CAPÍTULO 17

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—Mataré a Will cuando lo vea—escuchaba a alguien caminar por la habitación, se abrió un cajón y se cerró de nuevo. Me despojaron de mis zapatos y me cubrieron con una manta ligera—o puede que no lo mate—dijo saliendo de la habitación.

A la mañana siguiente sentía el cuerpo muy pesado, la luz me lastimaba y me dolía la cabeza. Tardé un poco en abrir los ojos debido a aquella sensación, me removí en la cama y comencé a examinar el lugar de un lado a otro moviendo la cabeza desconcertada.

— ¿Dónde estoy? —me pregunté.

No era un lugar que conociera, no era mi habitación y por supuesto tampoco era la de Will porque las habitaciones tendrían un estilo parecido.

Me senté sobre la cama enseguida y me examiné, llevaba encima la una playera muy grande para mí pero excelente medida para un hombre y los zapatos y el abrigo ya no estaban. Me sobresalte al ver la playera sobre mí ¿podía ser posible qué yo...?

No recordaba nada de lo ocurrido la noche anterior solo que habíamos ido a aquel lugar en donde me perdí después de unas cuantas cervezas. No sabía que había sido de Will y ni siquiera sabía con quién estaba ahora. ¿Me habría venido con algún otro chico de aquel lugar?

Me llevé las manos a la cara muy arrepentida. Nunca en mi vida me había pasado esto y para ser sincera me daba miedo pensar en las tonterías que podía o pude haber hecho.

—Despertaste—dijo alguien al borde de la puerta haciendo que me sobresaltara e instintivamente me hiciera girar la cabeza hacia él.

Cuando lo hice sentí mis mejillas enrojecer, olvide como respirar. Me sentí muy avergonzada. —Ian—dije en un susurro al contemplarlo, él estaba en pantalones de chándal con una playera blanca y el cabello húmedo también tenía una sonrisa juguetona—. Lo siento mucho—dije apenada aun con un rubor en la cara. A menos no es un desconocido—me dijo una voz en la cabeza.

—No te disculpes por nada, toma una ducha y ven a desayunar—dijo sin detenerse a observarme y se fue dejándome sola en la que parecía ser su habitación. Sobre la silla había ropa que supuse sería para mi así que la tomé y me dirigí a lo que pensé seria la ducha—no me equivoqué— y entre en ella. Dejé el agua caer mientras me despojaba de la ropa. El agua caliente caía sobre mi cuerpo y por más que quería recordar lo que había pasado no lograba hacerlo.

—No pasó nada, no pasó nada—me decía una y otra vez. Si Jazzy llegaba a saber de esto no pararía con su interrogatorio pero por supuesto yo no podría responderle porque no sabía absolutamente nada.

—Buen trabajo Sorel Cooper, buen trabajo—me dije.

Minutos después salí de aquel lugar con el cabello un poco húmedo y con la ropa que él había dejado sobre la silla que a decir verdad me quedaba muy bien. Ahí fue cuando pensé en que podría ser de su novia y yo estaba usándola, si ella estaba con él en la cocina me moriría de vergüenza por interponerme entre ellos dos. Ella no lo tomaría bien así como yo tampoco lo haría, un miedo intenso se apodero de mí y no quise salir de la habitación no lo haría por nada en el mundo. Busqué mi bolso pero no lo encontré así que me senté sobre la esquina de la cama.

—Has tardado mucho—dijo él colocándose en el mismo lugar en el que había estado antes sin embargo no me atreví a mirarlo pues tenía las manos sobre mi cara. Lo sentí acercarse

— ¿Estás bien? —lo escuché preocupado—. Puedes decirme lo que quieras.

— ¿Tu novia está allí afuera? —contesté después de unos minutos no tan segura de haber formulado aquella pregunta. Aún tenía las manos sobre la cabeza pero podía percibir que él estaba sentado en cuclillas a mi lado.

SOLO QUIERO AMARTE - Eternamente hasta el final (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora