15.

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Hablo con el reloj sobre ti. Le digo que te extraño y él se burla de mí.

Le digo que volverás y sus manecillas siguen girando, riendo de que el tiempo sigue pasando y que yo sigo aquí esperando.

Me enfado con las horas que se siguen acumulando y ellas siguen lentamente pasando.

¿Cuándo es que volverás? ¿O es que acaso no lo harás?

Las lágrimas caen de mis ojos al compás del tic-tac, esperando con ansias verte llegar.

El reloj sigue su marcha y yo siento que voy a explotar porque las horas pasan y yo sólo te puedo imaginar.

Tanto tiempo ha pasado que ya se me ha olvidado contar, el reloj se apiada y me dice que, aunque no se puede parar, que me va a ayudar a recuperar.

Me dice que ya no te espere más, que demasiado ha pasado y que tú ya no volverás.

Sus palabras me hieren y me echo a llorar, pero dentro mío sé que la razón le tengo que dar.

Me dice que siga, que debo dejar de esperar, me dice que él no se detiene y que tengo que aprovechar... Me dice que no hay manera de volver atrás y que así como él, yo debo de avanzar.

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