Capítulo 19.

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19|Tú lo vales nena

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19|Tú lo vales nena.


El paseo en motocicleta por la ciudad me dió otra perspectiva. Todo lo veía como un borrón. Pues si que corre bastante la moto.

Me sujete más fuerte de él y lo sentí reírse. Llegamos a una intersección y nos detuvimos por el semáforo en rojo. Él puso su pie derecho en el asfalto y la motocicleta se inclinó un poco. Se enderezo y dejo sus manos sobre sus piernas. Volteo un poco a verme y sonrió.

Suspire y esto provoco que mi pecho se apretujara todavía más en su espalda. Lo sentí contener un poco la respiración y a continuación la soltó lentamente. Se inclinó sobre el tanque de gas para agarrar de nuevo el manubrio y en cuanto el semáforo cambió a verde salimos disparados de nuevo.

El viento echaba mi cabello hacia atrás y lo sentía latigarme la espalda debido a la fuerza. Fuimos más allá del centro de la ciudad y cuando estuvimos a las afueras sabía a donde se dirigía. Antes no sabía a donde íbamos, ni lo que haríamos.

Íbamos al lugar donde fue tomada una de mis fotografías favoritas. Tenía años de no ir ahí de nuevo. Y estar ahí con él le hacia sentir cosas locas a mi estómago.

Cuando llegamos puso ambos pies en el suelo y apago la moto. Pasó un pie por delante de él para no golpearme a mi y bajo. Estaba por hacer lo mismo cuando él me tomo de la cintura y como si no pesara absolutamente nada me bajó de la motocicleta.

—Puedes dejar tus cosas aquí.—Dijo refiriéndose a mi mochila.

Me la quite y levantó el asiento de la motocicleta. Entonces me di cuenta de que era un tipo de cajuela como en los autos. Metí mi mochila y me quite los zapatos y también los metí ahí. Él hizo lo mismo con sus botas.
Cuando todo estuvo guardado caminamos hacia la playa.

Camine unos pasos por delante de él y observe el agua y los pequeños destellos que el sol provocaba en ella. Él llego a mi lado y también observo la vista.

—Hace años que no venía aquí.—Le dije.

—Yo lo hago seguido. Cuando necesitó escapar de toda la locura de la Corporación vengó aquí.

—Eso me recuerda que deberías estar en la oficina.

Voltee a verlo pero él veía el horizonte con una sonrisa.

—Créeme a veces debes salir de ahí, es una locura.—Suspiro como si estuviera cansado.

Lo observe sin dice nada y cuando vio que me quede callada volteo a verme.

—¿Por qué estamos aquí, Trunks?

—Sabes porque.

—Si. Pero no entiendo porqué este lugar.

—Sabía que no habías vuelto aquí desde esa vez que estuvimos aquí con nuestras familias.

Se humedeció los labios. Y no pude evitar verlo hacerlo.

Un Destino Inevitable •Trunks•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora