Mis hijos de la Noche

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Cando era un muy joven en el mundo de las tinieblas,  me enamore perdidamente de un ser humano, ella poseía una belleza que me robo el aliento, sus ojos tan hermosos eran miles de galaxias, y sus cabellos oro puro, en esta historia le hago llamar Gloria, por que eso siempre fue para mi.

Aun suspiro cuando pienso en ella, aun anhelo cada beso, cada abrazo y cada caricia, adoro su aroma a bosque, es una mezcla de tierra y a hierbas frescas, a madera,  ella aun con su humanidad y su curiosidad se entrego a mi para dejarse arrastrar por mi, asegurándome que lo hacia por amor. 

Hace cuatro años que nuestra historia comenzó, solo con ese beso prohibido, una noche donde la luna llena nos acompaño sigilosa de nuestro secreto de amor, su suave piel se abrió a mis afilados colmillos, bebí el mejor vino de la vida, un toque italiano que no pude resistir, y ella se abrió a mi como un hermosa flor y se marchito, entonces yo me abrí al deseo por ella, por que fuera siempre mi amante eterno, y la deje beber de mi veneno, nuestros labios se unieron en un beso que nos robo el aliento y en ese momento nuestros corazones empezaron a latir como uno solo.

Le tome la mano a mi Gloria, mi hija de la noche, pero por razones del corazón, nuestra felicidad duro tan poco como una estrella fugaz pasando en la bóveda celeste, me traiciono, y por dolor la desterré, ella siempre fue el amor de mi vida, y su perdida hizo de mis tinieblas aun más oscuras y terribles de sobrellevar, esa historia ya la he contado con anterioridad.

Mi segundo hijo de la noche fue un varón, la misma sangre de ella, su primo humano que había muerto, me apodere de su alma y le di mi sangre pura para volverlo un espectro, mi guía, mi consejero, y el acepto ese destino, por mucho tiempo fuimos el consuelo uno del otro, aclaro nada romántico, solo una hermandad entre nosotros, y ahora lo comprendo mas es mi hijo, mi hijo de la noche y así debo amarle.

Después de corromper esas dos almas que considere dignas de mi, no lo he vuelto a hacer y por juramento doble no lo volveré hacer,  ese acto fue amor puro, y por amor le pedí a mi Gloria que por más que lo deseara, me fuera leal a mi y no diera mi sangre a otro, o halla-aria su perdición.

El contrato existe, esta firmado con sangre, ni ella ni yo podemos crear a otro hijo de la noche, quien lo haga morirá en las manos de la otra y perderá el derecho de renacer, y su alma solo sera una esclava de la otra olvidando alguna vez que hubo amor y hijos que nos unían, y el nuevo ser creado seria comida para los dragones. 

-Ambas tenemos que perder, ambas estamos en la balanza del don oscuro, recuerda siempre tu promesa  mi amor, mi hija de la noche- 


Lluvia PaganaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora