Por fin había terminado aquel infierno al que lo llamaban escuela. Y al que yo llamaba cárcel juvenil.
Ya habían pasado aproximadamente una hora desde que había llegado a casa, y yo seguía en la misma postura. Tumbada en la cama.
No había nada mejor que pasarse horas y horas en la cama.
¿O me equivoco?
Pensando en todo y en nada. En cosas al azar que se te cruzaban por la mente en esos momentos. Cosas como en lo lejos que estoy de casa. Y en lo mucho que les echo de menos a mis padres y amigos.
Mis amigos, llevaba sin hablar con ellos tres días. Pero eso era mucho. Ya que en un pueblo pequeño como era el mio donde vivía, era imposible no encontrarse con la gente.
Cuanto les echo de menos a todos. Sobre todo a mi niña.
Dios, cuanto te echo de menos maldita zorra.
- Ro, baja ya que sino no llego.
- Ya voy.- dije y baje.
Salude a mis tios y salí en busca de mi prima que la encontré apoyada en su coche.
-Venga sube.
Subí a su coche y me abroche el cinturón.
Cuando paro el coche pude ver desde la ventanilla un edificio de diseño clásico, con un letrero en grande que decía "Academy of music Dorys Lekker".
- ¿Y tu vas aquí?- le pregunte viendo como todas las personas que entraban tenían pinta de ser ricos.
-Si, tengo una beca.
Salimos del coche y nos dirijimos a la puerta. La gente que pasaba se nos quedaba mirando de forma rara.
Y lo entendía.
Todas las personas que estaban al rededor iban vestidos con ropa de marca y bastante arreglados. Y yo en cambio no iba para nada arreglada. Iba vestida con unos pantalones cortos vaqueros normales, una camiseta de Rock hard normal y unas zapatillas normales. Todo normal.
Cuando por fin entramos a dentro de aquel edificio mi mirada se poso en todos los cuadros de todas aquellas personas.
De personas que ya tendrán su edad, a personas que todavía no llegaran ni a los diez años.
- Sigueme o te perderás. Que aunque parezca pequeño, esto es mas que enorme.
¿Pequeño? ¿Quien ha dicho que esto era pequeño? Porque madre mía, esto de pequeño tiene lo que yo de alta. Nada.
La sigo por todo el edificio, hasta terminar delante de una puerta.
"Singing Lessons"
Levanta la mano para tocar con sus nudillos la puerta. A la que minutos las tarde se abre dejando ver a una mujer joven.
-Oh, señorita. Por fin ha llegado. La estábamos esperando. - dice dejándonos pasar al salón.
Comparado con todo el edificio, esta sala era completamente opuesta. Estaba decorada al estilo moderno. Las paredes eran blancas y azules. Al igual que el techo. En el centro había un piano negro y al fondo un armario negro.
Mi prima y la mujer se sentaron en el banco del piano.
- Aurora, ven. Puedes cojer una silla y sentarte. Abre el armario, están ahí.
Me acerque al armario, coji la silla y la sitúe al lado de mi prima. La que ya estaba frente al piano.
Las primeras notas se empezaron a oír.
Mi prima, era toda una diosa de la musica. Cada instrumento que le daban, lo tocaba a la perfección. Pero había uno de ellos con el que destacaba.
- Perfecto.- dijo la señora. Y a continuación giró su mirada, chocando con la mía.- Y usted, no tiene ningún talento musical?
Me quede pensativa. Yo, sabía tocar algún qué otro instrumento. Los típicos que te enseñan en la escuela. La flauta, el triángulo...
Aunque había un instrumento que se me daba bien. O eso decían.