No entendía qué era lo que estaba sucediendo, sin embargo, todo podía ser mejor que su realidad o lo que había vivido en la mañana: saber que sus padres y hermanas habían muerto en un paro de estado, y que ahora estaba huérfana, era lo peor de todo el mundo, era desgarrador, un dolor incontrolable, un dolor que de vez en cuando desaparecía al escuchar buena música, pero que al final del día, cuando las luces estaban apagadas, y sólo su respiración sonaba en la habitación, volvía.
Ciertamente no recordaba nada, sólo tenía en cuenta la idea de ir a un funeral: el de su familia. Estaba asustada, pero más que nada, desorientada.
¿Quién era ese tal Alex? Al parecer se conocían, ¿cómo? No lo sabía.
Y él, estaba confundido, hace un momento había ido a verla, con la excusa de su madre sobre "se educado y pídele que venga a cenar, sus padres no llegaran esta noche". Ella, como siempre o usualmente era, había contestado "¿A tu lado? No gracias"; se había indignado y cruzado de brazos, ella lo detestaba hasta la muerte. Él insistió, como de costumbre, sabía que a ella le gustaban las súplicas, y sabía que él estaba dispuesto a rogar. Se "odiaban", y Turner sabía fingir muy bien, ya que, muy en el fondo, su loco corazón palpitaba veloz cuando miraba sus ojitos tiernos. Estúpidamente había preguntado "¿Estás en tu periodo, Katherine?", entonces ella frunció el ceño, y a punto de protestar se quedó callada y mirando al suelo, juraba que creía ella iba a desmayarse. Pero de repente ella había alzado la mirada, sus ojos marcaban confusión, y su lengua lazaba toda clase de preguntas sobre qué sucedía justo en ese momento. Peor había sido cuando Jamie había pasado por él, como de costumbre para ensayar en su pequeña banda recién iniciada, y ambos se habían dispuesto a partir, pero ella decidió acompañarlos, así, sin más. Y luego, ese enfrentamiento con Glyn, amigo de la High School. No lo podía creer aún, ella normalmente se hubiese burlado junto con el otro, porque según sabía, había tres razones para hacerlo: le gustaba Glyn Jones, lo detestaba a él, y realmente no era atractivo. Rompió la rutina cuando lo defendió y miró con sarna a Jones. La miró detenidamente, sus labios estaban secos, y quería humedecerlos un poco, sólo un poco... [.]
Salieron del garaje de Matt Helders y caminaron los tres hasta la casa de los Turner.
–¿Qué tal la escuela ahora? – preguntó Penny Turner.
–Oh... pues... – Katherine no sabía qué contestar, miró a Alex.
–La escuela está bien, ma – respondió él – aún nos queda medio año.
"Medio año..." pensó ella.
–Bueno, yo sólo quería hacer la plática.
–Bien – murmuró él.
–¿Y tus padres cómo están? – preguntó David.
–No sé – se limitó a decir.
–Ellos están bien, pa – volvió a contestar el chico.
–¿Por qué respondes por ella? – le susurró Matt.
–Debo contarte algo – fue su única respuesta.
–Okey – susurró Matt y metió un pedazo de comida a su boca glotona.
Horas más tarde, Alex se había dispuesto a acompañar a Matt y a Katherine a sus casas. Discutieron sobre a quién debían dejar primero, Matt fue el perdedor, así que, con paso lento, llegaron a la pequeña vivienda. Turner le susurró en tres segundos "Mañana te cuento", seguido de eso, se giró hasta quedar de frente a Katherine.
–Vamos – le indicó dándole el lugar a seguir.
Caminaban en silencio, pero la duda la carcomía, necesitaba aclarar, por lo menos, unas cuantas cosas, las más primordiales.
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Presagio (Joing the dots) (Alex Turner - Fanfiction)
FanfictionKatherine Featherton, dieciséis años, Sheffield-Inglaterra. "Y querida, si todo es lo mismo para ti... te tendré para mí. Estoy uniendo los puntos." Glyn era guapo, pero tenía la pinta de patán. -Gracias, Featherton - susurró Alex. Sus ojos no m...