Capitulo 12

302 24 0
                                    

Julieta

Para cuando finalmente Sofi y yo salimos de la casa, me detengo de golpe cuando veo a Sergio junto a su auto sosteniendo a Sebastián quien tiene sus ojos cerrados como si estuviera durmiendo. Sergio intenta ponerlo dentro del auto pero falla miserablemente cada vez.

Me acerco casi sin pensarlo. Mi corazón martillando — ¿Qué sucede? — Mis ojos en Sebastián todo el tiempo en que hago la pregunta.

Sergio voltea a verme y su rostro se llena de alivio — Julie, gracias a Dios. ¿Podrían echarme una mano?

— ¿Qué le pasó? ¿Está bien? — Pregunto mientras abro la puerta lo más que puedo mientras Sofi lo ayuda a empujar a Sebastián dentro del auto. Él está callado, sus ojos están cerrados fuertemente como si quisiera mantenerlos así.

— Si, si — Dice Sergio pasándose una mano por la frente — Solo bebió un poco demás, eso es todo.

Él suspira y luego nos mira — Gracias, no sabía si podría haberlo hecho solo. Le dije que se subiera antes de que perdiera la conciencia pero por supuesto no me hizo caso.

Camina para subirse al asiento del conductor, pero con una mirada hacia donde está Sebastián casi acostado en los asientos de atrás, se detiene y nos mira nuevamente.

— Sé que probablemente estoy pidiendo demasiado...

Ante nuestra mirada de escepticismo, él se apresura a seguir — Pero son las únicas aquí que están bien. Y no quiero que él vomite y se ahogue mientras yo estoy conduciendo.

Sofi me mira. Pero yo no sé que decir. Mi estomago pulsa con nerviosismo.

— ¿Cómo se supone que nos iremos después? — Dice ella después de un rato.

Buena pregunta. Ni siquiera había pensado en eso.

Sergio se rasca la cabeza — ¿No traes tu auto?

Sofi asiente lentamente.

— Podrías manejar detrás de mí, así pueden irse después.

Mi estomago da un vuelco.

— Julie, yo puedo...

— No, está bien. Tú maneja, sabes que me pongo nerviosa cada vez que conduzco un auto que no conozco, yo iré con Sergio.

Me mira un largo segundo asegurándose de que esto es lo que quiero y entonces se dirige hasta su auto, mientras yo me deslizo al lado de Sebastián y cierro la puerta, él suspira a mi lado mientras Sergio entra al lado del conductor y enciende el auto.

Se suponía que solo debía vigilar a Sebastián en caso de que vomitara, pero él se mueve y reposa su cabeza sobre mis piernas como si ni siquiera supiera que yo estoy allí.

Sergio suspira en cuanto lo ve por el espejo retrovisor — No debí dejar que tomara tanto — Murmura.

Pienso lo mismo. Jamás lo había visto de esa forma y no me gusta.

Hacemos el camino en silencio. Si Sergio sabe algo de lo que pasó con Miguel no lo menciona. Sinceramente no sabría que decir si él llegara a preguntarme algo.

Miro hacia mi regazo. A Sebastián inconsciente y levanto una mano hacia él. Sé que no debería tocarlo, que voy a arrepentirme más tarde, pero no puedo evitarlo por mucho tiempo. Cepillo su suave cabello con mis dedos mientras su aliento sigue calentando la piel de mis piernas.

Desde que sucedió lo de Miguel he intentando acercarme para explicarle lo que pasó, pero él se aleja antes de que pueda decir alguna palabra cada vez. Ha estado evitándome y lo entiendo, creo que yo también estaría haciendo lo mismo si las cosas hubieran pasado al revés, pero Dios, necesito hablar con él.

Cuando llegué a la fiesta y me senté frente a él, pensé que finalmente podríamos hablar, pero en cambio él se levantó y me dejo sola. Estuve molesta después de eso. Si, me vio besando a alguien mas, o mas bien siendo besada por alguien mas, pero debió haber dejado que le explicara antes de correr de mi. Al menos merecía que me escuchara.

Estuve enojada con él durante todo el resto de la fiesta. Furiosa. Me dije "Al diablo con él" "Si no confía en mi entonces no importa"

Pero solo me falto verlo otra vez para olvidar todo mi enojo.

Para cuando llegamos a su casa mi corazón ya no puede soportarlo mas. Ayudo a Sergio a llevar a Sebastián dentro y luego a ponerlo sobre su cama. Él ni siquiera se despierta mientras lo hacemos. Con cuidado saco sus zapatos de sus pies y tomo una colcha de uno de sus estantes para poder arroparlo.

Acaricio su mejilla mientras lo acomodo y suspiro por no poder hacer nada más por él.

— No te preocupes — Casi salto fuera de mi piel cuando escucho a Sergio hablar detrás de mi. Había olvidado que estaba allí — Me voy a quedar aquí para asegurarme de que este todo bien.

Me doy la vuelta antes de dar una última mirada a Sebastián y miro a Sergio — No le digas que estuve aquí.

— Pero Julie...

— Por favor.

Suspira — De acuerdo, de todas formas no creo que saberlo sea algo bueno para él.


Sebastián

Me despierto de un salto, parte de mí queriendo golpearme por haber despertado de ese maravilloso sueño. Porque eso es lo único que puede ser ahora mismo. Un sueño.

No sabía bien por que había despertado hasta que mis sentidos se pusieron alerta nuevamente. Me muevo tan rápido que casi me tropiezo con las sabanas en mi intento de bajarme rápidamente de la cama.

El dolor en mi cabeza explota a un nuevo nivel mientras mis ojos se ajustan a la luz.

Sergio se sienta medio dormido del sofá de mi habitación y se restriega los ojos con sus manos — ¿Adónde vas?

No estoy para juegos, hablo rápidamente — ¿Dónde está Julieta?

Se sienta más derecho y entonces mira hacia el suelo.

— Sergio — Gruño — ¿Dónde está ella? Sé que estaba aquí.

Su olor se había quedado conmigo. Podía olerlo en mí. Como si ella hubiera estado muy cerca de mí en algún momento. Y quería, no, necesitaba saber cómo y cuando había pasado eso.

— Le prometí que no iba a decirte nada, pero ya que en realidad tu lo descubriste...

Mi pecho se aprieta— ¿De verdad estuvo aquí?

Sergio asiente.

— ¿Cómo... porque no puedo...

Suspira — Estabas bastante borracho anoche.

Toco mi cabeza con mi mano. Recuerdo haber bebido más de lo que había bebido en toda mi vida. Ver a Julieta y pensar que ahora ella quería a alguien mas me estaba matando. Necesitaba algo para aliviar el dolor aunque fuera por unos segundos.

— Yo tenía que conducir hasta aquí y... en realidad no había nadie lo suficientemente lucido como para ayudarme, así que... le pregunté si podía chequearte en los asientos de atrás mientras yo conducía.

Mi corazón se detuvo. ¿Ella me vio así?

Maldición.

— ¿Y ella aceptó hacer eso?

— No estaba muy convencida en un principio, pero lo hizo. Se sentó atrás mientras tú apoyabas tu cabeza sobre sus piernas.

Cierro mis ojos mientras la vergüenza se apodera de mí. Jamás quise que ella me viera de esa forma. Había llegado al límite de mi cordura y me había olvidado de todo lo demás. Ver a Julieta besar a alguien mas fue suficiente para volverme loco.

Pero esa no era una excusa.

Todo era mi culpa y ahora tenía que lidiar con las consecuencias. Jamás debí preguntarle si quería ser mi novia. Demonios, no debí decirle lo de mi madre. Tal vez simplemente sintió lastima por mi y no sabia como terminar conmigo. Ella había estado extraña desde ese día.

Yo... infiernos, ya no sé ni que pensar.

¿Solo un rumor? - #3 ¿Solo un beso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora