanito era la mala suerte personificada.
—¡Se callan los dos! Sam, tú dices que no eres un niño pero no me demuestras lo contrario y Dean... —mirando directamente a su hijo mayor—. Te quedas y es una orden. Y en caso de que quieras seguir discutiendo te aviso que no voy a dudar en azotar tu trasero.
—No puedes hacer eso. Tengo dieciocho años, ya no puedes tratarme como a un niño—gritó indignado y aunque le costase admitirlo un poco temeroso.
—¿En dónde dice que no puedo hacerlo? Aquí soy el padre y si no te gusta dímelo directamente —dijo poniendo su mejor cara de no te atrevas a discutir o te arrepentirás—. ¿He sido claro?
—Sí, señor —añadió a regañadientes.
Diablos, su padre a veces daba miedo, más cuando amenazaba con azotar su trasero como si fuese un crio y lo que le daba más miedo es que sí sería capaz de hacerlo aplacar su actitud de insubordinación.
—¿He sido claro, Sam? —esta vez se dirigió a su hijo menor quien estaba enfurruñado tras ese bendito libro.
El silencio reinó por uno segundos en la habitación y John tuvo que contenerse para que le explotas una vena importante del cuello.
—Samuel —clamó con voz cansada, ya estaba viejo para eso.
—Sí, señor —murmuró con desgana.
—Bueno, al parecer ya estamos claros en todo— De fondo se escuchó un bufido de Dean, pero optó por el bien de su salud mental pasarlo por alto—. Me marcho y lo digo en serio, no quiero oír ninguna queja de ustedes dos, nada de peleas. Dean, no te olvides de salar las puertas y ventanas, no le abran a nadie, nada de salir en la noche y lo más importante...— fue interrumpido por su hijo mayor.
—Sí, lo sé, cuida de Sammy. Demonios, papá, desde cuándo te convertiste en una mamá gallina ——no hacía falta que le repitieran esa letanía, ya la conocía desde que tenía cuatro años.
—Creo que se me pegó de ti —Dean tenía razón, si no salía de esa habitación terminarían trenzándose el cabello.
—Yo no actuó como una mamá gallina —de hecho de cierta forma si actuaba así y todo era culpa de Sam, no podía evitar andar siempre preocupado por el niño, cuidarlo siempre ha sido su trabajo aunque a veces se pasara de madre histérica.
—Sam, obedece a tu hermano —simplemente vio una cabeza subir y bajar en modo de afirmación. En otro tiempo le hubiese reprendido y exigido que respondiese verbalmente, pero estaba corto de tiempo y no quería ni una cana nueva en su cabellera—. Los veo tal vez dentro de dos semanas, yo estaré llamando —y sin más salió por la puerta dejando a un Dean enfadado por no poder ir con él y aun Sam indignado por ser tratado como a un niño.
—Ya escuchaste, perra. Me tendrás que obedecer en todo, desde este momento mi palabra será tu nueva ley —comentó tirándose con aburrimiento en la cama.
—Ni en tus mejores sueños, idiota —murmuró el castaño sin despegar su vista del viejo tomo.
._._._._.
A eso de las cuatro de la tarde empezó a llover a cántaros, quitándole a Dean toda posibilidad de salir a divertirse a algún bar con alguna mesera guapa. Por lo visto estaba atrapado con su hermano menor y eso calentaba aún más su enfado.
Con un suspiró de cansancio se fue a la despensa de la cocina a checar cuales eran las provisiones que les quedaban y de paso pensar en la futura cena. Tal parecía que comerían Mac con queso.
Definitivamente serían dos semanas muy largas y aburridas. Bueno, si es que su padre no se atrasaba de más como a veces sucedía.
._._._._.Gracias por leer.
ESTÁS LEYENDO
Gritos Silenciosos (EN EDICIÓN)
FanfictionEl trabajo de Dean Winchester siempre ha sido mantener a salvo a su hermano menor de cualquier criatura o persona, pero nunca llegó a imaginar que él sería uno de los principales responsables de causar tanto daño a su hermanito. *La imagen de portad...