Capítulo: 19

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Mientras Elsa seguía dormida Jack siguió vagando en sus pensamientos, él  sospechaba que Periwinkle al contrario de él tenía pensando desenmascarar a Pitch Black delante de la sociedad, pero él  sabía que si ella lo hacía la perjudicará sería ella no el maldito de Black. Por eso había intentado y seguirá intentando hacer lo posible para protegerla y ayudarla, aunque la  prensa continuará malinterpretado la relación exintente entre ellos.

Pagar la deuda del complejo turístico Arendelle Spa había formado parte de un plan trazado para impedir que el maldito de Pitch Black se quedará con el lugar, era uno de esos hombres que cuando quería algo movia toda sus influencias para conseguirlo. Pero también eso le había facilitado sus planes para casarse con Elsa. Se había negado a reconocer ningún sentimiento por Elsa, sólo era deseo, pero había muchas emociones debatiendose en su cabeza, demasiadas cosas a las que tenía que dar explicación.

Elsa le había confesado que lo amaba que siempre lo había hecho, y ahora persistía en demandar una declaración de amor por su parte, pero él  no estaba totalmente seguro si algún día podría confesarlo. A lo mejor lo que movía a Elsa era el estilo de vida a la que estaba acostumbrada.

En cuanto había visto  amenazado sus privilegios, no había dudado en entregarse a un hombre al que afirmaba despreciar. El que ahora pidiera una incondicional declaración de amor  resultaba sospechoso.

Por otra parte, sin embargo dejando a un lado lo que ella pudiera sentir hacia él, estaba empezando a pensar que Elsa se merecía saber algo más sobre su pasado. Para hablarle de Periwinkle. No quería tener más secretos con Elsa, pero tendría que hablarlo con su medio hermana.

Jack miro a Elsa. Aunque le había costado un enorme esfuerzo, había conseguido  convertirla en su esposa en todos los sentidos de la palabra. Era su esposa
No sólo lo decía si firma al pie del papel o la Unión del sacerdote, si no la Unión  de sus cuerpos.

Una Unión que no quería que se rompiera. Una Unión que quería que se repitiera una y otra vez.o mejor sería dejar pasar los dias que quedaban de su luna de miel para ver como progresaban las cosas entre ellos.

******

Durante los días siguientes, el curso de los acontecimientos permitio que Elsa pudiera decirse  así misma que su luna de miel era tan perfecta como la de cualquier otra pareja de recién casados. Pasaban las mañanas tomando El sol y las noches en brazos de Jack, disfrutando una intensa pasión  y esperando esperanzadamente una declaración de amor de su parte. Pasaba horas entera mirándolo, derritiendose con cada una de sus sonrisas, suspirando cada vez que él  la acariciaba, disfrutando de largos paseos  por la isla en su compañía.

Su cuerpo parecía que estaba hecho para él, como si sólo con él hubiera resucitado de entre los muertos. Se sentía viva llena de energía, era la forma en que Jack la tocaba, como si hubiera pulsado un botón en su interior y hubiera puesto en funcionamiento un mecanismo que servía para excitarla.

Le bastaba con que él solo la mirara, con clavar en ella esos penetrantes  ojos azul hielo para que ella perdiera la noción del tiempo y quisiera entregarse a él condicionalmente, para que sus piernas comenzarán a temblar y se abrieran para permitir que él  iniciará una profunda exploración de sus más íntimos secretos. Faltaban dos días para el final de la luna de miel. Elsa y Jack ya habían estado en los sitios más recónditos de la isla, aquellos a los que los turistas no se molestaban a ir. Jack la había llevado.

Jack había organizado un picnic, con la ayuda del matrimonio Farawey y había llevado a Elsa a uno de esos lugares apartados. Después de comer, habían hecho el amor  furiosamente y se habían quedado dormidos sobre las toallas relajados de placer mientras el escuchaban el ruido del mar, algo en el interior de Elsa hizo que despertará.

ERES MÍA (JELSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora