Capitulo Uno

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Era una noche más en la gélida Nueva York, caminando lentamente se encontraba Charis Brickman, sumida en un mar de pensamientos, ese día le había resultado agotador, el hospital estaba atestado de pacientes, los escasos insumos médicos, sumados a la poca distribución económica que había en ese momento, la hacían sentirse mal debido a no poder ayudar a todos y a cada uno de los niños que atendía. Su recompensa eran los dibujos que recibía por su labor y las sonrisas de aquellos pequeños que regresaban a sus hogares ya con casi nada de dolor. Para esta mujer de complexión mediana, cabello castaño, sonrisa perlada, ojos color esmeralda y una piel de porcelana que llamaba la atención de muchos pretendientes, su prioridad era ayudar a los demás dejando su vida de lado. Estaba embarcada en su trabajo pero su corazón tenía dueño.

 A escasas cuadras de allí, sentado en el pórtico de un pequeño y acogedor edificio caracteristico de Chelsea, esperando pacientemente se encontraba Nick Carter, sus ojos color cielo cortaban con la monotonía azabache de su sobretodo, un mechón rebelde caía sobre su frente, sus manos estaban frías por el tedioso clima e intentaba en vano calentarlas con su aliento. Hacia horas que había regresado a la ciudad y luego de un par de semanas sin verla no sabía cuál sería su reacción, lo que lo preocupaba, había prometido llamarla cuando tuviese un instante, sin embargo no lo hizo. Sabía que habrían reclamos de esa índole, no le importaba tan solo quería volver a sentirla cerca. Alzó su mirada al sonido de las llaves y la vio petrificada ante su presencia en aquel lugar.

-¿Qué hace aquí?- pensó al verlo, pero su corazón pedía a gritos salir de su pecho, era inevitable lo amaba y verlo sentado allí la alegraba

-Buenas noches Charis- saludó dibujando una sonrisa y parándose en un instante- Vamos corazón… salúdame por el amor de Dios, gesticula aunque sea una sonrisa para saber si estaré o no contigo esta noche- pensó llenando sus ojos de deseo

-Nick, esto si es una sorpresa, no te hacía en Nueva York- dejo caer sus palabras tratando de controlar la felicidad que le provocaba verlo en su puerta

Los escasos escalones que los separaban parecían eternos, o por lo menos es lo que él pensaba, pero al tenerla enfrente amarró su cintura con sus brazos y dejó que sus labios se posaran suavemente sobre los de ella, una gran mochila de dudas se desprendió de él en ese momento- Necesitaba verte- dijo separándose por escasos centímetros su boca pero rozando su nariz a la de ella.

 Un gran calor la invadió, se sentía débil ante aquel ser que amaba, tenerlo cerca la llenaba de seguridad, tenía miles de reproches pero en ese momento parecieron sin importancia- Yo también- logró balbucear. Sintió que él la abrazaba aún más fuerte contra su pecho y como sus dedos acariciaban su larga cabellera

-Deberíamos entrar, hace frio- comentó separándose un poco  y tomando el maletín que traía en su mano

-Claro…- indicó en tanto colocaba la llave en la cerradura de la entrada. Subieron un piso por una escalera de mármol hasta llegar a una puerta de madera color café, después de dos giro de llave, ambos ingresaron al departamento. Nick amaba aquel espacio tan acogedor y hogareño, dejo su sobretodo encima de uno de los sillones de cuero negro que contrastaban con las paredes blancas.

-Veo que ampliaste tu colección- comentó observando la estantería que ocupaba la mayor parte del recibidor, y que estaba abarrotada de libros de toda índole

-Sabes que amo leer… ¿quieres tomar algo?- preguntó observando a Nick desde el otro lado de la barra que separaba el living comedor de la pequeña cocina.

-No, te lo agradezco, ¿cómo has estado? – dirigiendo su mirada hacia donde se encontraba ella en tanto mordía uno de sus labios para contener el deseo de desvestirla en ese instante.

Alguien como Tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora