La rosa más bella

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Narra Shadow: (un día antes de conocer a Amy)

No tengo idea de como terminé aquí. De un momento a otro ya tenía a este inmenso lago frente a mí; me perturba. Aunque he de admitir que los rosales son muy hermosos, me recuerdan a los de mi reino, aunque siento como si fuera la primera vez que veo rosas.
El sol me resulta algo molesto considerando que llevo puesta mi armadura. Observo el rosal con detenimiento y me parece un lugar perfecto para descansar. Desenvaino mi espada (luce diferente a como recuerdo y a la vez tan familiar), de esa manera comienzo a dar cortes y zarpasos al rosal para formar un túnel que me lleve al corazón del mismo. Tras realizar tan agotadora tarea termino por recostarme y tomar un descanso. Ni bien cierro los ojos mis orejas captan un sonido; alguien parece estar acercandose. Me pongo en guardia y finjo estar dormido.
El sonido de los pasos acercarse se hacen más fuertes, lo que significa que está muy cerca. Mi cuerpo se tensa y desespera por ver de quien se trata. Una silueta se forma en la oscuridad. Nadie se imagina cuan grande es mi sorpresa al divisar a una eriza rosa, vistiendo un vestido violeta y una diadema del mismo color. Ella de inmediato se percata de mi presencia y parece estar anonadada ya que no me despega la mirada. Con esos hermosos ojos cual jades. Mi latido cardiaco aumenta cada vez más con cada segundo que paso con esa dulce y preciosa mirada sobre mí. Sin embargo, es necesario que rompa con este mágico momento.

-Mi lady si tengo algo pegado a la cara le rogaría que me lo quitara ahora - digo sin más, provocando un leve grito por parte de la damisela - lamento si la he asustado, pero su mirada se quedo tan fija en mí que no pude evitar sentirme un poco incómodo.

-En absoluto, no tiene porque disculparse - dice mientras se le ruborizan las mejillas - tan solo pasaba por aquí y escuche un sonido que provenía de este rosal y vine a investigar por si encontraba a alguien herido - sus ojos jade desvían levemente la mirada - y luego me encontré con usted, pensé que estaba dormido y yo... yo...

-Comprendo - la interrumpo sin evitar una sonrisa ante su adorable timidez - y agradezco su preocupación. Disculpe el atrevimiento pero me haría muy feliz saber su nombre y saber quien es la persona a quien debo agradecer tan noble gesto.

-No creo que sea pertinente que sepa quien soy - dice en un tono triste y melancólico - eso solo hará que se aleje de mí.

-Entonces, dejemos de lado honorificos y etiquetas - le sugiero ya que de alguna manera yo mismo no quisiera que sepa mi verdadera identidad - y solo digame cual es su nombre, de manera que mientras nos encontremos en este lugar la conoceré sólo de esa forma.

-Estaría de acuerdo con usted - me dirige una mirada pícara - pero no creo que eso sea posible si usted no se presenta como es debido.

-Tiene razón y me disculpo - su actitud no deja de parecerme encantadora lo cual me desarma y obliga a quitarme el casco que me cubre - Mi nombre es Lancelot.

Apenas vio mi rostro sus ojos jade comenzaron a brillar, taladrando hasta las fibras más sensibles de mi corazón, con una dulzura sublime. Las rosas rojas de aquel entorno eran lindas, pero incluso el paisaje más bello palidecía ante su hermosura. En definitiva, si tuviese que decirlo de algún modo, aquella eriza era la rosa más bella.

-Ahora que sabe mi nombre - digo sin poder reprimirme más para escuchar su dulce voz - le ruego me haga conocer el suyo.

-Mi... nombre es... Nimue.

Fin del sueño.

Abro mis ojos de golpe ante la impresión. Dos años. Durante los últimos dos años he tenido el mismo extraño sueño. Ni yo mismo logro explicarme de como eso puede llegar a ser posible, pero de algo estoy seguro. Aquella eriza rosa, Nimue a pesar de solo vivir en mis sueños, ha sido la única capaz de despertar mis emociones y alterar mi ritmo cardiaco.
He tenido a varias mujeres a mi merced, cada una distinta y atractiva, todas ellas cayendo por mí y cumpliendo con todos mis caprichos y deseos. Pero todas ellas son nada en comparación de mi hermosa dama del lago, tan solo ella es quien ha logrado cautivarme. Muchos podrían pensar que es descabellado que la ilusión de un sueño haya cautivado mi atención, pero se me hace imposible no perderme en Nimue. Empezando por sus púas largas y  brillantes que le llegan más abajo de la cintura, en sus carnosos y tentadores labios rojos, su dulce y melodiosa voz, pero sobretodo es imposible no ser absorvido por aquellos encantadores ojos jade.

Ella es sin lugar a duda perfecta. He soñado demasiado con ella y terminé por memorizar cada uno de sus detalles.

De repente abren la puerta de mis habitación. Supongo que la calma no puede ser eterna. Sin decir nada mi padre ingresa y me mira con enfado (jaja seguro ya se entero que ni siquiera escuché su orden)

-Shadow - dice una voz grave y autoritaria - ya casi es hora de partir y aún no tienes nada listo.

-Naturalmente, padre - respondo con indiferencia - después de todo no me emociona tratar de desposar a una mocosa que ni siquiera conozco.

-No puedes ser tan egoísta Shadow - ya empezará el típico sermón - si acepté tu participación como candidato fue por el bienestar del reino, tú mejor que nadie sabe la importancia de tener alianzas. No pienso perder esta oportunidad.

-Claro que conozco la importancia de una alianza. También Silentium lo sabe. ¿No crees que esta clase de posible unión es solo un pretexto para descubrir los secretos y debilidades de este reino?

-Si la alianza se cumple no veo inconveniente en compartir algunos secretos - dice mi padre con serenidad - después de todo cada reino tiene secretos y eso incluye al mismo reino de Silentium.

-¡Pero nosotros somos de Tenebris! - mi molestia se hace evidente - ¡Cuando ellos sepan lo que ocultamos buscarán como destruirnos! ¡Es la maldición con la que cargamos!

-¡Basta! - grita mi padre al momento de darme una bofetada - Debería avergonzarte esa actitud. El poder que caracteriza a Tenebris no es considerada una maldición por nadie, mas que por tí. No puedo entender porque desprecias tanto lo que eres.

-Creeeme que ni yo mismo lo sé papá - desvio mi mirada hacia la ventana - por alguna razón siento que por este poder terminaré por dañar a alguien.

-No lo harás - mi padre llama mi atención al sujetarme de los hombros - No solo lo digo porque seas mi hijo, sino porque lo veo en tus ojos, Shadow tienes algo especial en tí.

Me quedo sin habla ante las palabras de mi padre, pero no logra tranquilizarme del todo. Existe algo dentro de mí que esta negandose a este viaje.

Pero de nada sirve el revelarse. Mis obligaciones reales y mis principios me impiden despertar mi poder.
Finalmente, termino por preparar todo para partir.

Ya es algo tarde, lo que significa que me retrasaré para el evento; es perfecto. El carruaje ya esta listo y mis maletas también, tan solo falto yo.

-Espero que este viaje sea una oportunidad para que encuentres el amor hijo mío - dice mi padre rompiendo el silencio.

-Padre, sé que estas desesperado de que encuentre a alguien para mí, sin embargo yo... - "Nimue", aquella voz pronunciando ese nombre pasa por mi cabeza - yo no creo que esa princesa llegue a cautivarme.

-Shadow toma en cuenta que ya cumpliste 21 años, tienes que pensar en el reino y elegir - me mira con dureza - si esta es la única forma de lograrlo, que así sea.

-Lo siento por tí y por todo el reino - alzo mi voz - pero yo no me casaré con esa niña. Más que eso, te recomiendo que no me extrañes padre ya que haré que me envien de vuelta muy pronto, incluso haré hasta lo imposible porque la relación que tenemos con Silentium se rompa para siempre.

-¡Shadow the Hedgehog! - grita mi padre, pero demasiado tarde ya que el carruaje empieza a moverse.

-No dejaré que por culpa de esa caprichosa princesa mi vida se termine de arruinar - digo para mí mismo mientras observo mi reino alejarse cada vez más.

"Prepárate princesa de Silentium, que muy pronto conocerás a tu peor pesadilla".

[Shadamy] ¿Predeterminados?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora