01.

3K 355 206
                                    

Se Hun.

Abrí las maletas para comenzar a organizar mi parte del dormitorio. Era más grande de lo que había imaginado pero más pequeño que mí baño en la casa de mi padre.

Sentía la mirada de mi compañero de pieza desde su lado del cuarto.

Sabía que el chico se llamaba Lu Han, que era mayor que yo y que era extranjero.

Sabía todo eso ya que mi mejor amigo, JongIn, estaba "enamorado" del chino y se pasaba hablando de todas sus perfecciones y virtudes.

A mí me parecía un chico completamente corriente.

No tenía tiempo para fijarme en alguien que no fuera Byun Baekhyun...

— ¿Tengo que cocinar mi propia comida? —pregunté acomodando mis libros en el pequeño estante de la habitación.

— ¿A qué te refieres? —me miró con el ceño fruncido.

—Nunca he vivido en los dormitorios, tengo dudas acerca del horario de desayuno, almuerzo y cena.

—La cafetería siempre permanece abierta, no puedes cocinar en los dormitorios. —me advirtió y me di cuenta, JongIn tenía razón, su acento era muy tierno.

— ¿Eres muy estricto en cuanto a las reglas, LuHan?—lo miré con un toque de diversión.

Me di la vuelta para verlo de frente, ya había terminado de ordenar mis cosas.

—Lo suficiente como para no ser expulsado. —asentí, pero la sonrisa burlona seguía en mis labios.

Vi como mordía su labio inferior, estaba nervioso, miraba a hacia todos los lugares habidos y por haber en el dormitorio.

Menos a mis ojos.

— ¿Te pone nervioso mi presencia, LuHan? —Me miró a los ojos y volvió la vista al piso en cosa de dos segundos.

—Nunca había tenido un compañero de habitación, no estoy acostumbrado a tener personas aquí, es solo eso. —dijo mientras jugaba con sus dedos.

Pensé en que el chico podría tener una buena carrera como modelo, con todo y sus ropas holgadas, y su cabello como nido de aves se veía muy bien.

Esa noche me dormí realmente tarde, no podía conciliar el sueño. Aun después de haber repetido la misma playlist de "Piano para dormir" unas veinte veces.

.

—SeHun, SeHun, SeHun...— escuche a lo lejos, sentí como unas manos me daban ligeros toques en los hombros.

Abrí los ojos y me encontré con la cara de mi compañero de habitación.

Dirigí mi mirada al reloj de mi mesita de noche, fruncí el ceño al ver la hora y con la misma expresión miré al chico sentado a un costado de mi cama.

— ¿Por qué mi reloj dice que son las siete de la mañana?

—Porque es esa hora. —al terminar la oración, volvió a morderse el labio inferior.

Estaba nervioso de nuevo.

— ¿Y por qué yo no estoy durmiendo? —juraba que echaba fuego por los ojos.

LuHan boqueó como pez sin encontrar una respuesta buena, tal vez no debió despertarlo tan temprano.

—Porque yo te desperté. —Juro haber visto un tono carmesí apoderarse de sus mejillas, pero estaba más dormido que despierto como para prestarle atención a ese tipo de cosas.

—Deja de decir respuestas estúpidas. —le dije ya enojado. Yo era el antónimo de la palabra madrugador.

—Entonces deja de preguntar cosas estúpidas. —dijo en un susurro, casi para sí mismo. Pero, lo escuché perfectamente.

— ¿Para qué me despiertas tan temprano, LuHan? —le pregunté con un tono de desesperación obvio, mientras me sentaba de una en la cama. Quedando a escasos centímetros de él.

Tan lejos como para no sentir su respiración, pero, tan cerca como para darme cuenta de que tenía una cicatriz, justo debajo del labio que estaba siendo mordido sin piedad.

—Se está pasando la hora del desayuno.

Abrí los ojos como dos platos, hice a LuHan a un lado con cuidado. Porque temía que a causa de un movimiento brusco le quebrara un hueso o algo. Así de delicado se veía el niño.

Y corrí, corrí a bañarme, luego corrí a vestirme. Porque mi comida me estaba esperando, carajo.

Cuando me estaba echando el perfume y haciendo un intento por secar mi cabello con una toalla miré a LuHan. Él solo movía los ojos siguiendo mis movimientos por toda la habitación. Sentado en pose de meditación, muy tranquilo.

LuHan estaba impresionado de como su compañero de habitación podía hacer tantas cosas en tan poco tiempo, se preguntó si se habría bañado bien...

Cuando estaba a punto de salir, le dirigí una mirada a mi compañero.

— ¿No vienes? —le pregunté, respondió negando levemente.

—Ya desayuné. —me sonrió.

—Puedes venir conmigo y observarme comer, es un privilegio que muy pocos tienen. —Arqueé mi ceja derecha y lo combiné con una sonrisa. Esa era mi manera de decir "Acompáñame, por favor, no quiero estar solito".

LuHan se quedó mirando un punto en la pared, con los labios ligeramente separados, parecía sumergido en su propio mar de pensamientos, su propio mundo.

—Iré. —Soltó de repente, mientras se levantaba de su cama y se colocaba sus pantuflas amarillas de dinosaurio.

«Qué monada» pensé.

—Vamos. —dijo cuando ya estaba fuera del dormitorio, yo seguía en shock por sus pintas.

— ¿Acaso piensas ir a la cafetería en pijama? —le pregunté estupefacto.

—Todo el mundo va a la cafetería en pijamas. —dijo sonriendo de forma traviesa, con sus manos detrás de su espalda, balanceándose con sus pies de atrás hacia delante.

Tal como un niño después de hacer una broma.

Cuando llegamos a la cafetería comprobé que todo lo que me había dicho LuHan era cierto.

Todos estaban en ropas de dormir.

Las chicas en pantaloncillos con dibujitos y franelas de colores, una que otra en camisón. Los chicos en su mayoría con pantalones holgados (creo haber visto uno con estampado de pokémon) y camisetas de colores. Y absolutamente todos en pantuflas o chanclas.

Yo era el único raro arreglado y perfumado a esas horas.

LuHan me había dicho las causas del porqué de ir en pijamas. A) Era demasiado temprano. B) El agua a esa hora salía más que fría (yo era fiel testigo de ello). C) Se desayuna mejor en pijamas. Esto último lo dijo con una gran sonrisa que le llegó a los ojos tornándolos en medias lunas.

Me sentía fuera de lugar, pero la presencia delpelinegro que tenía por acompañante me calmaba de alguna manera.    

¿Por qué Lu Han?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora