Jack permanecia junto al sofá observando a Elsa en silencio. Estaba más que acostumbrado a ver la ira, la furia y el orgullo marcados en su rostro. Incluso había visto en más de una ocasión sus ojos llenos de lágrimas. Pero no era capaz de decir si aquel llanto era auténtico o no. Era una mujer perversa. Habia sufrido por su culpa demasiadas veces como para bajar la guardia. No iba a darle el menor respiro hasta que el contrato matrimonial estuviera firmado y fuera legalmente su esposa, al menos de nombre podría esperar. Podría aguantar un poco más para volver a serla suya ya había esperado cuatro años, de modo que hacerlo un poco más no podía suponer mucho esfuerzo. Al contrario, podría aumentar el placer, el deseo de volverla a poseer. En cuanto la había visto por primera vez, hacia muchos años, su belleza le habia cautivado.
Había visto cómo pasaba de ser una adolescente rellenita a una mujer en la flor de la vida y por que no admitirlo, ya que él había sido el primero en poseerla. Y así siguió recordando. A los diecisiete años ya se había convertido en una joven exquisita, con unos ojos grandes y un suave cabello rubio Palatinado que destacaba sobre sus largas pestañas oscuras. Sus labios rojos eran sensuales y sugerentes. A los diecisiete, su sonrisa insinuante y su forma de mirar le habían torturado día y noche, le habían llenado de frustración y le habían llevado a dar vueltas en la cama lleno de fantasías.
Pero aunque siempre la había deseado, aunque nunca había llegado a aceptarlo, siempre habia sabido que estaba fuera de su alcance. Anna la hermana menor de Elsa se lo había dicho en más de una ocasión con su forma dulce y diplomática de hablar, y su madre especial mente, se lo había soltado directamente sin preámbulos.
Le había dicho que el futuro de su hija estaba con Hans, un prometedor abagado. Lo que en aquel momento lo había desquiciado había sido la certeza de que Elsa no estaba enamorada de él.
Después con el tiempo cuando había empezado a formar una pequeña fortuna y había sacado a su madre del trabajo de empleada doméstica. Pero habia escuchado que Elsa se iba a comprometer con el estúpido de Hans. Había decidido viajar para impedir que se llevará acabo el compromiso. Lo había conseguido pero después lo habían asaltado y mandado a un hospital donde permaneció una semana. Y aquella noche cuando le habían dado de alta, Henrry Arendelle le había pedido que se terminará de recuperar en su casa, Jack había aceptado pero decidió quedarse en las casas para empleados, y esa primera noche tuvo una visita inesperada.
Todo había empezado con una discusión y después se dio un beso abrasador. Se habían unido a él en un beso apasionado, habia introducido la lengua en la boca de Elsa y eso había provocado un estallido de deseo que les había dejado a los dos sin respiración. Después sus manos se había posado en sus pechos, los había acariciado y ella no había hecho nada para detenerlo. Y así él había deslizado las tiras de su camisón por los brazos para dejar al descubierto sus pechos. Las manos de ella descendieron por el pecho de él hasta tocar su miembro, excitandolo llevándolo hasta el límite. De no haber tenido un poco de control la hubiera hecho suya en la pared, pero decidió hacerla suya en la cama.
Después de haberla echo suya, Jack la contemplo dormir, se suponía que debería haber estado satisfecho, pero no fue así y quería más, por eso antes del amanecer se había marchado y la había dejado solo, Tal vez había pensado que sería un buen castigo para ella.
----Estas hablando en serio, ¿verdad?---- preguntó Elsa, después de un largo silencio ----. ¿por qué, Jack? Eres un hombre rico y poderoso, puedes hacer lo que quieras. ¿Por qué insistes en casarte conmigo? Jack se levantó del sofá y se acercó a ella lo suficiente para poderla mirarla a los ojos.
----Todavía no lo has entendido, ¿verdad? No quiero a ninguna otra mujer. No desde aquella noche en que te tuve y me hundi en tu interior y ver como te estremecias contra mi cuerpo. No insultes a mi inteligencia, lo deseabas tanto como yo.
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ERES MÍA (JELSA)
FanfictionCasarse por venganza, o seducida por placer. Elsa Arendell estaba desesperada: su familia de iría a la ruina. Así que sin pensarlo acudió al único hombre que podría atudarla. Pero Elsa sabía que era un hombre que estaba deseando verla suplicar. El m...