Capitulo: 2

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Elsa no estaba más segura de que era más aterrador, la propuesta de Jack o al darse  cuenta de que no tenia más opcion que aceptar.

---- Parece una mala idea, teniendo en cuenta que nos odiamos y siempre nos hemos odiado ---- dijo ella.

---- Tú no me odias, Elsa  ---- dijo él  sarcástico ----. Odias lo que te hago sentir, acaso no lo recuerdas.

Elsa lo vio con odio, como se atrevía a mensionarle lo que había pasado entre ellos.

---- Que cínico eres, no me esperaba menos de ti ---- espetó  ella furiosa ----. Acaso no fuistes  tú  el que desapareció. Y yo quedé como la estúpida.

---- Tú... pudistes buscarme  Y no lo hicistes.

---- Callate ---- dijo ella.

---- Elsa, siempre ha habido entre nosotros algo especial, ¿vas a negarlo? Una intensa atracción secreta, una intensa pasión reprimida, bueno no tan reprimida. Claro pero en aquel entonces no podíamos demostrar lo contrario como podías explicar la pasión que existía entre la  heredera y el hijo rebelde de la sirvienta.

---- Yo creo que te haces demasiadas ilusiones, Jack ---- respondió ella altiva.

---- No olvides como te sentistes  en mis brazos, Elsa.

---- Eres un canalla por hablar del pasado.

---- Tú, fuistes a buscarme aquella noche. Yo no te obligue a nada ---- dijo él.

Era cierto lo que el decia, su cuerpo había reaccionado como un fuego abrasador antes las caricias que las manos de Jack le hacían.

Jack miro el reloj que estaba en su escritorio y se levantó.

---- Se acabó el tiempo, Majestad.

---- Necesito tiempo para pensar, para considerar tu oferta ---- murmuró Elsa .

---- El trato que te ofrezco estará en pie  hasta dentro de treinta segundos ---- dijo Jack ----. Lo tomas o lo dejas.

---- Es el trabajo de mi padre, el esfuerzo de toda su vida, de lo que estamos hablando ---- dijo ella desesperada ----. Construyó ese lugar desde la nada, y después de que aquel ciclón acabara con todo. ¿Cómo puedes darle la espalda después de todo lo que hizo por ti? Maldito seas.  Jack no de ser por mi padre estuvieras a estas alturas en una prisión.

---- Ese es mi precio ---- dijo él  sin inmutarse ----. Si no te casas conmigo, no hay trato.

Elsa apretó los puños intentando darle una salida a su frustración.

---- Sabes que no puedo negarme.  Lo sabes y estas disfrutando. Es que te quieres vengar por lo que pasó aquella vez. Pero creo que quedó más que demostrado que entre Hans y yo no había pasado nada.

Jack se inclinó sobre el escritorio y pulso un botón del intercomunicador
---- ¿Bell? ---- preguntó hablándole por el aparato ----. ¿Ha llegado mi siguiente cliente? La señorita Arendell  ya se va.

Los frutos del trabajo de toda una vida de su padre estaban en juego. Si no accedía, su padre iba a tener que venderlo todo, empezando por la casa que había pertenecido a sus padres, los abuelos de Elsa, antes que a él. Pensaba en la cara de decepción que pondría su padre cuando tuviera que decirle que había fallado, que no había conseguido mantener los negocios a flote con la brillantez de que habria hecho gala su padre. Pero a hora lo importente era el bienestar de familia.

Tener que casarse a la fuerza con Jack Overland le repugnaba. Aunque tal vez esa no era la palabra adecuada. Jack era el hombre con la que cualquier mujer soñaria, un hombre atractivo, un hombre capaz de hacer temblar de deseo a cualquier mujer y ella lo sabía perfectamente. Su pelo blanco platinado, sus ojos azul hielo tan penetrantes, su cuerpo casi esculpido. Casarse con el era meterse en problemas, ¿Qué  otra cosa podía hacer? ¿De que otra forma podía conseguir ese dinero en tan poco tiempo? ¿Era capaz de hacerlo? ¿Era capaz de casarse con aquel hombre de esa manera? Aquello era peligroso. Jack era peligroso. Era orgulloso, era un seductor, era.... pero no tenía a nadie más a quien recurrir. Toda su familia dependía de ella.

ERES MÍA (JELSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora