07.

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—Noona. — El platinado llamó a la chica sirviendo café para que le prestara un poco de su valiosa atención.

— ¿Qué?—La azabache siguió con su tarea, sólo que ahora su sentido de la audición estaba enfocada en Chanyeol.

—Estoy en problemas, Noona. — El chico apoyó su frente contra la superficie de madera que lo separaba de la chica al otro lado de la mesa de bar.

—Lo vi, está en todas las redes sociales. —la chica se alejó después de decir eso, posó el café junto con un desayuno, de esos americanos, con pancakes y frutas. —LuHan, llévale a la mesa siete y después de eso te puedes irte, no has descansado desde que llegaste ayer, pareces un zombi.

— ¿Quién es él?—La mayor le dio un vistazo a Chanyeol para saber a quién se refería.

— ¿Lu Han?—lo miró confundida. Chanyeol asintió. —Es nuevo aquí en el bar. En el instituto me habló de que necesitaba un trabajo, le ofrecí éste, pero el chico a veces se excede. —contó mientras lo observaba. Luego volvió a hablar.

— ¿Por qué, te gusta?—Arqueo perfectamente una ceja mientras miraba al platinado más de diez segundos. Un gran avance. La chica no lo miraba lo suficiente. Pero eso le gustaba de ella. Lo hacía sentir normal.

El platinado negó a la pregunta.

—Creo haberlo visto antes.

Chanyeol pensaba haber visto a Pekhyung hablando con ese chico en la fiesta. Necesitaba encontrar al chico, llevar a cabo el plan del secretario de su padre y ver si podía salir de aquel embrollo.

—Es posible que lo hayas visto antes, es de la generación de SeHunnie.

— ¿Es amigo de SeHunnie? —la azabache sólo se encogió de hombros término de limpiar la superficie del mostrador y luego le sonrió a Chanyeol antes de hablar.

—Yo los shippeo.

—Ay, Noona. —Chanyeol se llevó las manos a la cabeza. — Con eso de nuevo no, por favor. Te dije que deberías dejar de leer esas historias homosexuales.

— ¿Por qué debería hacerlo?—La mayor se quejó. — ¡Tú, pequeño bastardo, vienes a decir que no lea cuando tú lo practicas!—Con cada palabra que la chica decía le pegaba al menor con el pañuelo, con el que minutos antes, había estado limpiando.

—Sólo digo que es malo que leas eso, te corrompe. — El más alto pensó un poco más lo que decía. — bueno, te corrompe más, de lo que ya estás.

Chanyeol recibió un generoso golpe en su cabeza y se rindió en la discusión. Se acomodó en uno de los asientos de la barra y posó su cabeza entre sus brazos, dispuesto a tomar una siesta y esperar a que Tina terminara su turno.

—Buenos días, Noona.

Y la escuchó, esa voz, era alta y clara, un poco ronca a veces, pero hermosa.

—Buenos días, Byun, LuHan está en los vestidores. —la azabache le sonrió mientras servía otra taza de café, para algún cliente por ahí.

Chanyeol mantenía su cabeza escondida entre sus brazos mientras trataba de que sus enormes orejas funcionaran bien por una vez en la vida.

¿Era él?

Escuchó los pasos del chico desde la entrada pasar por detrás de él y detenerse ahí más tiempo del debido. Luego continuó con su destino, los vestidores. Chanyeol soltó todo el aire. El cual no sabía en qué momento había comenzado a contener.

Levantó un poco su cabeza de la pequeña cueva de protección que había creado con sus extremidades y miró la espalda del chico.

Sin duda era él, ese trasero lo reconocería donde fuera.

¿Por qué Lu Han?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora