Ya era media tarde cuando me desperté, el día era débil en el exterior y me encontraba como una oruga, envuelta en mantas de pies a cabeza, supe enseguida que seguía desnuda y me estremecí al recordar la causa. Metí la cara en las mantas sonrojándome. "Que demonios pasó?" " ¿ Todos esos sentimientos serán ciertos? Dios realmente sentí que le amaba, que encajaba con él para toda mi vida aún sin conocerle... aunque seamos sinceras no es que sea un desconocido. Es cabezón, tosco, familiar, curioso como un gato, protector, sincero aunque tenga miedo de expresarlo, leal... en fin que no es que sea ya un extraño y la sensación desde que llegué va tomando sentido cada día que pasa. No lo entiendo."
Me levanté al escuchar la puerta cerrarse, se había ido. "Qué demonios...."
- Adonde te crees que....- se fue.
La primera sensación que me abordó fue vergüenza, no sabía que había hecho mal, que le impulsaba a irse cuando yo solo quería estar con él ahora que quería comprobar estos nuevos sentimientos hacia él, pero claro, aunque el perro estúpido se desnude, perro estúpido será. Lo siguiente que me invadió y por este sentimiento suceden las desgracias en mi vida es la mezcla de ira y orgullo.
- Se cree que me voy a quedar llorando, lo lleva claro, a la mierda- cogí una camisa de lino que había por ahí y con el pelo alborotado, sin nada más que la camisa y mi amada hacha, era de él pero esta cosa de metal y yo ya teníamos historia juntas, salí a la calle en su busca.
Le vi girando entre unos arboles y allá que fui, le seguí hasta que llegó a una casa muy concurrida de gente dentro y fuera, rodeándola con lo que parecía un mercado, donde los esclavos iban comprando y los animales y los niños se hacían con el terreno jugando y corriendo mientras madres y granjeros chillaban y los perseguían. La gente susurraba a mi alrededor, algunos me sonreían y otros me miraban con vergüenza y desprecio. Me dí cuanta de que era la primera vez que salía de la casa desde que entre, quitando lo del bosque. Decidí que no me importaban un pimiento y entré a la casa concurrida detrás del perro.
Definitivamente debería haber optado por más ropa, estaba lleno de bestias de diferentes edades que se quedaron asombrados al verme entrar con tal descaro y con tan poca cosa encima.
- Eh mirad, un hada se ha perdido! Quieres que te ayude cariño... puedo ayudarte
- Hola guapa a quien vienes a matar? ojalá me mandaras tu a Valhala, pero se me ocurre otra forma....
Los hombres me decían groserías y intentaban tocarme, me puse nerviosa pero no reculé, hoy solo pensaba matar a una bestia, pero no me lo estaban poniendo fácil, correría más sangre.
- Perro estúpido! - chille alto y claro- Dónde estás maldita sea!
Se quedaron todos de piedra, y yo avancé por la sala en su busca, había una señora en una esquina que no me quitaba la vista de encima era algo mayor y su ropa y su cara estaban sucias, parecía cansada. Algo me aplacó y empezó a arrastrarme hasta la puerta. Miré hacia arriba y allí estaba mi presa de hoy, o una de ellas como siguieran mirándome así todos los demás. Me zafé como pude y me puse delante de él mirándole con los ojos inyectados en sangre.
- ¡Quién te crees que eres! ¡Después de todo lo que ha pasado haces esto! ¿Te vas y ya está? ¿te crees de verdad que me iba a quedar esperándote mientras hacía la comida tostando el pan con rayos y reprimiendo lo que sentía hasta que el señor le diera por aparecer? aiiiii ¡no sabes con quién te has metido perro! - chille sin dejar de moverme alzando los brazos y con la furia saliendo por mi boca.
- ¿Se puede saber que haces? Has montado este numero que nos avergüenza a ambos por.... ¿Porque me he ido al levantarme sin que? ¿Sin un beso de buenos días, sin una palmadita en el culo diciéndote que ayer lo hiciste bien?¡La pregunta es quien te crees tu! - estaba temblando de ira y en sus ojos veía que no entendía nada de esto cuando para mi estaba clarísimo.
El silencio se apoderó de toda la casa, pero para variar nosotros no prestábamos atención a los demás, esto era entre dos titanes y haríamos arder la tierra hasta que alguno reculara. Pero la vida da muchos giros y la mía estaba apunto de tomar uno de los mas grandes.
- ¿Así que eres tu la gran valkiria ?- Me giré buscando a la bestia que había dicho eso y me encontré con la señora cansada y sucia que me miraba desde que entré, se acercaba a mi.- Mataste ami marido con tu primer rayo, tengo entendido.
Lo siguiente que noté fue su espada en mi estómago, la noté fría atravesándome, parecía irreal, como si no fuera yo la que caía y la que empezaba a descomponer sombras hasta solo ver una bruma, la que después lo vio todo oscuro y notó a su corazón dejar de bombear.
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Los Ojos De La Valkirya
RomanceFue una bestia, hasta que me di cuenta de que yo podía ser una bestia también.