Capítulo 17.

7.1K 328 72
                                    

17|Tal vez no soy la persona que todos creen conocer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

17|Tal vez no soy la persona que todos creen conocer.

La inhalación profunda me hizo levantar la mirada. Pero fue el desarmador hacer contacto con el suelo lo que me provoco un pequeño brinco. Él estaba ahí. Parado frente a mi. Sus ojos no dejaban de ver mi cuerpo. Iniciando por mis ojos, boca y deslizandose poco a poco hacia abajo.

Mi cuello, clavícula.

Contuve la respiración cuando esos ojos azules se deslizaron más abajo. Me sentía a punto de explotar. Un escalofrío recorrió mi cuerpo de pies a cabeza cuando sus ojos se posaron en mi pecho. Entre abrió la boca para dejar salir el aire que había inhalado y siguió su camino a mi cintura bajando poco a poco a mi cadera y un poco más abajo.

Se sintieron como horas mientras sus ojos recorrían mis piernas y regresaba despacio por el mismo camino de antes. Se demoró un poco más en mi pecho y finalmente su ojos enfocaron los míos de nuevo.

Estaban oscuros y sus párpados se veían pesados. Cerró lentamente sus ojos y los dejo así un momento antes de tomar con una mano el cuello de su camisa y llevar la otra hacía atrás y jalar hacia arriba su playera. Cuando quedo sin ella fue mi turno de inhalar y recorrer su torso.

Hacia años que no lo veía sin playera. Había visto sus brazos y sabía que estaban llenos de músculos. Pero su torso me dejo sin aliento. La última ves que lo vi así, tenía abdominales y pectorales marcados. Pero esto. Esto no se comparaba y mi imaginación no le hacia justicia a la realidad.

El había tomado el famoso paquete de seis y lo había convertido en ocho. Ocho perfectos cuadros en su vientre.

Se acerco a mi y extendió de cualquier manera su playera para colocarla en mi pecho dejando sus manos en mis hombros. Puse una mano en mi pecho sosteniendo su playera y con la otra puse un mechón de mi cabello tras mi oreja y levanté la cabeza para verlo a los ojos.

Me observaba con la boca ligeramente abierta y podía sentir su aliento mentolado chocar contra la mía. Puse mi mano libre en su cadera para sostenerme. Sentía que en cualquier momento mis piernas cederían.

Él subió una de sus manos de mi hombro a un lado de mi cuello. Y mientras sus dedos quedaron en mi nuca su pulgar acariciaba mi quijada. Lamí mis labios y cerró lo ojos. Cuando los abrió estos brillaban y acerco su rostro hasta que su nariz toco la mía. Pero se detuvo. Maldición. Volteo hacia un lado cerrando los ojos con fuerza y vi como se movió su manzana de Adán al tragar. Puse mi otra mano en su pecho y su playera cayo al suelo a mis pies.

Volteó la cabeza de nuevo hacia mi y abrió los ojos. Y entonces su boca choco con la mía. Obligo a mis labios abrirse y metió su lengua. Su otra mano se enredó al rededor de mi cintura y me jalo hacia su cuerpo. Al hacer contacto nuestros pechos desnudos nos separamos respirando agitadamente. Pero enseguida volvimos a besarnos.

Sus labios eran suaves y con el mejor sabor, mejor que cualquier otro chico que hubiera besado jamás, su beso fue alocado y repleto de andanadas de deseo y placer, nos besamos con desesperación, con necesidad, con furia, con fuego, con pasión. Él mordía mis labios de una forma provocativa e incitante, nuestras lenguas jugaron un peligroso juego y cruzaron la línea de salida, su lengua se movía con rapidez y salvajismo acariciando la mía y explorando las fosas más secretas y prohibidas de mi boca.

Un Destino Inevitable •Trunks•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora