Últimamente la situación con Miles y Jeremy está llegando al extremo. A mí me ignoran completamente, y me estoy dando cuenta de que a Sarah también.
Es una sensación muy inquietante, la de perder amigos. Te preguntas todo el tiempo si ha sido por tu culpa, o si va a volver a pasar.Hoy Peter le ha dado un beso a Lily delante de toda la clase. Hizo el numerito del novio arrepentido y parece que ella se lo tragó. No tengo ni idea de por qué se enfadaron, aunque estoy deseando que vuelvan a hacerlo.
Tampoco entiendo por qué a tantas chicas Peter les resulta atractivo. Debe ser agobiante tener a tantas chicas detrás tuya, y a tantos chicos detrás de tu novia.
Y aún más agobiante es ver como la chica que quieres está olvidándose de ti.Hace poco hablé con Bill, y quedamos en la salida de su instituto. Parecía muy extrañado conmigo, como si yo fuese la última persona con la que esperaba hablar.
Tuve que salir de clase una hora antes y coger tres autobuses para llegar hasta allí.Su nuevo instituto era mucho más grande que el nuestro. Era un enorme edificio color crema, muy deteriorado y con poquísimos árboles alrededor.
Carecía de casi cualquier elemento decorativo aparte de los graffities.
A medida que los alumnos iban saliendo, observé el enorme cambio de ambiente por el que Bill había tenido que pasar.
La gente de allí era bastante más ruidosa y ordinaria, y una gran mayoría disfrutaba pegándose unos a otros. Todo eso era algo nuevo para mí, y desde luego no lo estaba disfrutando en absoluto.Recuerdo a Bill como un chico muy parecido a mí respecto a gustos y personalidad, pero en cuanto a físico me daba muchas vueltas. Y con las chicas tenía muchísima más labia que yo.
Casi no lo reconocí cuando salió. Se había afeitado la cabeza y llevaba un chándal espantoso. Si no lo conociese seguramente habría pensado que es un chulo de gimnasio o algo así.
—¡Sam! ¡Cuánto tiempo! — me miró sorprendido, como si no se esperase que fuese a aparecer. Me dio unas palmaditas en la espalda, tan fuertes que perdí un poco el equilibrio.
—Sí, hola...—me tomó un tiempo analizar su cara de cerca. Tenía un piercing en el labio y estaba más fuerte que nunca. ¿En qué demonios se había convertido?
—Vaya, te veo mejor que nunca, Sam.
—Es una pena que pueda decir lo mismo.—bromeé. Según Lily, casi todas las bromas tienen un poquito de verdad, y esta era una de ellas. Bill se rió bastante; su voz sonaba mucho más áspera de como la recordaba.
Una chica muy maquillada se acercó a Bill. Tenía las pestañas postizas tan largas parecían las patitas de una araña. Le dio un morreo rápido a mi antiguo mejor amigo.
—Adiós, Big Boy.—le dijo, y estallé en risas.
—¿Big Boy? ¿Que mierda de nombre es ese?—casi no podía respirar de la risa. El año pasado no soportaba los motes. Le sobrepasaban, era algo que iba en contra de él.
—Sí, bueno, mis amigos me llaman así... —dijo compungido. La palabra "amigos" resonó en mi cabeza como una campanita.
—Estoy seguro de que aquella chica no era tu amiga.—puntualicé.
—¿Verónica?—arqueó las cejas—. Sí, si lo es. Aquí la gente es así de liberal. Te morreas y te acuestas con una chica y sigue siendo tu amiga.
Yo no sería capaz ni de besar a Lily sabiendo que ella no siente nada por mí. Sería una situación muy violenta. Y el año pasado Bill tampoco habría hecho eso.
—¿Y para qué vienes?—dijo sin rodeos. Sacó un cigarrillo y empezó a fumárselo delante mía. Todo en mi interior me decía que aquello era una mala idea.
—¿Sigues escuchando a Iron Maiden?—interrumpí. Ese era su grupo de música favorito. Recuerdo que él tenía la habitación llena de pósteres, se sabía todas las letras y había aprendido a tocar algunas con la guitarra.
—¿Has venido hasta aquí sólo para preguntarme eso?—no contesté.—Pues no. Ya no me gusta ese grupo.
—¿Enserio?—.Había perdido completamente a Bill.—¿Y qué te gusta ahora?
—Mira Sam, si vienes sólo para esto...
—No, vale, vale. —tragué saliva.—Es sobre Lily.
Me miró preocupado.
—¿Sigues por ella?
—Sí. Y ahora está con Peter.—me acordé inmediatamente de una cosa —. Él también te llama Big Boy. Supongo que es tu amigo.
—Sam, la gente cambia.
—Ya. Ya veo.—observé decepcionado.—Entonces no vas a ayudarme.
—Acepta las cosas, Sam. Lily no te quiere a ti de esa manera, y nunca lo hará. Por muy duro que suene, las cosas son así.
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La burbuja
Teen Fiction¿Sabes qué? Le caigo mal a mucha gente. Y bien a poca. Y a esa poca gente cada vez le caigo peor. Así que, si llegas a leer esto, espero que acabes en el segundo grupo. Porque necesito a alguien que me escuche de vez en cuando, ¿sabes? ...