El corazón del lobo, décimo cuento

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-¡Eres tonta..! Realmente no puedo entenderte, no sé qué ves en él –censuró impetuosamente la joven a su amiga.

-Es tu hermano por eso tú no lo ves...- respondió Ali con calma.

-Oh, querida sé muy bien que Lys es atractivo - replicó Kyrian con un gesto de fastidio que delataba el reconocimiento del atractivo que los hombres de su familia tenían- pero si ese fuera el caso también lo son mis primos Blaze y Sean y yo los preferiría mil veces para ti.

-Pero...

-Lo sé...sólo Lysander existe para ti. Es insufrible, temerario, desconsiderado, engreído...-

-Kyrian...- protestó su amiga

-Es que me duele verte sufrir por él , sabes que ...

-Lo sé – la interrumpió evitando que pronunciara las fatales palabras – sé que él no me quiere.

"Eres tonta" . Las palabras que su amiga Kyrian había pronunciado aquella vez , casi cinco años antes , regresaban ahora a su cabeza, y ella estaba convencida de que lo era. Su amiga no estaba en las tierras Blackdalion, ya que estaba en la corte junto a su esposo, - parecía mentira que llevara dos años de casada- sin embargo, hacia allí se dirigía ella como cada verano de su vida y aunque pasaría sus días en el Castillo de los Cerezos junto a las gemelas, no era por ellas por quienes hacía el viaje.

Lysander Likaios era la respuesta.

De hecho, lo había sido desde el día que había rescatado su muñeca.

Cuando ella tenía cuatro años , sus primos, los bárbaros hijos de Lukan , le habían robado su muñeca e intentaban tirarla al riachuelo para ver si nadaba. No les había importado que ella llorara desconsolada o que les rogara que no lo hicieran, entonces había aparecido Lysander que con sus seis años tenía muy en claro su sentido de caballerosidad, y, para ser sinceros, tampoco perdía oportunidad de lucir sus poderes. El pequeño Likaios había utilizado su don para arrebatarles la muñeca, sus ojos azules habían desafiado a los muchachos que se habían rendido rápidamente. Luego muy conforme consigo mismo se había acercado a ella y le había devuelto su muñeca mientras le daba unas palmaditas en la cabeza para consolarla.

Desde ese día había amado a Lysander.

Claro estaba la pequeña dificultad de que Lysander la ignoraba la mayoría del tiempo o la trataba como a una criatura molesta, excepto cuando alguien la atacaba, entonces se convertía en su caballero de brillante armadura, para luego pasar a su lado como si no existiera.

Aún así ella estaba viajando sola al Castillo, mientras su madre y hermanos iban a ver a su tía Vera, sólo por ver a Lysander ,porque no podía estar demasiado tiempo lejos de él.

Había esperado ansiosa el verano, aquel año las visitas entre los Navarre y los Likaios habían sido escasas, apenas había visto a Lys una vez al principio de año y la sola idea de reencontrarse con él le hacía latir el corazón deprisa.

Alguna vez aquello iba a terminar, algún día llegaría hasta allí sólo para enterarse que finalmente Lysander pertenecía a alguien más. En silencio Alina rogó que aún no hubiese llegado ese momento.

Durante años había visto desfilar a jóvenes atractivas por la vida de Lysander pero él nunca se había enamorado realmente, sin embargo en algún momento el voluble Lysander encontraría a alguien y ella tendría que vivir con ese dolor

Cerró los ojos y con un profundo suspiro se quedó dormida, dándole un descanso a su corazón, mientras el carruaje la llevaba a las tierras Blackdalion.

Saga BlackdalionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora