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Llevo mucho tiempo intentando localizar a Bill. Su instituto está a una hora del centro de la ciudad, y a estas alturas realmente necesito hablar con él. No tengo muy claro cómo voy a aparecer allí, ni qué le voy a decir. Llevamos mucho tiempo sin saber uno del otro. Por cierto, tengo una buenísima noticia: Lily y Peter se han peleado.

Ya os habréis dado cuenta de que no tengo muchos amigos. Miles y Jeremy están obsesionados con un experimento que consiste en extraer el ADN de una cebolla. Una manera fantástica de pasar el rato. Como tampoco tengo mucho que hacer me ofrecí a ayudarlos, pero ni siquiera me dejaron ir a comprar la cebolla. Están un poco resentidos conmigo, y ni sé por qué.

Mejor será que no piense en eso. Tengo que centrarme en lo bueno, y lo bueno en este caso en Lily. Ahora que Peter y ella están enfadados, tengo campo libre para... ¿para qué?

Tengo otros problemas en los que pensar. Sarah y yo vamos a hacer un mes, sí, ni yo me lo creo. Supongo que ella esperará de mí un regalo, algo romántico. Cruzo los dedos porque ella no me regale nada, de verdad, pero conociéndola, dudo mucho que pase.
En el caso de que nos regalásemos algo, había pensado en un ramo de rosas rojas o un disco de algún grupo que le guste.

Volviendo a mi viejo amigo Bill, no hay manera de dar con él. Sé dónde está su nuevo instituto, pero no como contactar con él. No tengo su número y no me gustan las redes sociales. Me parecen una enorme pérdida de tiempo, y te aseguro que mucha gente también lo cree así.
Ni Jeremy, ni Sarah ni Miles tienen aún su número, y estoy al noventa y nueve por ciento seguro de que Lily tampoco.
Por si acaso, debería preguntarle.

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