Presagio (Joing the dots) (Alex Turner - Fanfiction)

PRÓLOGO

Todo lo que me rodea está mal, mi familia, mi casa, mis amigos... [.]

Estoy sola, en una habitación, drogada, mirando el techo.

Sólo una cosa me salvaba: la música. Pero el televisor se enciende y revela el canal noticiario, una voz masculina anuncia "El famoso frotman de la banda británica Arctic Monkeys, Alex Turner, se ha suicidado. Se desconocen las razones. Para mayor información, quédese en LC1".

Es el fin.

–¡YA NO PUEDO MÁS! ¡NO LO SOPORTO! ¡ESTOY DESEPERADA! ¿POR QUÉ TODOS MUEREN? ¿EN DÓNDE ESTÁ MI MADRE? ¡MUERTA! ¡ESTÁ MUERTA! ¿Y LA MALDITA MÚSICA? ¡YA NO HAY! ¡SE ESFUMÓ! – grito desesperada.

Cierro mis ojos con fuerza, liberando las lágrimas, gritando mis temores, intentando desaparecer. Tomo mu cabeza entre ambas manos, aprieto fuertemente mis sienes y pego un grito ronco y sin control...

–¡AH...!

La vista se vuelve negra, y de repente una luz me deja ciega... [.]

–¡Katherine! – abrí los ojos – ¿Estás bien?

–¿Qui... quién eres tú?

–Mira, deja de hacerte la graciosa – rodó los ojos con fastidio – Ya te pedí perdón. Tampoco voy a estar rogándote, y si hago esto es porque Penny me lo ha pedido.

–¿En dónde estoy? – miré confundida mi panorama.

–¿Katherine?

–¿Quién eres tú?

–¿Te sientes bien? – frunció el ceño con preocupación.

–No... – miro el suelo confundida – ¡El funeral! ¡Necesito ir al funeral!

–¿Cuál... qué... pe...?

–¡El funeral! ¡Tengo que llegar!

–¿A... a dónde?

–¡Al funeral de mi madre! – grité asustada – ¡No sé quién seas, pero, por favor, ayúdame!

–¿Te golpeaste la cabeza? – me miró aún más asustado – ¿Katherine?

–¡El funeral! – grité con la garganta cerrada.

–De verdad, me estás asustando.

–¡Llévame al funeral!

–¿En dónde están tus padres? – yo estaba en el borde de una puerta principal, él intentó asomarse.

–¡Muertos! – lloré – ¡Por favor, dime en dónde está la calle del panteón! ¡Llévame ahí!

–Tranqui...

–¡El funeral! ¡Pronto!

–¡Cállate! ¡Maldita loca! – me tomó por los hombros y me sacudió bruscamente – ¡Tus padres están bien! ¡No debes jugar con eso, Katherine!

–¿Có... cómo has dicho?

–Lo que oíste – miré una vez más a la redonda – ¿Estás bien? Pareces noqueada, ¿te golpeaste?, ¿se te bajó la presión?

–Creo que voy a desmayarme...

–¡Ay, no, por favor!

–Necesito ir a un hospital – murmuré – ¿Qué día es hoy?

–Domingo.

–¡Rayos, la universidad!

–¿Universidad?