ADVERTENCIAS

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CASSANDRA

Acababa de llegar del trabajo a mi apartamento, en la entrada saludé a Marcos, el guardia de seguridad, un hombre de aproximadamente unos 40 o 45 años, quien siempre ha sido muy amable con todos los habitantes de la zona. Al entrar, me estaba esperando como era costumbre mi más fiel acompañante Max, a quien adopté cuando era solo un cachorro. Encendí la tele, tomé de la nevera un poco de jugo, me preparé algo de comer, y me senté en el sofá a descansar. Escuché el sonido del despertador, me levanté algo desubicada, entonces me di cuenta que me había quedado dormida en la sala, me dispuse a alistarme lo más rápido posible para ir a trabajar ya que hoy el tiempo me apremiaba, tenía solo media hora.

Siendo las 8:05 am llegué al estacionamiento de la oficina, me bajé de mi auto e ingresé a mi zona de trabajo, en el camino me encontré con Madison, quien me recordó el retraso de cinco minutos que tuve, y cielo santo, tuve que contenerme de recordarle todas las faltas que ella ha tenido ya que esta chica siempre me recuerda hasta el mal paso que doy. El día pasó igual que siempre, algo agotador, sin contratiempos ni novedades, así que para esta noche quedé en encontrarme con mi mejor amiga April en el restaurante que amamos, Hummus Bros. Cuando llegué ella ya estaba esperando dentro, en nuestra mesa de costumbre, estaba de espalda lo cual me dio la oportunidad para darle un sustito, caminé hasta ella lo más sigilosamente posible y la espanté

–Hey Cass que te sucede, que susto me has pegado– me reprochó con cara de alguien que ha visto al mismísimo Freddy Krueger en persona.

–Nada, solo quería darte un hola de manera...mmm diferente

–Tengo que contarte algo muy, pero muy raro que me ha estado pasando– me dijo bajando la voz, mirando para todos lados, como si temiera que en cualquier momento fuera a haber un ataque terrorista, y como siempre yendo al punto, ella siempre ha sido de aquellas personas directas, pero que poco cuentan lo que le está pasando y si ella me decía esto era porque es realmente importante.

–Dímelo todo, ya me estas asustando

Tomó un gran suspiro, comenzó a hablar y las palabras salían de golpe de su boca.

–April respira, tranquilízate y dime las cosas más fluidas pero poco a poco.

Fue así como me contó que últimamente ha estado recibiendo mensajes y llamadas a mitad de la noche, eran insistentes y de un número privado, por lo tanto no se podía saber de donde era, ni de quién. Los revisé uno a uno, habían de todo, desde halagos hasta advertencias, parecía que eran enviados por alguien que la estuviera vigilando a diario, hora tras hora; eran algo como: "Que bien se ve ella con ese traje de oficina ¿no?" "Cuidado al frente, puedes chocar" "No seas tan indecisa sabes perfectamente que el azul te queda mejor" "Ni se te ocurra voltear" Hasta ahí me parecían no tan extraños, pero cuando leí el siguiente empecé a asustarme un resto ya que decía algo muy, muy tenebroso, se me puso la piel de gallina con tan solo leerlo, y por la hora en que fue recibido no me gustó para nada, "Querida, revisa muy bien con las personas que te relacionas, puede que sean una bendición, o un tormento para tu vida, ¡ah y cuidado con los de tu alrededor, puede que deje de ayudarte con tu decisiones, y yo empiece a elegir qué es lo mejor para ti!" Recibido el 07/05/2010 a las 02:25am. Dejé de leer, April estaba llorando, así que supuse que no quería hablar por ahora, pedí la cuenta, y le dije que esta noche me quedaría con ella y mañana miraríamos bien esto. Nos dirigimos a su apartamento, que quedaba justo a unas dos cuadras del mío, le hice un té para que se relajara, nos sentamos a ver películas pero ella estaba algo agotada por todo este caos, se quedó dormida a los pocos minutos, yo no dejaba de pensar en quien sería el depravado que ha estado vigilando a mi amiga, y quien sería la persona de la que tendría que alejarse.

A MITAD DE LA NOCHEWhere stories live. Discover now