El silencio sepulcral que había en ese momento hizo que Esteban se preocupase aún más, toco suavemente la puerta del tocador esperando respuesta- ¿Estáis bien?-
-Si, solo necesito estar sola- logró balbucear
-¡Joder! ¿Quién entiende a las mujeres? Primero me dice que no desea que la deje sola y ahora me pide lo contrario- murmuró con una mueca de incredulidad- ¡oye! ¿Necesitas algo más?
-¿Me permites ducharme?- la escuchó decir
-Pero ¿Qué pregunta haces? ¡Sentíos como en vuestra casa! En el vanitory tienes toallas, yo prepararé algo de ropa- respondió en tanto se dirigía al vestidor tratando de buscar algo cómodo para ella.
Dejo que el agua corriese por su cuerpo, se sentía usada, despreciable, sucia, su mente le traía a cada instante el rostro de Nick en el escenario y el avanzado estado de gravidez de su esposa. La situación la superaba, se reprochaba el hecho de no haber preguntado, indagado o siquiera averiguado sobre él. Parecía una niña a quién le habían quitado su más preciada muñeca. Salió del tocador envuelta en una diminuta toalla.
Esteban que se encontraba sentado el gran sofá, quedó perplejo al verla y cruzó su pierna al sentir que un volcán ardiente bajaba hasta su entrepierna provocando una abrupta erección. La miró fijamente anhelando quitarle la toalla y sentir su piel, desde el primer día que la vio en la facultad deseo hacerla suya- en el cuarto deje una muda de ropa- logró gesticular señalando una de las puertas que la conducirían- yo en tanto me ducharé- comentó y rápidamente desapareció.
Charis ingresó al cuarto y observó una gran cama tamaño King arreglada con unas mantas color oliva con almohadones al tono, detrás de ella un ventanal que dejaba ver las luces de la ciudad, a un costado un gran vestidor con puertas corredizas de vidrio y detrás de éste un gran baño con yacusi,en una de las esquinas una ducha turca, parecía todo un magnate. Dejó caer la toalla que la cubría y se dispuso a cambiarse con una camiseta blanca sin mangas y un pantalón de jogging gris, el cual gracias a sus tirantes pudo ajustarlo a su cuerpo. Caminó dentro del vestidor hasta que dio con el cajón de ropa interior y sacó de allí un par de medias. Salió al living nuevamente. Pasó por dos habitaciones más, una correspondía a una gran biblioteca y la otra estaba equipada con aparatos de gimnasia. Esteban aún no había salido de la ducha, caminó hasta el minibar, tomó un vaso de whisky sirviéndolo hasta donde lograba sostenerlo y se dejó caer en el sofá, perdió nuevamente la mirada en el ventanal observando como los copos de nieve se deslizaban contra esta
-Amo ver mi ropa en ti, no te hace justicia, pero no tengo algo más femenino para ofrecer- sacándola de sus pensamientos, en tanto secaba su cabello y caminaba a su cuarto, dejando ver sus músculos cubiertos de miles de gotas que lo recorrían, por un momento Charis lo miró con deseo, pero luego regresó la imagen de Nick con sus tatuajes la forma en que se movía cuando salía de la ducha, su piel blanca, su aroma y por último la gran mentira que le había vendido y que ella tontamente creyó.- ¡Epa! ¿No es mucho whisky para ti?- regresando luego de vestir un jogging igual al que ella llevaba puesto
-No lo creo, quiero disculparme por la velada que te he hecho pasar, soy una terrible acompañante- en tanto daba un trago de aquella bebida que hizo que corriese un calor desde su boca.
-Despreocúpate, he tenido citas raras, pero como la de hoy te aseguro que no...- quitándole el vaso a Charis y bebiendo de él- o no creo recor-
-Soy la amante de Nick- comentó sin dejar que terminase la frase
-¿Qué Nick? No entiendo- la miro perplejo sin quitar la vista de los pequeños bultos que marcaban sus pezones debajo de la tela
-Nick, el rubio que subió al escenario esta noche, el que espera un...- no terminó de hacer la oración que un nudo en la garganta se volvió a formar haciendo que sus ojos se cargaran de lágrimas- un hijo- dijo al fin
-¡Nick!¡Nick Carter! ¿Eres la amante de un hombre afamado internacionalmente?¿Acaso no estabas preparada para verlo?
-no lo sabía-
-¿Eras la amante y no lo sabíais? Ahora si que no entiendo absolutamente nada- en tanto colocaba su mano en la frente
-Es difícil de explicar... Nos conocimos un verano en Central Park, salí a correr como lo hago a menudo. Solo que esa vez el me siguió con la excusa de que le habían regalado la misma camiseta que llevaba puesta, se hizo el desmayado, lo que me enfadó muchísimo. Me pareció un tanto loco, lo ignoré, solo me quedaría hasta principio de año allí, un día me siguió en bicicleta hasta casa, cayó lastimándose un poco la rodilla, tuve compasión de él y lo dejé pasar
-"tranquilo, es solo una laceración, raspón o como quieras llamarlo, te pondrás bien- comentó en tanto terminaba de limpiar la herida
-Gracias, debí ser más cuidadoso- en ese momento tomó el rostro de Charis y la llevó hasta él. Sintió como el corazón latía rápidamente. Cerró sus ojos y dejó posar sus labios a los de ella, no se resistió por lo que decidió ir un poco más y acarició su espalda.
-no, perdón- interrumpió apartándose de él, lo que lo sorprendió de gran manera. – No te equivoques, no soy mujer de una sola noche...- dándole la espalda.
Nick miraba como el sol la iluminaba aquella mañana haciendo que la sombra de su figura la dibujara como una diosa griega, el top deportivo dejaba al descubierto sus omóplatos y la calza que la ajustaba marcaba su esbelto trasero. Estaba excitado y no pensaba otra cosa que tenerla entre sus piernas.
-Vete por favor, aquí tienes gasas y algo para cubrir tu herida- entregándole un pequeño paquete, se ruborizó al ver la excitación de Nick, sin embargo fue hasta la puerta y le abrió
-No puedes dejarme así...
-tengo trabajo Nick, lo lamento, mis pacientes me esperan-. Cerró y se dirigió a la ducha lamentando haber controlado sus impulsos.
Esa noche volvieron a tocar a su puerta al abrir Nick la tomó entre sus brazos y no le dio tiempo para pensar ya que la besó de manera lujuriosa y comenzó a desvestirla, adoraba el aroma de su piel, la llevo hasta el cuarto dejándola delicadamente sobre la cama, rosó y beso sus pezones, sintió la tibieza de su ser por lo que antes de hacerla suya la miro a sus ojos directamente- No deseo que seas para una noche, por favor, déjame demostrártelo- y la hizo suya, llegando a un estado de placer total, se sentían en el cielo fuera de la realidad"
-Esa noche se quedó en casa, cuando desperté él ya no estaba, en su lugar había una nota que decía "Gracias Amor"- en tanto secaba las lágrimas que volvieron a bajar imprudentemente-y así comenzaron las visitas esporádicas a casa, el llegaba, a veces cenaba, otras me encontraba en el Central Park y terminábamos en casa...
-¿Nunca le preguntaste por su vida?- la interrumpió
-Vivía viajando por cuestiones laborales, mucho no indagaba, tampoco tenía tiempo para preocuparme por un amorío, quería terminar mi tesis e irme a casa. Pero cuando terminé el doctorado ya habían pasado meses... Nunca le plantié que éramos en ese entonces. Lo seguro es que era mucho más que un amigo, discutimos muchas veces porque él llegaba a Nueva York y yo estaba de guardia por lo que no podíamos vernos. Ahora lo entiendo, tiene una familia que atender... Hace un par de semanas atrás estaba congestionada... hacía un tiempo que no nos veíamos, llegó a casa y esos días me cuidó, apagó el celular, olvidó la computadora... solo se dedicó a mi. Estaba feliz y alagada al mismo tiempo, cuando me sentí mejor de un día para otro se marchó sin despedirse, solo otra maldita nota que decía "Te llamaré"... debes creer que soy una idiota que vivo dentro de una calabaza- se burló de si misma
-Te aseguro que si no hubiésemos tenido esta cita extraña, no te creería, pero dadas las circunstancias, puedo asegurarte que no creo que viváis en una calabaza, quizás un poco ingenua, pero creo que se burlaron de ti- colocándose al lado de ella y abrazándola. Charis comenzaba a sentir los efectos del whisky en su cuerpo y estaba mareada, sintió el calor de Esteban y lo beso tiernamente-No Charis... no soy la persona a quién deseas en este momento- la recostó y ella quedó dormida.
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Alguien como Tu.
Hayran KurguPara Charis Brickman una de sus metas en la vida era llegar a ser la más prestigiosa médica pediatra que pudiese tener su país natal Argentina. Lograr esa meta implicaba convertirse en la persona más seria y cortante en todos los aspectos. Llegó a N...