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Aparte de pensar en Lily, también hago otras cosas. Sí, tengo amigos. Sarah, Miles y Jeremy. Solíamos quedar también con Lily, pero ahora ella tiene un nuevo novio. Y a su novio le caemos fatal, por eso no salen con nosotros.

Veréis, Lily y yo quedábamos a solas muchísimas veces, tuviese o no tuviese novio. Para ver una peli o para pasear a su perro, daba igual. En realidad siempre me llamaba para esto último porque sabía que yo recogería la caca de su perro. Lily hacía unas muecas divertidisímas cuando las recogía ella, una mezcla entre asco y risa. Sé que lo hacía de broma, pero me daba pena que tuviese que recoger aquella monstruosidad.
Su perro es un mastín de más de cincuenta kilos. Supongo que sigue dejando los mismos regalitos.

El inconveniente es que el nuevo novio de Lily está todo el día con ella. Y ya no la veo casi nunca.
A veces rezo para que en clase nos toque en algún trabajo juntos. Pero los profesores nunca nos ayudan en eso.

Llevo una semana así, y me está costando sobrellevar todo esto.
Jeremy y Miles están casi todo el santo día trabajando en un robot de lego para la feria tecnológica, y Sarah... Sarah me cae bien, pero no es la chica más divertida del mundo. Otro problema es que comparo a todas las chicas con Lily, y sé de sobra que eso sólo va a servir para que me hunda más en mi miseria.

Hoy, en el recreo, he conseguido encontrarme a solas con ella, lo que ahora considero una verdadera hazaña. Estaba ordenando apuntes de biología, y algunos bocetos del cuerpo humano que había copiado del libro. Estaban muy bien hechos.

—No sé si te acuerdas de los mortales como yo—le dije mientras me apoyaba en su pupitre—pero tenemos pendiente ver la nueva peli de Star Treck.

Realmente, esas películas no me gustaban mucho, y a Lily tampoco. Miles nos había obligado a ver toda la saga, y al final acabó enganchándonos. Y me servía como excusa para estar a solas con ella.

—¿Era hoy el estreno?—se sorprendió mucho. Asentí mientras ella me miraba con preocupación.—Lo siento muchísimo, Sam. Se me había pasado completamente.

Lo decía enserio. No hace falta recordar que cuando uno tiene pareja descuida todo lo demás, pero ella no solía ser así. Se le había olvidado, y estaba bastante angustiada. Preferí no decirle que ya había comprado las entradas en novena fila, en nuestro sitio favorito, o si no se sentiría aún peor.

—Enana, ¿te falta mucho?—interrumpió un chico desde la puerta.

Acababa de aparecer allí. El novio de Lily le ponía unos motes muy muy absurdos. Si se los hubiese escuchado a otra pareja no me importaría nada, pero esque aparte a Lily no le pegaban.

“Si Peter te rompe los dibujos otra vez, no pienso hacer nada” pensé mientras salía de la clase. El chico que me había pegado una paliza en primaria besando a la chica que más quería. Si me llego a quedar más tiempo allí, habría estallado.

En realidad sí que le volvería a pegar un puñetazo. Aunque no me haría falta una razón para hacerlo.

La burbujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora