Ca -84 (D)

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Damian


Cada vez eran menos los cuerpos de pie y más en el suelo, el manto de muertos crecía a cada instante en el que avanzaba y solo podía pensar en seguir y buscar al culpable.


¿Pero quién sería?


Victoria estaba detrás de todo eso, pero tenía la seguridad que el mando superior era otro y sin embargo no pude deducir. Yo mismo había matado al científico, yo mismo termine con la especie y yo mismo fui quien vio todos los cuerpos arden en aquella fosa.


¿Quién podía haber escapado?


Avance hasta llegar al bosque y mire atrás Lara ver algunos de los agentes aun peleando. Sin pensarlo dos veces me adentre entre los árboles, dispuesto a llegar hacia la montaña y descubrir de una vez por todos esos rostros que se ocultaba tras tantas bestias.


Llegue al Rio, si bien había estado allí, hacia tantos años que ni siquiera me acordaba. Treinta años parecieron pasar como un Solano de aire, el mismo que mecía algunas cosas de árboles a lo lejos.


Camine siguiendo el camino del agua agua y llegue a la montaña. Lo mire hacia arriba y me pregunte como era capaz Shao de haber subido. Ante mí, una imponente pared se encontraba que desafiaba cualquier ley existente y que además no recordaba que fuera tan grande o es que quizás mi memoria fallaba.


—Mira a quien tenemos aquí- oí una voz masculina a mis espaldas y al volver me encontré ante un hombre gordo, de cabello blanco, más que el mío caminando despacio hacia mí. Con traje de chaqueta y corbata avanzaba sin prisa y no dejaba de sonreír- ya pensé que no tendría el placer de volver a verte.


Dos bestias iban algunos pasos tras él, caminaba a su ritmo mientras me observaban con aquellos ojos amarillos. Parecían que vieran un pavo de Navidad recién salido del horno y el pavo era yo.


— ¿Quién eres?- me aventure a preguntar.


—Ohh, me ofendes- hizo una mueca con el rostro- creí que no me podrías olvidar.


Trague saliva. No me sonaba de nada.


—Después de todo fue delante de mis ojos que mataste a mi padre.


Y un flash en mi mente apareció. Un niño de no más de diez años se encontraba a mi lado mientras mataba al mismísimo Hemon, el científico que creo todo aquello. Protegía al niño y me protegía a mí.


Pero lo que no supe en aquel momento que ese niño, era su hijo.


Negué con la cabeza.


— ¿Renols?  Creí que...


—No, no no. No te preocupes. Creíste bien- ya estaba a pocos pasos de mi-  gracias a ti he conseguido todo esto- señalo a sus perros- Es increíble lo que pude hacer el odio con una persona y la sed de venganza.


Trague saliva.


—Termine con tu padre y haré lo mismo contigo.


—Atrévete a matarme y veremos si lo conseguirás.


—Cuenta con ello.


—No me preocupa, querido y viejo enemigo. Si yo muero mi hija seguirá y tú y todo tu grupo de mierda morirá....o peor aun- dejo ver una sonrisa malvada y sus rostro mostró las arrugas de los años- se convertirán en mis fieles bestias.


—Victoria...- llegue a la conclusión.


— ¡Oh no!- levanto la voz- esa perra está loca.


— ¿Quién?- pregunte sabiendo que no perdería nada.


—Mi bella, dulce e inteligente Eloa- dijo y me sentí el más tonto de todos los hombres de la tierra. Ante mis narices tantos años- y ahora despídete.


Con un gesto lanzo a sus dos perros hacia mí y empecé a disparar. Los derive enseguida y le dirigí mi arma a Renols Quién  a su vez me apuntaba. Dos balas en un mismo segundo se cruzaron y dos balas hicieron dos cuerpos distintos. Sentí la mía en el estómago y vi a Renols caer al mismo ritmo que yo al sueño. Si yo moría, pensaba llevármelo con él.


Vi con el rostro apoyado sobre la fría tierra como su mano temblaba mientras me apuntaba. Hice un esfuerzo para levantar mi brazo y también le apunte.


No me importaba morir.


Ya no.


Una bala cruzo el aire y los ojos de Renols se cerraron tras su impacto.


Y Azim apareció en mi punto de vista. Me ayudo a levantarme mientras de mi boca salía sangre.


—Señor, no se preocupe.


—No- balbucee- déjame aquí.


—Lo siento señor, no puedo.


—Es...... es.... una orden.


—Que pienso infringir- dijo el chico y me arrastro hacia un árbol mientras mi visión se nublaba y todo oscurecía.

Agente Shao _Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora