SOLO QUIERO AMARTE - Eternamente hasta el final (Sin Corregir)

CAPITULO 1-Primera Parte: Eternamente hasta el final

 Me parece incierto que una misma persona pueda ser capaz de romper y reconstruir todo lo que eres en tan solo un momento, aunque tengo que admitir que después de todo lo que viví, es cierto.

Me conquistó por completo y dejó su esencia impresa en cada parta de mí.

—De esta habitación no saldrás viva—lo escuche decir—no sé cómo lo hizo pero me atrapó.

Comenzó a besarme y caímos sobre la cama. Yo acariciaba su cabello mientras él me quitaba la polera, al mismo tiempo que lo besaba lo despojé de todo lo que llevaba encima.

Andrew hizo lo mismo conmigo, sentía su cálido cuerpo sobre el mío, acariciándome, pasando su mano por mi cuello hasta mi parte más íntima y llenándome de besos hasta quedar sin aliento.

— Sorel, nunca te dejare, eres el amor de mi vida.

—Y tú eres el mío...—respondí.

Nuestra voz sonaba entrecortada.

Desperté entre sus brazos y cuando lo miré, él me estaba contemplando mientras sonreía.

— ¿Qué pasa? —le dije.

—Te dije que serias mía—exclamó con una sonrisa pícara en el rostro.

— ¿Cómo podría poner resistencia a tus besos? —dije en tono divertido.

Ambos reímos, nunca pensé que podría encontrar a alguien como él, es perfecto.

Lo conocí hace un año, en un concierto. Él estaba junto a mí y ambos estábamos cantando como locos.

—Hola soy Andrew—dijo dándome la mano.

—Soy Sorel, mucho gusto.

—Veo que te gusta esta música—me dijo.

—Sí, me encanta y por lo visto a ti también.

— ¿Estas bromeando? la amo—me miro a los ojos por un momento—, y ¿vienes con alguien? —dijo curioso.

—No ¿y tú? —pregunté.

—Tampoco. ¿Te parece si saliendo de aquí te invito a algún lugar? —cuestionó con toda la confianza del mundo.

—No lo creo guapo, no te conozco—le dije.

—Anda ven conmigo—dijo colocando su mano sobre mi hombro en muestra de afecto.

La música a nuestro alrededor seguía sonando y el chico que había tratado de flirtear conmigo aún seguía mirándome. Con una sonrisa en el rostro, lo ignoré por completo.

Cuando terminó el concierto él ya no estaba a mi lado. Caminé rumbo a la salida de aquel sitio y lo vi, ahí estaba él, esperándome. Sonreí ¿Por qué? ¿Me entusiasmaba? No lo conocía.

— ¿Me acompañas? —dijo acercándose a mí.

—Lo siento, no puedo—seguí caminando mientras él intentaba caminar a mi ritmo.

—Por favor, solo un momento y después te llevo a tu casa—insistió.

—Es solo que no te conozco.

—Ni yo a ti pero no te haré daño. Confía, por favor, solo esta noche— Hizo un gesto que me conmovió por completo—. Por una hora.

¿En realidad debía aceptar?

—Además yo debería ser el asustado—prosiguió—, qué si tú me secuestras y luego me prostituyes a cambio de dinero.

De acuerdo eso fue realmente gracioso. Lo dijo de una manera tan seria que casi se la creo.