7. Suministros.

2K 138 3
                                    

El coche se para.

-Vaya, hombre- dijo Sarah- nos quedamos sin gasolina.

-Yo he venido por aquí más veces, creo que cerca hay una gasolinera.- responde el chico- De paso podemos ver si encontramos algo de comida, nos queda poca.

Salen del coche y buscan la gasolinera, pero, hay zombies por todos los alrededores del edificio.

-¿Y ahora que hacemos?-preguntó la chica en voz baja.

-Hay que entrar.- respondió Erik- Sígueme.

Fueron poco a poco de un coche a otro ocultándose hasta llegar a la puerta trasera de la gasolinera. Abrieron la puerta sin hacer ruido, pero al observar, había dos criaturas más dentro, inmóviles, atentas a cualquier ruido.
Erik le hizo una señal a Sarah de que ella fuera a por el de la derecha, ésta le comprendió al instante. Se acercaron cada uno a una criatura y a la de tres salieron de sus escondites para asestarles un golpe en la cabeza. Los dos zombies cayeron desplomados, pero antes de tocar el suelo, los jóvenes los sujetaron para que no hicieran ruido.

Cogieron toda la comida posible que pudieron y buscaron alguna lata de gasolina, aun así no encontraron ninguna.

"Crank"

Imposible, una criatura acababa de entrar por la puerta y vió a los chicos. En el mismo instante intentó avalanzarse sobre Sarah.

-¡Cuidado!- gritó Erik.

Erik empujó al zombie antes de que alcanzara a su amiga, el chico se hizo un corte en el brazo al darse con una estantería rota. Sarah reaccionó y asestó un fuerte golpe en la cabeza de la criatura.

-¿Estás bien?- preguntó Sarah al chico.

-Sí- respondió Erik- ¿Y tú?

-Creo que sí.

Los zombies debieron de escuchar todo el jaleo que hubo hace un momento, así que salieron por la puerta de atrás. Al salir, unas pocas de criaturas ya se estaban dirigiendo a la puerta.

-¡Corre!- gritó Erik.

Se pusieron a correr como locos mientras buscaban algún sitio donde los zombies no pudieran llegar.

-¡Erik, mira!- la chica señaló una casa rodeada por un muro, típica de las afueras de la ciudad, con un jardín algo dejado.

Se dirigieron hacia el muro y escalaron lo más rápido que pudieron.

Había una luz encendida, decidieron llamar a la puerta, ya que habría alguien que con suerte fuera una persona.

-¿¡Quién anda ahí!?- dijo una voz de hombre desconocida al otro lado de la puerta.

-¡Abra por favor!- dijo Erik- Somos estudiantes, necesitamos un sitio para refugiarnos. ¡Llevamos varios días escapando de esta pesadilla!

"Niuu"

Se abre la puerta y aparece un hombre de unos 40 años con una escopeta de cazador en la espalda.

-Pasad-dijo el hombre.

Los jóvenes entraron en la casa y el desconocido cerró la puerta mirando si había alguna criatura en su jardín.

-¡Eh, chico! Eso del brazo no pinta bien- le dijo el señor.

-¡Oh! No es nada- contestó Erik.

-Podéis sentaros ahí- señaló al sofá el hombre- Voy a por algo de agua.

Sarah sacó una venda de su mochila y vendó a Erik.

-"¡Auch!" Ten más cuidado- protestó Erik.

-Si te vas a quejar hazlo tú- replicó Sarah.

El hombre llegó con agua y se sentó mientras los chicos bebían.

-Me llamo Jason- dijo de repente el hombre- ¿De dónde venís y hacia dónde vais chicos?

-Yo soy Erik y ella es Sarah, somos estudiantes...- contestó Erik- Pues verá, venimos de...

Erik y Sarah contaron todo lo que había pasado.

Al Final Del PuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora