Capitulo 13

313 25 0
                                    

Julieta

El lunes siguiente no fue un buen día.

De hecho fue horrible. Sofi no vino a clases porque estaba muy resfriada y el doctor le había dado reposo por el día. Sebastián vino a clases pero ni siquiera me miró. Intenté que eso no doliera, pero fue un esfuerzo inútil.

Nadie había reído ni hablado a mis espaldas hoy. Las cosas estaban mejorando, pero no podía reunir el suficiente esfuerzo para alegrarme por eso. Porque mi corazón seguía sintiéndose destrozado dentro de mi pecho.

Me sentí a la deriva hasta que pude visualizar algo en mi fututo cercano que me permitió concentrarme hasta que las clases acabaron.

Mi meta era dirigirme hacia la biblioteca con solo una cosa en mente. Leer hasta perderme en las palabras. No me importaba que cosa lograra leer con tal de que me sacara de mi propia cabeza.

Voy subiendo las escaleras cuando veo a la persona que menos quiero ver el día de hoy. Dios, tiene que ser una broma. ¿Mi día podría volverse peor?

Teresa se detiene un peldaño arriba del mío y me sonríe socarronamente. Su cabello rubio balanceándose con el viento. Con la esquina de mi visión veo a Sebastián bajando por el otro extremo. Un dolor profundo y desgarrador casi me derriba ¿Estaban juntos?

— ¿Miguel no está contigo? — Pregunta Teresa con sorna — Oí que eran una especie de pareja ahora. Al parecer no te importaba tanto Sebastián como todos pensaban, ya que lo cambiaste así de rápido. Pero no te preocupes, me encargaré de que no se sienta tan solo.

Furiosa rabia hierve dentro de mi. Siento como si finalmente hubiera alcanzado mi limite de paciencia.

— ¿Sabes que? — Le digo con actitud subiendo otro peldaño para que estemos a la misma altura — Estoy harta de esto. Nunca en mi vida le he pegado a alguien pero en serio estoy pensando seriamente en hacer una excepción justo ahora.

Ella meda una mirada llena de repulsión— No sé que vio Sebastián en ti, en serio. A los chicos no le gustan las mujeres que tienen esa actitud.

— A los chicos tal vez — Replico elevando mi mentón negándome a ser intimidada por ella— Pero Sebastián no es un chico y está bastante grande como para decidir con quien estar. Si él quiere estar conmigo o con cualquier otra chica. Tienes que dejarlo ir.

Ella ríe. Es una risa sin humor y un tanto despectiva — Eso no es lo que él me dijo hace unos momentos.

Mi estomago cae, pero intento que no se muestre en mi expresión. Tomo un profundo respiro — Bueno, pues ya no estamos juntos ahora, así que puedes dejarme en paz.

— ¿Dejarte en paz? — Pregunta con suficiencia — Si, eso no va a pasar. Me divirtió demasiado esparcir todos esos rumores sobre ti y que todos me creyeran. Tengo a todos en la palma de mi mano y no puedes hacer nada al respecto.

Mi manos se aprietan en puños. Ya no puedo mas.

Esto se termina acá. No pienso seguir siendo la civilizada en esta historia.

***

Al día siguiente entro a clases casi sin aliento — atrasada, por haberme quedado dormida— y cuando me doy cuenta de que nuevamente todos están murmurando cuando llego, me dan ganas de gritarles que se queden callados porque había pensado que todo eso ya había quedado atrás. Pero cuando noto que no es de mi de quien están hablando si no de Teresa, me tranquilizo y me voy a sentar a mi asiento.

—No vas a creerlo — Me dice Sofi en cuento me ve — Pero al parecer alguien empujó a Teresa por las escaleras ayer y ahora está en el hospital.

¿Solo un rumor? - #3 ¿Solo un beso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora