Cap-61 (S)

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Shao

Nunca había recibido un disparo y menos uno real. Sentí como la piel de al pierna me ardía y un dolor intenso me recorría el cuerpo, cegándome por completo durante algunos segundos.
Me pregunté en ese mismo instante, si fue eso lo que había sentido el chico al que Ross había matado para salvarme. Y aunque no era el momento, mi mente invoco el recuerdos.
Deje mi cuerpo caer sobre la pasarela que contaba con una barandilla de cristal y la cual se rompió en mil trozos al personarlo una bala. Parecían pequeños misiles que salieron cuñado hacia mi dirección y me arañaron el rostro.

Ross estaba moviéndose con rapidez mientras disparada hacia abajo y otro elevador nos perseguía por debajo. Mientras tanto por unas escaleras pegadas a las paredes algunos soldados de traje azul subían con rapidez a nuestro encuentro.

Me levante y empecé a disparar sin pensar. Apunte a los cuerpos que se movían mientras subían y fui eliminado uno por uno a los soldados.

Pero eran muchos los que subían y estaban por todas partes.

Me moví cojeando con rapidez hacia la zona donde sabía que estaba el hueco de la salida. O por lo menos esperaba que fuera ese y sobre todo que aún sirviera.

Pero falta mucho hasta llegar allí y todo apuntaba que las balas serían más rápidas que aquel elevador.
--¿Estás bien?- preguntó Ross sin dejar de disparar.
--Si- aseguró aunque no fuera verdad.
Una bala le penetro en el brazo y por poco no perdió el arma cuando se apoyó sobre la pared. Pero enseguida volvió a disipar como si nada hubiera pasado.
Nos estaban rodeando y a los dos lados de la plataforma aparecían los soldados corriendo. Les disparo para mantenerlos alejados. Haciendo tiempo para escapar y mirando constantemente hacia arriba, para darme cuenta que aún faltaba mucho para llegar.
Parecía una broma macabra que aquello fuera tan lento.
Uno de Kal soldados que iba corriendo por la pasarela cayó sobre esta pero no sin antes disparar y me hirió en el hombro. De nuevo vi las ráfagas de dolor antes mis ojos.
Grite de rabia, necesitaba escapar si no quería terminar como aquellas bestias. Algo me decía que sería mi final.
El peor de todos.
Peor que morir.
Peor que vivir.

Sujete el arma que cada vez era más pesado y seguí disparando.
Pero las balas terminaron y corrí hacia el agente muerto más próximo para atrapar otra.
Agarre dos en el instante en el cual una bala me pasaba rozando la cabeza y le dispare con las dos armas.

Volvi al lado de Ross y le tire la nueva pistola. De pronto los soldados cesaron de disparar. Estaban lejos en las escaleras y la plataforma llena de cadaveres
--No escaparán- oí decir a alguien abajo y me asomé por el borde.
--¡Revertid la marcha!- se oyó la orden desde abajo y la plataforma paro.

Aun quedaban por lo menos dos pisos hacia el agujero y si la plataforma bajaba sería el fin.
Me enganche el arma a la cintura como pude y empecé a escalada. El dolor de mi pierna y hombro me impedía sujetarme y la primera vez me caí sobre la plataforma de cristal que había empezado a moverse de nuevo, pero esta vez bajando.
Por un momento me quede tumbada preguntándome si sería más fácil morir allí, pero Ross que grito mi nombre se acercó y me ayudó a levantarme.
--Queda poco- me aseguró manoteando una sonrisa de mentira y juntos empezando a escalar.

De pronto unos sonidos como si de camiones de tratarán empezaron a llegar hacia nosotros y una especie de bomba callo sobre la pasarela. En vez de explotar empezó a emitir un humo denso y maloliente.
La tos se apoderó de mí casi de inmediato y las lágrimas brotaron cuando me empezaron a escocer los ojos.

Oi como Ross estaba igual en el momento en el cual llegaba al agujero de la montaña.
Me tape la boca con la mano y tras buscar a Ross, quien estaba sobre el suelo de rodillas y la con una de las manos en la fría pared, lo agarre de la mano y empecé a corre.
Otra bomba callo en el interior del agujero y el humo se expandió con rapidez. Todo se volvió irreconocible. Si ya estaba oscuro ya de por si y resultaba difícil de avanzar, ahora era prácticamente imposible.

Las fuerzas me faltaron y mis pies flaquearon dejando sin movimiento. El mareo, el malestar y el dolor invadieron mi cuerpo, dejándome sin posibilidad de seguir.
Antes de que todo oscureciera, sentí como me agarraba algo por detrás y el resto desaparecía.
Volví a toser segundos después cuando sentí el aire fresco, Ross me jabalí sacado de allí. Me llevaba en brazos y cuando vio que abría los ojos me dejo en el suelo.
Los ecos de pisadas y voces se oyeron en el interior de la cueva.
Venían por nosotros y no había ninguna otra salida. Excepto saltar.
El sonido de la cascada se mezclaba con los soldados.
Ross me agarro del brazo y con un empuje juntos saltamos hacia el abismo.

Agente Shao _Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora