Carta N° 6: 'Estoy perdido.'
A la mañana siguiente me levanté a las 10:36 aproximadamente, lo que significaba que no iría al colegio.
Fui hacia el baño y vi en el espejo mi horrible aspecto. Mi cabello todo alborotado, unas notorias ojeras de no dormir bien y una cara demarcada.
Me lave la misma para despertarme y funciono un poco.
Me vestí con unos jeans viejos de Lanze, mi clásica camiseta negra y un gorro negro.
Bajé a la cocina y noto que no estaba nadie en casa. Es mas que seguro que Lanze esté en la universidad, Derek y Tadeo en el colegio, papá en el trabajo y mi madre seguro que fue a la casa de una de sus amigas.
Tomé las copias de las llaves de la casa. Busqué mi mochila y metí mi celular, una manzana, una botella de agua, un suéter y algo de dinero por las dudas.
Agarré mi cámara y la colgué en mi cuello y salí de la casa. Este iba a ser un día largo.
***
Caminé hasta las costas que estaban a unas 3 horas desde mi casa.
Paseé por allí mientras tomaba algunas fotos. Me sentía libre y en paz. Al fin respirando aire puro, limpio.
Sin tomar conciencia hacia donde iba, pensando solo en las olas golpear las rocas de las costas. Y esa maravillosa brisa fresca que llenaba mis pulmones y tiraba mi cabello hacia atrás.
No pude más y me senté, no sabia donde estaba. Simplemente me senté y cerré mis ojos.
Al cabo de unos segundos me recosté en el suelo. Me quedé dormido.
[4 horas mas tarde]
Me desperté en el suelo, estaba desconcertado de donde me hallaba.
Busqué algo para abrigarme ya que la temperatura había disminuido. Me coloqué un suéter que encontré.
- Estoy...perdido.- dije para mi mismo.
Vi a alguien venir desde el otro lado de la costa. No veía bien su cara, solo una silueta que se acercaba.
A medida que se encontraba mas cerca podía ver mas características.
Chica.
Un poco baja.
Cabello negro.
Jeans.
Camiseta blanca y camisa a cuadros.
Cabello ondulado.
Ángela.
Mierda, era Ángela. Nunca la había visto a tan pocos metros de mi.
Me dediqué a mirar hacia otro lado para que no notara quien era, al menos que no viera mi cara.
-Disculpa...- su voz dulce me dio una sensación de ternura. - Por donde puedo llegar a la ciudad?- no sabía que responderle, estaba perdido, y ella también.
- Lo siento, pero yo también estoy perdido.- bajé la cabeza con vergüenza.
-Oh, no es tu culpa. Si quieres puedes acompañarme a ver como encontrar el camino.- lo dijo con cariño, esperando mi respuesta.
No podía ir con ella, nos estaba listo para que vea mi cara.
- Lo siento, no puedo, mejor me quedo...-
- Por qué?-
- Es que debo....- pensé un momento- Hacer unas fotografías al anochecer.-
- Oh, está bien. Volveré con mi amigo a buscar un camino.- así que venía con su amigo. Ya me parecía que ella no estaba del todo sola.- Nos vemos.-
Cuando creí que estaba mas o menos lejos me di media vuelta para ver como se encontraba con su amigo, Luke. Se fueron caminando, el la abrazaba por los hombros.
Llamé a mi madre para que me recoja de aquí. Ridículo.
***
Al final, no pude no escribir una carta hoy. Por cierto, tu voz es muy dulce, me gusta.
Lástima que estabas con Luke, sigo pensando que el no te merece.
Aún no sabes que existo, ya que no has visto mi cara. Pero algún día, tal vez, me verás.
Creo que debo hacer estas cartas, porque si no lo hago, estoy perdido, no me encuentro, no existo.
No se cuando te veré de nuevo, Ángela.
Anónimo xx
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Anónimo xx
Roman pour AdolescentsPrólogo Julian Harries es un chico "normal" de 16 años, si es que normal se puede llamar a alguien sin amigos, marginado, con gustos musicales no muy comunes en su país y una gran obsesión con los dulces Norte Americanos. El siempre estu...